Cómo reconocer si tu hijo posee tendencias suicidas.

La adolescencia es una etapa difícil para los hijos y los padres, y las relaciones de la familia se pueden ver afectadas por los cambios de humor. Los padres no saben cómo hablar, guiar, empatizar y cordializar con los hijos. Se hace cuesta arriba compenetrarse con algunos jóvenes debido que están cerrados, solitarios y predispuestos a los consejos de padres y representantes. Al punto que muchas veces terminan auto dañándose, muchas veces, llegando al suicidio.
Ser padres es un rol hermoso y maravilloso pero complicado y confuso. Incluso en una familia con tres hijos, la fórmula de crianza (la misma) no logra los mismos resultados con todos los hijos. Puede que uno de ellos presente ciertos síntomas que pueden alertar a los padres sobre los problemas de conductas. En los últimos años se ha elevado las estadísticas de adolescentes suicidas, convirtiéndose en una de las causas de muerte comunes en el mundo. A los padres, hermanos y demás integrantes de la familia se les dificulta notar que la conducta manifiesta del suicida lo llevará por esos derroteros. El comportamiento suicida es una acción destinada a lastimarse uno mismo e incluye la idea suicida, los intentos de suicidio y el suicidio consumado. En la ideación suicida existen pensamientos y planes de suicidio. Los intentos de suicidio son actos auto lesivos que podrían provocar la muerte, por ejemplo, colgarse o ahogarse. Por eso es muy importante estar alertas a ciertas características conductuales:
1.- Alusiones frecuentes a morir o a la muerte: Hablan de la muerte como algo bueno. Si tienen talento para la pintura, realizar dibujos de muertos, escenas o signos de la muerte.
2.- Continuos cambios de humor: Sorprendentemente manifiestan alteraciones de humor extremas, impulsivas y frecuentes. Cambios repentinos y exagerados de opiniones. Gritan y se enfurecen por todo, aun por pequeñeces. Llegan a decir frases como “no aguanto más”, “me quiero morir”,” no soy el hijo preferido”, “la vida no vale la pena”, “va a ser mejor para todos sin mí”, “hubiera sido mejor si no hubiera nacido”, “no sirvo para nada”, “nadie me quiere”, Soy una porquería, etc.
3.- Trastornos psicológicos: Hay que estar alertas con los adolescentes que sufren enfermedades psicológicas como depresión grave, trastorno bipolar, trastorno límite de la personalidad, esquizofrenia, estrés post traumático, así como el trauma recurrente de abusos físicos y sexuales. Más del 50% de los suicidios son cometidos por personas con depresión o trastornos de humor.
4.- Trastornos alimenticios (bulimia y anorexia): Comienzan a alimentarse inadecuadamente o cambiar el ritmo alimenticio. Son extremistas, pasan de comer mucho y a toda hora a someterse a dietas extremas. También están los que después de comer se producen vómitos.
5.- Conflictos académicas: Las notas del colegio bajan y comienza a fallar en lo académico. No les importan estudiar porque no creen en el futuro. No se ven graduados o con un oficio.
6.- Cambian su forma de vestir: acogen modas extrañas, se visten de negro, no se asean, se dejan crecer los cabellos, y vellos en el rostro. No les importa verse bien, y critican o se burlan de aquellos que si se arreglan.
7.- Aislamiento social: Evitar a los amigos, las familia o los compañeros de estudio es común entre los individuos suicidas, quienes a menudo se aíslan de las interacciones sociales normales.
8.- Se hieren físicamente: Se cortan la ropa, se hacen pequeñas heridas para ver el sangrado (puede ser que esté acostumbrándose o tomando valentía)
9.- Trastornos del sueño: No logran conciliar el sueño debido a que su mente está trabajando en temas que lo deprimen. También están los que por el contrario duermen muchas horas porque es la forma de aislarse de la realidad que les rodea.
10.- Tensión, ansiedad o nerviosismo: Parecen estar en constante movimiento. Abstraídos en un mundo complicado. No se quedan en un lugar largo rato. Por lo general, mueven uno de sus miembros (pies o manos) como temblando.
11.- Depresión: Mantienen una expresión triste, pensativa y ausente. Incluso si se comparan fotos de años anteriores, se denota la tristeza en la mirada y en la postura corporal.
12.- Regalan las posesiones favoritas: incluso algunos redactan su testamento o escriben cartas de despedidas.
13.- Conversación mínima: se aíslan de las conversaciones. Al preguntársele sobre un tema, evaden, responden burlonamente o con violencia y desprecio.
14.- Manifestación de sentimientos de culpa: Se desestiman o culpan de todos los problemas que se presentan a su alrededor. –
15.- Amenazas directas o indirectas de suicidio: Continuamente expresan que pronto se van a morir, como quieren que lo vistan al morir, que no les importa si los recuerdan o no.-
Factores de riesgo
Varios factores influyen de forma característica en el hecho de que los pensamientos suicidas se transformen en comportamientos suicidas. Aunque existen ocasiones que no hay factores que sirvan como caldo de cultivo para el impulso suicida. Simplemente lo hizo sin advertencia. Sin embargo, se han identificado algunos eventos estresantes que sirven como detonante:
• El fracaso de una relación amorosa
• Un cambio de entorno familiar o habitual, escuela, liceos o el alejamiento de los amigos
• Humillaciones por parte de familiares o amigos
• Sufrir intimidación en la escuela (acoso escolar- bullyng)
• El fracaso escolar
• Problemas con la ley
• Muerte de un familiar cercano
• Divorcios o separaciones de padres
• Ser objetos de maltratos físicos o sexual
• Un padre con antecedentes de problemas con la policía
• La falta de comunicación con los padres
Se debe tener en cuenta que no todo el mundo que considera el suicidio muestra signos evidentes de factores de riesgo. En efecto, alrededor de 25 % de víctima de suicidio quizás no muestren signos en absolutos.

Medidas preventivas que pueden contribuir a reducir el riesgo de suicidio:
 Obtener atención eficaz para los trastornos mentales y físicos, y para el consumo de sustancias
 Propiciar la comunicación efectiva en el ambiente familiar
 Tratar de no tener marcada atención con un hijo
 No involucrar a los hijos en los problemas de la pareja
 Estar alertas a los distintos cambios de ánimos, comportamiento, vertidos, cortes de cabellos, peinados, tatuajes, perforaciones en el cuerpo, horas de sueños y hábitos en general.
 Conseguir el apoyo profesional especializado a la primera alerta de algunos signos suicidas
 Aprender formas de resolver pacíficamente los conflictos
 Propiciar creencias culturales y religiosas que rechacen el suicidio
 Marcar una profunda relación de AMOR en la familia y en especial con los adolescentes con trastornos psicológicos.
Cabe destacar que ante la presencia de un suicida hay que ser cuidadoso al confrontarlo,
 No intentes hacerlo sin ayuda. Si alguien a quien conoces tiene conducta suicida, no intentes ayudarlo a superarlo por tu cuenta.
 Busca ayuda profesional.
 Si haces todo lo posible y la persona continúa con sus planes de suicidio, es importante no culparte a ti mismo.
 Al hablar con una persona suicida:

1. Usa el tono adecuado. Transmite paz y confianza. Procura de demostrar alteraciones sentenciosas.
2. Sé un buen oyente. Mantén el contacto visual, pon mucha atención y responde en un tono amable. Trata el tema directamente. Pregúntale.
3. Si la persona dice que sí, el siguiente paso es preguntarle “¿Tienes un plan para cometer suicidio?”.
4. Si la respuesta es afirmativa, ¡busca ayuda de inmediato.
5. Evita empeorar la situación. Hay cosas que pueden parecen útiles, pero que en realidad incrementan la culpa o la vergüenza del adolescente suicida. Debes evitar comentarios como los siguientes:
   “No sea dramático”
   “todo es culpa de tu papa, mama o cualquier otro”
   “Todo se verá mejor mañana”.
   “Podría ser peor. Debes sentirte afortunado por todo lo que tienes”.
   “No te preocupes. Todo va a estar bien”.
6. Evita los comentarios que parezcan despectivos. Algunos comentarios pueden comunicar la idea que no tomas los sentimientos de la otra persona con seriedad. Evita comentarios como los siguientes:
   “Las cosas no están tan mal”, “No te atreverías a lastimarte”, “También me he sentido abrumado, pero lo he superado”.