Concuso de cuentos #fotocuentos semana 9 [ liturgia ophidia

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Mi vida esta detenida al margen de su vida apagada. Refugiado en la oquedad de este árbol,
Al abrigo del relente de madrugada que desciende de lo alto de la selva, evoco sus gestos que ya no podrán repetirse. Hace frío y la humedad pesa el aire en pa niebla que se desplaza lentamente el remaje. El suelo esta mojado, Y por el brillo de las hojas carnosas la luz huye de la sombra verde.

Ah, Que magnífica era bellaco conversar con prioridades! En el duermevela retorna su perfil exacto, sus hermosos ojos donde crepitaba una diminuta y extraña astronomía. Ya no podré olvidar su fina boca que aun en los momentos de abrir desmesuradamente para entregar asilo al alimento eran tan humorista; ni su cuerpo pardusco adornado de caminos rojinegras. Persiste en mis sentidos la suavidad de su vasto pecho amarillo, La tranquilidad de sus maneras, Su personal garbo al arrastrarse, la inefable glamour con que empezaba el ascenso a los arbustos.

Hace unos momentos a partido mi amigo mi pequeño fiel amigo. Y en el insomnio a puesto pensar este amargo suceso de mi vida, Mi amigo a acercado a mi su gesto de consuelo y melancolía y, Como siempre, A repetido parte del desahuciado cuento. La parte que yo no mire. Aun parece que vivieran allí aquellas personas. Habían hecho una cabaña en la linde del campo. Era un hombre y una mujer.pero el hombre tenia una voz estentórea que hacia eco. Ella, una voz suave delicada resbalaba en las cosas vivían una extraña vida. Ambos poco salían, Al hombre gustable sorprender a su mujer con rarezas que hallaba en sus incursiones al campo. Frente a su asombro, El soltaba la risa escandalosa, Desproporciada.

Ella conoce bien estos detalles que jamas he podido verificar, Porque ella vivía en el maderaje
De la cabaña. Desde su oculto mirador pudo ver como se desalloraba la vida de aquellos seres también todo lo que después ocurrió. En el campo al tiempo ya abatía las aves con una arme que proyectaba fuego y ruido en el aire, se fue acostumbrando, Alcanzaba otros animales en carrera, Se mantuvo a la ligera y consiguio llevarse bien y de buena manera con el campo.
Su mujer me a contado lo feliz que se encuentran conviviendo con la naturaleza, El amanecer del paraíso era real en ese momento, cada mañana la armonía fue constante.