PEQUEÑAS HISTORIAS DE SUSPENSO: EL CUADRO MALDITO

Es la hora del almuerzo y en el comedor de la preparatoria sólo se escucha el bullicio de los jóvenes, que al salir de clases salen a interactuar con sus amigos. John tiene la brillante idea de invitar a su novia y mejores amigos a una noche de aventura que jamás olvidarán.

-Chicos, tengo planes para nosotros esta noche – señaló John lo más alto que pudo para que sus amigos lograran escucharlo.

-¿Qué planes? ¿Noche de bingo con la abuela? –Gritó Nick soltando una carcajada.

-No, no es noche de bingo –Dijo John con voz burlona –pienso que deberíamos ir a explorar la casa de los Clayton, la abandonada ¿Recuerdan?

-¿No es la casa que tiene el supuesto “cuadro maldito”? –preguntó Susan, la novia de John.

-Esa misma cielo, dicen que su antigua dueña Emma Clayton está internada en un sanatorio mental y tiene la cara desfigurada. Según ella, la mujer del cuadro mató a toda su familia arrancándoles el rostro y que ella está viva porque decidió arruinar su cara. ¿No quieren averiguar si el cuadro realmente existe?

-Me anotó a la búsqueda –Comentó Erick - ¿Qué te parece Cloe?

-Iré, pero regresaremos temprano, debo entrenar para la competencia de natación –Dijo Cloe de muy mala gana, pensaba que era una idea muy mala, algo dentro de ella gritaba ¡NO, NO DEBEMOS IR! pero no quería parecer cobarde con sus amigos.

-Bien, nos vemos a las 10:30 pm –Mencionó John- no olviden llevar linternas.

Al llegar la hora acordada John en el auto de su padre se dirigió a recoger a sus amigos en el punto de reunión. Camino a la casa abandonada de los Clayton Susan menciona que encontró en internet la noticia sobre la dueña de la casa.

-Chicos, la historia es algo espeluznante –dijo mientras fingía que temblaba –deben escucharla, comenzaré a leerla ¡Silencio, por favor!

El reporte policial indica que el 22 de septiembre de 1972 se encontró a Emma Clayton de 16 años de edad en la sala de su casa sobre un charco de sangre con el rostro desfigurado. Está sólo repetía entre lamentos <<Los dejó sin rostro>>. La policía no entendía a qué se refería en ese momento la joven, hasta que hallaron en las otras habitaciones de la casa los cuerpos de sus padres y hermana con un hoyo de escopeta en el rostro, eran irreconocibles debido al daño causado por el arma.

El reporte presentado por el agente Manson muestra que la señorita Emma Clayton en un ataque de locura asesinó a su familia disparándoles en la cara, se lograron identificar los cuerpos gracias al grupo de criminalística del estado.

La asesina al ser trasportada a la comisaría admitió su delito. En el interrogatorio sólo decía incoherencias, a lo que el juez declaró demencia, emitiendo así su sentencia la cual indicaba que la asesina sería trasladada a un sanatorio mental.

Declaraciones de la culpable:

-¡La pintura de la mujer sin rostro cobró vida! ¡Está salió del cuadro! –Gritaba la pobre muchacha- Todo porque mi hermana y yo nos burlamos de ella por no tener rostro, le gritábamos ven toma el mío, tratamos de huir pero no lográbamos abandonar la casa, estaba en todos lados. Primero le arrebató el rostro a mi padre, donde debían estar sus ojos, boca y nariz, no había nada, sólo piel.

Al final logró atrapar a mi madre y hermana, yo tomé un cuchillo de la cocina y corte mi cara, hice muchos cortes, mi rostro le sería inservible, se acercó a mí y me miró con el rostro de mi hermana, gritó y luego volteó hacia la ventana, ya estaba amaneciendo ¡No le gusta el sol! Regresó a la maldita pintura.

Corrí en busca de mi familia pero ellos ya no eran los mismos, mi padre sin rostro corría y pegaba su cabeza una y otra vez contra la pared, mi madre y hermana tiradas en el suelo golpeaban su cabeza contra este y con sus manos tocaban su rostro, clavaban sus dedos fuertemente donde tenían que ir los ojos, al ver esto sólo lloraba, así que pensé que haría lo mejor para ellos, tomé la escopeta de mi padre que usaba para cazar, me acerqué a cada uno de ellos jalé el gatillo y les disparé.

-¡Deben creerme! ¡Yo no lo hice! ¡Destruyan esa pintura!

-Woooow qué profundo ¿De dónde sacaste eso Susan? –Dijo Erick con mala cara –de seguro algún idiota inventó todo.

-¡Es un reporte policial, idiota! –chilló Susan

-Ya, ya –Interrumpió John –déjense de tonterías, entraremos y daremos un recorrido por la casa, luego nos reuniremos a beber unas cervezas y a contar cuentos de terror.

Al llegar a la casa sólo abundaba el silencio, la puerta principal estaba cerrada pero los chicos tenían una palanca, al aplicar fuerza a la puerta se logró escuchar el ¡Crack! de la madera quebrándose y la puerta se abrió.

Dentro todo estaba cubierto de polvo y reinaba la oscuridad, lo poco que se lograba visualizar era gracias a la luz de la luna que se colaba por las ventanas, las mesas y muebles estaban envueltos con telas que en algún momento eran blancas pero ya el polvo las había teñido de beige.

Los chicos encendieron las linternas y comenzaron el tour por la casa, esta era enorme, perteneció a una de las familias más adineradas de la comunidad. Al llegar a la sala encontraron una chimenea y la encendieron.

-¡Chicos! –Se escuchó el grito de Cloe desde el otro extremo de la sala – ¡deben ver esto!

Todos corrieron hacia Cloe y contemplaron asombrados en todo el centro de la pared el cuadro maldito, la pintura de una mujer sin rostro.

-¡Mierda! –Masculló Nick – ¡de verdad existe el puto cuadro!

-¡Me quiero ir! –gritó Susan con voz temblorosa.

-¡Relájense, por amor a Dios! –Les gritó John –es sólo una fea pintura de una mujer sin rostro, cualquier idiota como nosotros pudo entrar hace un par de años atrás ver la pintura e inventar la historia, por ahora sólo nos sentaremos cerca de la chimenea a beber nuestras cervezas tranquilos y divertirnos.

-tiene razón, vamos a divertirnos –dijo Cloe sin poder creer que lograría divertirse.

Después de una rato de beber, contar historias y reír John reta a Erick que le grite a la mujer de la pintura que salga y tomé su rostro.

-Vamos Erick –lo alentó – ¿acaso te da miedo? –gritó John mientras todos reían cuando este hacía sonidos de cacareos y movía los brazos como si fuera una gallina.

-Lo haré, idiota –gritó Erick – a mí nadie me reta.

Se dirigió hasta dónde se encontraba el cuadro y gritó:

-¡Mujer sin rostro, no te tengo miedo! – Soltó una carcajada mientras volteaba a ver a sus amigos- ¡Ven y toma mí rostro! – y en el momento se bajó los pantalones y le enseño el trasero. En la sala sólo se escuchaban las risas de los chicos, continuaron bebiendo y hablando.

Al cabo de un rato Cloe dice:

-Chicos, dejen de hacer bromas estúpidas.

-¿Por qué dices eso? –Preguntó Nick – no hemos hecho nada.

-¿Dónde está la mujer del cuadro? –Gritó Cloe muy histérica.

-¿Qué les pasa? ¿Son tan inmaduros? –Habló Susan reflejando miedo en el tono de su voz.

-Chicas, les juró que nosotros no hicimos nada –Habló Erick- ¡Vámonos ya!

-Sí, vámonos –Dijo Nick

Todos corrieron a la entrada de la casa, pero al llegar a la antesala encontraron a una mujer mirando la puerta principal, dándoles la espalda.

¿Quién es? –Gritó Susan – ¡La broma se acabó!

El vestido de la mujer era largo, antiguo y de color marfil, su cabello lo llevaba suelto y era de color negro.

-¡Al carajo! –Gritó Nick y se acercó a toda prisa hacia la mujer, la tomó del hombre y la giró, al verla de frente todos se dieron cuenta que no tenía rostro. Todo pasó muy rápido después, la mujer tomó a Nick del brazo, él intentó liberarse pero no lo logró, la mujer con sus largos dedos arrancó su rostro como si despegara una calcomanía de su adhesivo y se la pegó en su cara.

La mujer ahora tenía el rostro de Nick, mientras él en el piso se tocaba la cara de manera desesperada, se podía ver como movía su mandíbula tratando de gritar, pero no tenía boca, no tenía rostro.
Todos corrieron tratando de huir, pero se separaron. Erick y Cloe se escondieron en una habitación, Cloe sólo lloraba por lo sucedido.

-¿Viste lo que le sucedió? –Dijo Cloe entre sollozos.

-Sí, pero debes calmarte. Tenemos que averiguar cómo salir de aquí –Trató de decir Erick lo más calmado posible.
-Cortemos nuestros rostros, así logró salir Emma Clayton.

-¿Vas a sacrificar tú hermoso rostro Cloe?

-¡Todo por sobrevivir! ¡Busquemos algo para poder cortarnos y así podernos ir de este maldito lugar!.

Los dos chicos empezaron su búsqueda dentro de la habitación, hallaron un espejo y sin pensarlo lo rompieron, pero el ruido que ocasionó el cristal al quebrarse le indicó a la mujer del cuadro dónde se ocultaban.

En el instante que Cloe intentó herirse con el pedazo de espejo sintió que algo la tomó y la arrojó sin ningún esfuerzo al otro extremo de la habitación, el golpe la aturdió, sentía que no tenía aire dentro de sus pulmones, intentó calmarse y respirar para recobrar la compostura, al lograrlo vio cómo le arrancaban el rostro a Erick, llena de miedo trató de incorporarse y llegar hasta el trozo de espejo, pero fue muy tarde para ella, la mujer del espejo también la dejó sin rostro.

Cerca de la habitación se encontraban John y Susan, asustados pensado qué podían hacer.

-¡Amor tengo miedo! –Dijo entre sollozos Susan.

-¡Tranquila, lograremos salir de aquí!.

-¿Qué haremos John? ¿QUÉ?

-¡Tú por los momentos dormirás!

¿Qué? –Dijo Susan confundida, pero fue demasiado tarde para reaccionar, sintió que algo se quebraba contra su cabeza y se desmayó.

Al despertar se encontraba atada a un sillón de la sala, justo frente al cuadro vacío.

-¡John! ¡Jonh! –Gritaba llena de miedo y desesperación.

-¡Silencio! –Le dijó – ¡Lo siento bebé!

-¿Cómo qué lo sientes? ¿Qué sucede?

-Te contaré una historia, ¿Sabías que no soy hijo único? –preguntó colocando cara de incrédulo- Tengo una hermana llamada Samantha, hace un año visité este lugar con ella y unos amigos, haciendo tonterías de chicos, creo que más de un idiota ha caído en su trampa, me fui antes de medía noche porque no me gustaba el lugar, la verdad es que amaneció y me preocupó que mi hermana no llegara a casa, así que regresé y encontré a mis amigos sin rostro, no sabes la impresión que causó en mí, se intentaban suicidar, así que tome mi bate de beisbol y los asesiné, al encontrar a mi hermana no tuve corazón para hacer lo mismo.

Escondí los cuerpos, me llevé a mi hermana lejos y la oculté en una cabaña dónde la alimento con sueros, siempre está sedada porque puede quitarse la vida. Así que decidí que le devolvería su rostro, investigué, viaje mucho, hasta que hallé la respuesta ¡Puedo regresarle su rostro! ¡Puedo tenerla devuelta! –Gritó con una sonrisa espeluznante- puedo devolverle el rostro si sacrifico el rostro de alguien a quién amo ¿Entiendes? ¡Sacrificar el rostro de alguien que amas para devolverle el rostro a alguien que también amas!

-¡NO! ¡John es mentira! –Gritó entre sollozos tratándose de liberarse de las ataduras.

-No me tuve que esforzar para enamorarme de ti, la verdad es que ayudaste bastante al proceso, lo hiciste incluso mucho más rápido, no mal interpretas te amo mucho Susan, pero más amo a mi hermana.

Atada trajo a la habitación a su hermana sin rostro, la sentó al lado de Susan, ella se notaba algo débil, además Jonh le había aplicado calmantes para poder controlarla.

Jonh tomó un cuchillo y lo pasó por su rostro, se hizo una buena herida, la sangre que corría por el cuchillo la pasó por el cuadro cómo si fuera una brocha llena de pintura.

-¡Aquí te traigo el rostro de un amor, para recuperar el rostro de alguien a quién amo! ¡Cumple tú trato!.

Se escuchó un alarido, era la mujer de la pintura con el rostro de Cloe, Susan al verlo gritó y lloraba con gran intensidad tratando de zafarse de sus ataduras.

-¡John! ¡Detén esto! –Gritaba llorando con todas sus fuerzas –¡John, te amo! ¡Por favor!

La mujer de la pintura tomó la cara de Susan y la acarició, entre lágrimas Susan sólo repetía <<No, no, no>> La mujer arrancó su rostro y se lo colocó, luego se acercó a Samantha y con sus dedos largos y delgados acarició su cara, el rostro de Samantha regresó.

Jonh no lo podía creer, lloraba de felicidad y de tristeza, ya estaba amaneciendo y la mujer regresó a la pintura. Tenía un mar de sentimientos pero aun no podía dejar que lo invadiesen, y al igual que un año atrás asesino a sus amigos, desapareció los cuerpos y salió de la mansión con su hermana en brazos, feliz de tenerla de vuelta.

Historia de mi autoría