A Carlos y a mí siempre nos gustaron esas casas, rodeadas de zonas verdes, muchas veces nos paramos a verla, de algún modo teníamos la esperanza de tener algún día una así.

Una tarde nos enteramos que en una de ellas, la que estaba colocada en la zona más alta, un hombre mantuvo a una mujer secuestrada, amarrada, torturada casi hasta la muerte. La prensa publicó las imágenes de la mujer, desfigurada por quemaduras de cigarrillos, sus labios estaban deformados.

El hombre era hijo de dos famosos escritores, él había crecido en un hogar confortable, heredero de una gran educación.

La casa fue alquilada por él solo para llevar mujeres que hacían citas a través de internet. Así comenzó la relación con ella, a escondidas, sin que nadie se imaginara lo que se estaba viviendo allí.

Al final, producto de la influencia de los padres le dieron la libertad, y ella, por su pasado considerado pecaminoso por jueces machistas, no logró hacer justicia.

Nosotros seguimos pasando por frente a las casitas lindas, y nos preguntamos cómo pudo haber sucedido tanta crueldad dentro de ellas; cómo pudo caber tanta maldad dentro de un hombre tan culto y crecido bajo una familia tan honorable.

Pero es así, casa y hombre, muchas veces, son hermosos por fuera, pero ocultan demonios dentro de ellos.

***

Si deseas participar en este concurso, dale click a este link