San Nestor de Thessalónica
El santo mártir Néstor era muy joven, guapo en apariencia, y era conocido por el santo gran mártir Demetrio (26 de octubre), por haber instruido a Néstor en la fe.
El emperador estaba visitando Thesalónica, y construyó una alta plataforma en medio de la ciudad para que un gigantesco bárbaro llamado Liao pudiera luchar allí y ser visto por todos. Bajo la plataforma se colocaron muchas lanzas y otras armas afiladas apuntando hacia arriba. Cuando Liao derrotó a sus oponentes, los arrojó sobre las lanzas y murieron. Muchos cristianos se vieron obligados a luchar contra Liao y murieron. Cuando Néstor vio cómo el emperador Maximiano se regocijaba por las victorias de su campeón, desdeñó su orgullo. Sin embargo, al ver los milagros de San Demetrio, se animó y fue a la prisión donde el santo mártir fue confinado, y cayó a sus pies.
"Ruega por mí, oh siervo de Dios Demetrio," dijo: "que por tus oraciones, Dios me ayude a vencer a Liao, y a poner fin al que trae el reproche a los cristianos."
El Santo, después de bendecir a Néstor con la señal de la cruz, le dijo que prevalecería sobre Liao, y que luego sufriría por Cristo. Néstor subió a la plataforma sin miedo y exclamó: "Ayúdame, oh Dios de Demetrio". Después de derrotar a Liao, lo arrojó a las lanzas, donde entregó su miserable alma.
Maximiano se enfureció y ordenó que tanto Néstor como Demetrio fueran ejecutados. San Demetrio fue apuñalado con lanzas, y San Néstor fue decapitado.
Apolypticón del Gran Mártir Néstor
Cuarto Tono
Tu mártir, oh Señor, en su valiente lucha por Ti recibió el premio de las coronas de la incorrupción y la vida de Ti, nuestro Dios inmortal. Porque como poseía Tu Oh Cristo Dios, por sus oraciones, salva nuestras almas, ya que Tú eres misericordioso.
Kontakion del Gran Mártir Néstor
Segundo tono
Bien has luchado; por tanto, ahora has heredado un renombre inmortal, sabio Néstor, y te has convertido en el soldado por excelencia de Cristo el Maestro por las santas y fervientes oraciones del mártir Demetrio. Así, con él, no ceséis de rezar por todos nosotros.
