Concurso de cuentos #fotocuento: El navío navega en el olvido.

En un espacio inmenso con visión al firmamento, un viejo Navío está atado a recuerdos aleatorios; ve transcurrir la vida frente a él, observa como todo avanza lento ante sus ojos; posee historias pero el tiempo asecha su alrededor como lobo, el olvido merodea, no le importa pues el entorno lo abandonó. Se pregunta ¿Valió la pena tanto sacrificio? , no lo sabe aún, sigue cuestionando su existencia, no basta con que lo miren, quiero interacción, sentir que fue útil y sólo su amiga le ayuda a recordar.

Reconoce que el presente es hermoso, lo que no soporta es el pasado que se implanta como el ahora, le hace titubear y es que el tiempo colisiona en cada una de sus partes. Recuerda travesías que como Navío realizaba, algunas con tranquilidad otras con turbulencia, ya sea día o de noche cumplía con el deber, se arrepiente porque no pudo hacer más, realmente no sabe si hizo algo grandioso.

¿Cuándo aparecerás, amiga?- dice el Navío ansioso-, su pensar necesita claridad, porque el tiempo siempre está ahí para refrescar su existencia inválida; en cambio su amiga, le alienta a hilvanar ideas, a encontrar el sentido del estar ahí, le da placer compartir con ella, por eso siempre la recuerda, le acepta como es.

El mar hoy está tranquilo, ha sido considero con la vieja estructura del navío, se escucha la melodía de la naturaleza y siente la brisa que corroe sus capas, la debilidad se asienta. El Navío tiene problemas con el tiempo, quiere que avance rápido y se detenga para imprimir la imagen de su amiga; ella iluminó sus recorridos, ahora alumbras las ideas y su estadía en ese rincón. Alza la mirada, observa el cielo gris, suplica que no haya clima despiadado que estremezca su coraza, pide fuerza para estar un día más sin olvidar todo.

Tiene una postura inclinada, la marea esta baja, está sujeto a otra estructura que el tiempo también ha pasado sobre este, aunque tiene más posibilidades de sobrevivir; el navío está cansado y no recuerda por qué está ahí. Lamenta repetir una y otra vez las ideas, se encuentra ahogado en recuerdos mientras que el tiempo oprime, ¡basta basta, no más tristeza y melancolía!- dice el navío-; pronto llegará la noche, la apreciada amiga, Luna su diosa de la noche le hará compañía.

Luna está aquí, saluda a su viejo amigo con alegría. Le menciona que conoció un navío parecido a él que navegó en el mar abierto haciendo trabajos fuertes, le implora que le cuente una historia para ella. La mirada perdida del Navío revela que su memoria sucumbe, pero Luna le motiva con algunos hitos que conoce, Navío reacciona y comienza a navegar con fervor la historia que una vez relató.