Concurso de cuentos #fotocuento: Sueños Rotos.

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El despertó con grandes sueños. Todo lo que hacía o pensaba giraba en torno a esos mundos maravillosos donde los límites no existían. La inmensidad del mar era su meta. Fue así como encontró la manera de surcar esas extensiones marinas. En su caso, fue una gran travesía porque solo poseía sus aspiraciones. Sin embargo, lo que le sobraba era audacia, ímpetu. Así que tomo la decisión de comprar una pequeña barca y se hizo a la mar…

Al llegar a nuevos puertos mutaba a una nave más grande y sofisticada, una que le permitía cargar con los anhelados encargos de sueños de sus clientes. Surcó muchos mares en busca de los pedidos que le hicieran sus entusiastas clientes. En La Isla de Chipre encontró las telas bordadas, de la ciudad de Lefkara, más bellas del mundo sus clientas experimentaban orgásmicas sensaciones al escoger entre los lienzos bordados. De Cuba, para los caballeros, traía los mejores habanos del mundo: Montecristo N° 4. Se arremolinaban para obtener las elegantes cajas que los contenían para luego en manada reunirse en algún café para conversar interminables temas. Desde Venezuela llevaba hasta Suiza y luego traía de vuelta, la materia prima que transformaban en exquisitos chocolates. Fueron incontables los niños que deliraban por degustar la exquisita golosina.

Fueron incontables los extraordinarios viajes que realizó aquel que soñaba…

Al pasar los años, el gran buque que atravesaba los grandes mares, el que fue rey de ellos hasta que llegó el modernismo. Poco a poco fueron menguando pedidos y encomiendas. Ya eran pocas las travesías que emprendían, pasan los tiempos y el viajero vive más en reposo que enfrentando las aventuras de alta mar. El tiempo es inclemente, pasa arrastrando vidas y sueños. Una fría mañana de febrero le sorprendió la muerte, ya no más viajes, ya no más encargos, ya no más travesías ni aventuras. Solo quedó dormido el gran buque aferrado a las orillas de aquel puerto que un día le ofreció estabilidad, y que en cambio le dio condena. Ayer lo vi donde lo exhiben, se le nota triste y desesperanzado sometido a las cadenas de una mentira estabilizante.

13/06/18