Concurso de cuentos #fotocuento - Semana 15: Gloria en San Isidro

La Señora Gloria, una viuda con 80 años bien vividos, una mujer de fe, vivía a dos cuadras de la capilla de San Isidro, tenía mas de 40 años viviendo en la zona. En ocasiones pasaba hasta 2 veces por la edificación en un día, por lo general lo hacía una vez en la mañana y casi al final de la tarde cuando el sol había bajado.
Ella comenzó a visitar la capilla cuando enviudo hace mas de 25 años, su esposo quien era un hombre tambien de mucha fe, fue quien permeo ese amor a Cristo en la Sra Gloria, ella no era creyente, sintió la necesidad de visitarla más que nada por sentirse comprometida con el legado de su esposo, él apoyaba con todo su corazón la obra, en muchas oportunidades aportaba grandes sumas de dinero para que los niños de bajo recursos recibieran regalos en las navidades.

Ella se sentía a gusto cuando pasaba por la San Isidro, como la llamaba por cariño, para Gloria era como bálsamo en su alma pasar por la capilla, los detalles arquitectónicos de la capilla San Isidro eran como de las iglesias o las catedrales de gran arquitectura, tenía piso de mármol blanco como las nubes, su nave central a pesar de ser pequeña, contaba con apenas 25 bancas, algunas estaban gastadas por el uso, solo había una cruz detrás del púlpito, y era una cruz de madera de Saman, sus vetas eran cerradas lo que daba a entender que era una madera vieja de muchos años.
su confesionario era de madera natural, estaba bien cuidado, el asiento era de cuero color vino tinto. En el mesón detrás del púlpito había un mantel blanco con adornos de encaje en las esquinas, sobre el mantel estaba un cáliz dorado y brillante. Para llegar al púlpito había que subir tres escalones, y justo detrás del mesón estaba un cuarto con una puerta pequeña, allí estaba el lugar del párroco.
A un lado de la capilla estaba un pequeño espacio donde se colocaban un un trío de cuerdas los días que habían bodas, por lo general las bodas se hacían los sábados. La Sra Gloria le gustaba ir los sábados a ver las bodas porque le traía recuerdos de su matrimonio con su esposo, toda la familia de él viajó desde muy lejos y solo con ellos ocuparon todas las bancas de la iglesia.