En Gratitud a los locos innovadores

Estamos próximos a aterrizar en la caribeña isla de San Andrés, decía el capitán con voz de triunfo, pues logró cumplir con los minutos de vuelo establecidos. La joven madre de inmediato tomó el Smartphone, para guardar las memorias de su esperada visita a la isla que años atrás la acogiera y le permitiera vivir un par de meses en sus entrañas. Escuchaba a la vez como sus dos niñas le decían: -mami es cierto el mar es multicolores, ojala que sus aguas sean cálidas-

Una vez estuvieron en tierra firme y el aparato recuperó las señales de datos por internet, envió a su esposo las primeras fotografías de la llegada. Al otro lado del mundo el esposo y los suegros daban gracias al Altísimo – Creador, por permitirle a los creativos e innovadores los inventos del avión y las telecomunicaciones satelitales. Uno de ellos a recordar serían los hermanos Wright, Wilbur y Orville, dos locos, según los comentaristas de su tiempo; pero, al cabo de algunos años, dos celebridades únicas, que enseñaron a volar un avión.

Otro genio a dar crédito es el -Simón Personal Communicator- de la IBM, cuyo primer prototipo apareció en 1992, (según Wikipedia) luego, Ericsson creó el GS88 Penelope y lo llamaba “Smart phone”, sin embargo Apple en dirección de Steve Jobs, lo perfeccionó y lo llevó a la categoría de táctil, -teléfono inteligente- con una variable de funciones incluidas en un solo aparato que toma fotos, que sirve de teléfono, que permite escuchar música y por la magia del internet en tiempo de segundos permite compartir. Hay más creativos y locos soñadores, como son los que crearon Google, whatsaap, instagram, etc…