Sobre mí mismo
En el Delta del Potomac compramos pescado fresco, entonces tuvimos todo listo para el sancocho carupanero.
Todos los amigos me trataban muy bien, yo fui de vacaciones, pero realmente me estaban vendiendo una trampa para que me quedara; ellos eran asesores de negocios y querían que yo me involucrara en ese ambiente.
¡Qué difícil es decirle a las personas que no, cuando lo han tratado a uno tan espléndidamente!
Para ellos era increíble que yo me quisiera regresar a Cumaná.
-Mira todo lo que tienes a tu alrededor, de aquí irás directo a Chile, luego a Suecia, y así vas a recorrer el mundo con nosotros. Tú serás nuestro hombre en el área deportiva.
Te vas a perder todo esto para sepultarte en una ciudad llena de huecos, entrenando a unos muchachos que no llegarán a ninguna parte, aquí brillarás como una estrella con luz propia.
Mientras más me decían esas cosas más me daban ganas de regresarme, la frase más lapidaria fue: "No desprecies esta oportunidad, estás en el primer país del mundo".
Para esa época los amigos de Cumaná, acostumbrábamos reunirnos en un sitio que se llamaba el Jardín Sport, un salón muy grande en el centro de Cumaná, con mesas de madera, y árboles grandes y muy viejos.
Además que cada quien llegaba con su carpeta, su libreta o un viejo cuadernito, dispuesto a leer su última creación.
Eso era todo lo que quería yo, ir a mi gimnasio, y compartir con mis amigos en el centro de Cumaná.
Decepcionados aceptaron mis razones y me compraron el boleto de retorno; debía estar en el aeropuerto a las 5 de la mañana; estaba ansioso, dormía solo por pequeños momentos, a cada rato me llama el reloj despertador, una luz roja marcaba la hora, y emitía un sonido tuc, tuc, tuc.
A las 3 de la mañana me dormí por unos segundos, abrí los ojos y miré el reloj, sentí ganas de orinar y me paré lentamente para ir al baño.
El apartamento tenía una alfombra muy grande y vaporosa, así que dormií directamente en ella, solo con una sábana; cuando salía de la habitación volteé sin ningún motivo, y me vi acostado en la alfombra, iba a asustarme, pero rápidamente pensé, estoy soñando.
Cerré los ojos, respiré tres veces profundamente, y abrirlos de nuevo, me volví a ver tendido en la alfombra; no era ningún sueño, era yo el que estaba acostado allí.
Caminé hacia mí mismo, me acosté sobre mi cuerpo y sentí como si flotara en el mar y me fuera hundiendo poco a poco.
Me paré de nuevo y caminé hacia la puerta, ahora la sábana estaba sola.
Todos me acompañaron al aeropuerto, y me despidieron con abrazos y lágrimas.
Tengo mucho tiempo que no viajó en avión, pero en esa época daban bebidas, la mayoría de las personas tomaba vino o whisky.
Yo me acomodé en mi asiento, me tomé unas cuantas cervezas fríiitas y sonreí feliz, porque ya me sentía un poquito más cerca de Cumaná.
Bueno cualquier persona te diría "la cagaste" pero creo que es lindo a ver vivido la vida que querías , seguir al corazón y seguir tus sueños, todavía tienes mucho por vivir espero que vuelvas a ver una Cumana prospera
Buenos días.
Es aún temprano y me preparo para hacer el desayuno.
Me agradó muchísimo ver tus notas.
Yo creo mucho en ese viejo proverbio chino:
"Lo mejor es lo que pasa".
Muchas gracias por tu visita,
Y te dejo te regalo esta frase en latín, muy famosa:
"Carpe diem"
Creo que todos hemos tomado ciertas decisiones en la vida, que han sido poco o nada comprendidas, porque generalmente, hay muchas personas que se dejan cegar por el humo del éxito -o de lo que ellas consideran éxito en la vida- y desprecian el mejor y más satisfactorio de los Caminos: el Camino del Corazón. Un abrazo, mi querido amigo.
Así es, Juan Carlos.
En la vida he atesorado muy pocos bienes de fortuna.
Pero puedo decir que he sido un hombre verdaderamente feliz.
Mi gran tesoro son mis amigos.
Eres una persona afortunada. No creas que todo el mundo puede decir eso y más en los tiempos de egoísmo y corrupción que corren.
como estas querido amigo @acostacazorla buenas noches
Que bellos recuerdos, nada mejor que compartir la vida con amigos, y poner los pies en el pueblo que deseamos estar.
me encanto tu relato
Que pases un maravilloso domingo