¡Esto es el colmo, vamos! ¿Venderme a mí? ¡¿A MÍ?!. Después de tanto que he tenido que aguantar de esta manada de animales salvajes. Y bien que me guardé cada secreto, cada pequeña anécdota compartida con cada miembro de esta ingrata familia.

La señora Ruíz, con su latente adicción a los fármacos. Cuando llegaba de hacer la compra, depositaba la mano en su bolso, pero no extraía las llaves, sino un frasco de Clonazepam y tomaba una gragea en seco. Esperaba un rato observando las nubes, esperando que un rayo la castigara por lo que acababa de hacer. O que la pateara la nota. Luego, introducía su mano en el bolso, esta vez en busca de las llaves.

El Señor Ruíz, con su subrepticia adicción a los cigarrillos y sus camisas manchadas de labial; siempre apagaba cigarrillos en mi sombrero, a pesar de nunca mostrar interés en cepillar su negruzco rastro de él. Tras unos minutos de reflexión ante la puerta, regresaba a su auto y volvía con una camisa distinta. Mala decisión reflexionar en la puerta, amigo Ruíz. Amigo gnomo ya vio las manchas en el cuello de tu camisa.

Oh, ni hablar de la joven July. Siempre vuelve a casa a altas horas de la noche y cada vez en un auto distinto y mucho más costoso. Cualquiera puede atisbar sus andadas, pero en una manada cuyos objetivos son siempre individuales, perpetúa la falta de comunicación y malas decisiones de los más jóvenes por inobservancia de quiénes ejercen roles de líderes.

El pequeño Jesús, pues... Él parece normal, pero en contadas ocasiones, ha regresado con bultos grandes envueltos en sábanas o toallas que la señora Ruíz ya daba por perdidas. Me miraba a los ojos, en busca de connivencia o un atisbo de desprecio y seguía hacia el patio trasero. Volvía después de unos 20 o 30 minutos con la pala, se cubría los ojos con la mano a modo de visera y movía la cabeza como si observara un partido de ping-pong.

Después de ser testigo de sus bajezas. De sus secretos, de sus extrañas y viles aficiones, me lanzan al suelo para una venta de garaje, como si fuese un bol viejo sin utilidad. Pero este viejo gnomo sin utilidad les enseñará.

Oh, amigo gnomo les enseñará.

Relato escrito para el Concurso #Fotocuento de @rahesi.

Fuente de las imágenes utilizadas:

Gnomo con herramientas de jardín
Frasco de pastillas
Grageas
Cigarrillo encendido
Cigarrillo aplastado
Automóvil
Rostro de niño
Gnomo enfadado

Separador Steemit de uso libre.