Concurso de escritura -el amor- Una cita inolvidable

Su corazón, mientras espera cerca de la entrada del restaurante se encuentra desbocado por la emoción.
Al fin después de diez años ha logrado convencerla de aceptar una cita que para él será inolvidable.
El lugar le trae tantos recuerdos que a pesar de sus sesenta años se siente como el niño que le han regalado un juguete nuevo.
Se ha esmerado en vestirse, para deslumbrarla, sin embargo queda impresionado cuando su hermana, como estragándole una novia, llega y junta sus manos.
Ella está vestida de negro y blanco..
Se ha maquillado muy suavemente, por lo que no oculta sus casi diez décadas.
Toman una mesa en la terraza.
Pueden sentir el golpeteo del agua en la orilla.
A ratos sus ojos se cruzan y quedan por segundos mirándose.
-¿Eres nuevo en la ciudad?
-Sí, estoy de paso.
-Tu cara me parece conocida.
-De repente y en otra vida fuimos amantes –Dice sonriendo y ella responde también de la misma manera.
-Todo es posible –responde
La cena a la luz de las velas transcurre en silencio.
Ella como recordando por momentos episodios pasados, mientras el mesero retira los platos le comenta.
-Es extraño, me parece que he estado en este lugar antes.
-Tal vez Leonor, nuestro cerebro es extraordinario.
-¿Por qué me has invitado?
-Porque, aunque no lo entiendas te amo.
-¿Es una broma?
-Tal vez pero del destino, aunque no recuerdes nada has sido el amor de mi vida.
Ella se sonroja.
-¿Entonces tienes tiempo conociéndome?
-Sí, desde que tenías 20 años.
Ella cierra los ojos por un instante.
-¿Te pasa algo? –le pregunta preocupado.
Tal vez no debió ser tan directo.
-No, todo está bien, solo intento entender tus palabras. ¿Te llamas Ender?
Casi se cae de la silla del asombro, no es el nombre que le dio pero si realmente el suyo.
-Si –responde balbuceante.
-¿Eres mi esposo?
Instintivamente le toma la mano, como el enamorado que ha logrado convencer a su amada que acepte casarse con él.
Se levante de la mesa y le da un beso en los labios.
-¿Dónde has estado? –pregunta casi al borde del llanto.
-Contigo, aunque no te has dado cuenta.
Intenta darle un nuevo beso pero ella lo rechaza empujándolo.
Casi cae al suelo.
-¿Qué es lo que le pasa? ¿Cómo se atreve a querer besarme?
La realidad llega.
El Alzheimer de nuevo se la ha llevado.

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