Concurso de cuentos #fotocuento - Semana 9: "La ñata contra el vidrio".

Se besan apasionadamente, mientras los carros se queman en el caos de aquella avenida de vidrieras rotas y policías precintando la escena del crimen. Ese beso libera la atracción reprimida durante las últimas 48 horas. Se deseaban, y por fin podían expresarlo.

Cerró el guion y pensó: el nuevo final agringaba mucho la historia, resultaba predecible y vulgar. Pero le daba la oportunidad de decirle con un beso lo que no había podido. Las tensiones y desencuentros en un rodaje tan accidentado distancian muchísimo. Percibió su coqueteo y atrapó en el aire sus pícaras indirectas la primera semana. Pero las exigencias del guion, el mal manejo actoral del director y las fallas de producción convirtieron el set en un campo de guerra. Sin embargo, mientras más discutían, más le gustaba. Para cuando quiso decírselo en una noche de tragos, tras otra tarde de pauta en exteriores suspendida por lluvia, había demasiada gente, demasiado alcohol y varias líneas de coca entre ellos y el romance.

Hoy sería distinto, hoy lo diría todo en ese beso. Pondría tanto de si en esa declaración, que la escena saldría en una toma. Después, la celebración del fin de rodaje haría el resto. “De hoy no pasa”, como dice la canción. El final alternativo, que se planteó el director al calor del rodaje, le daba la oportunidad e iba a aprovecharla.

La voz del asistente de producción lo sacó de sus pensamientos sentenciándolo al exilio en el país del “qué habría pasado si…”

"Se acabó, equipo. El final se queda como estaba. La lluvia no dejará grabar hoy. Nos vemos esta noche en la fiesta".

Mientras todos aplaudían y silbaban, levantó la mirada y por la ventana reparó en la constelación de gotas en el cristal; un universo interponiéndose entre él y la calle donde con un beso nada profesional sellaría su destino. Como en el tango de Gardel, pegó la nariz contra el vidrio, mirando las cosas que nunca se alcanzan.