Hay dos cosas que siempre compiten por reinar en el corazón del hombre, a saber Dios y el dinero o riquezas. Sin embargo religión y dinero siempre han convivido juntos e incluso Dios es el ser mas rico que existe, entonces... ¿Cómo pueden convivir en armonía dos cosas que compiten por el mismo premio? ¿Por que en cualquier religión que mires siempre se recolecta dinero de los miembros que participan ahí?

Hace poco escuchaba a dos personas conversando, ellos criticaban a los "cristianos" porque al parecer la moda actual del evangelio es fundar iglesias para obtener dinero de los miembros, lamentablemente como parte de los denominados cristianos no pude defender a mi grupo y es porque tenian razon en lo que hablaban y yo mismo lo veo y lo vivo donde quiera que alguien predica a Cristo actualmente.

¿Esta bien que los líderes religiosos reciban dinero de las personas a las que dirigen? ¿Esta bien que lo exijan como si tuviesen propiedad sobre los bienes materiales de aquellos que han aceptado asistir a sus congregaciones? ¿Murió Cristo para que personas amontonen riquezas por hablar de sus actos?

Hay una banda muy delgada entre lo que debe hacerse y lo que no, muchos la cruzan a propósito con fines lucrativos y otros lo hacen tal vez de forma inconsciente, pero estamos en tiempos difíciles donde es fácil mirar a los cristianos como personas tramposas gracias a sus actos avariciosos y generalizo porque aunque uno no lo haga pagará por igual si otro que dice ser cristiano lo hace, así que he decidido escribir una serie de artículos a manera de faro para que quienes lo lean puedan comprender lo que debe hacerse, lo que no, lo que está ocurriendo en el mundo religioso y por qué está ocurriendo.

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Hay primeramente una cosa que debemos tener clara y es que no tenemos nada en este mundo, no somos dueños de nada porque escrito está "De Dios es la tierra y su plenitud,el mundo y los que en él habitan" Salmo 24:1.

La historia que narra la biblia es que Dios hizo todas las cosas y por lo tanto le pertenecen, luego Dios hizo al hombre y le dio la potestad de gobernar sobre toda su creación, no fue que le regaló la creación sino simplemente le delegó el señorío sobre ella.

Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre las bestias, y sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra. Génesis 1:26.

Bueno, como señor de las cosas puede disfrutar de las cosas al mismo nivel que lo haría el dueño, sin embargo tiene la responsabilidad de cuidar la propiedad ya que deberá rendir cuenta de su señorío a quién se lo delegó, es decir, al verdadero dueño.

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Entonces surgió un evento, se le mostró al humano "la posibilidad de obtener más", aquella serpiente astuta sedujo al encargado de la creación con el engaño de que al ejecutar aquel acto prohibido en rebelión a su creador se haría totalmente igual a Dios y ahí se alojó el primer problema en el corazón del humano, la inconformidad, el deseo de tener siempre más.

De aquí nos quedan dos cosas claras, Dios no está en contra de que administres sus riquezas sino todo lo contrario, pero el deseo de obtener más que se aloja en nuestro corazón nos convierte en avaros y entonces ese deseo de hace que actuemos en desobediencia a Dios inclinados por el poder y las riquezas antes que por el amor a Dios, como ves no es un problema nuevo sino que lidiamos con el desde los tiempos de la creación.

Como decia, nada es nuestro, solo somos administradores temporales de lo que poseemos y al partir de esta tierra otro será el administrador y nosotros nos iremos sin llevarnos nada, esas es la mayor prueba de que nada nos pertenece.

Respecto a esa administración y la cantidad de recursos que tenemos o queremos tener para administrar trataremos en el siguiente artículo secuente de este tema.