Zona Tai Chi: Sexo sagrado Pt. 1 (La Órbita Microcósmica)

in #filosofia7 years ago


En la filosofía taoísta, el universo y todo lo que lo compone, incluyendo la vida misma y las relaciones entre los seres, consiste en un equilibrio dinámico entre dos fuerzas opuestas, el Yin y el Yang. Estos dos conceptos son intuitivos, lo cual quiere decir que no hay un “Yin” o un “Yang” absolutos o fijos en el universo, sino que, más bien, esos nombres se aplican a las cosas de acuerdo a cómo se relacionan.

En una de esas relaciones: lo masculino es Yang, y lo femenino es Yin.

Observen que no hemos usado la expresión “el hombre es Yang, la mujer es Yin”. Sino que nos hemos enfocado sólo en la función Yin y Yang: lo masculino como la parte que ofrece, y lo femenino como la parte que recibe.

La sexualidad es una faceta de la vida humana, uno de los mandatos básicos, junto con la supervivencia y el conocimiento. Es una actividad que implica un vínculo físico e igualmente mental con la pareja.

De este modo vemos que la sexualidad también está observada por el taoísmo. Una función tan característica del ser humano, y de todos los seres vivos sexuados, no podía quedar fuera de la filosofía del Tao. La sexualidad es una poderosa energía, capaz de engendrar nueva vida inclusive, y es una forma prodigiosa de llegar a un equilibrio entre un Yin y un Yang que se entienden, se complementan, y se comprenden verdaderamente.

Pero para que un ser humano pueda acoplarse con otro, debe tener un equilibrio en sí mismo. ¿Cómo se observa ese equilibrio? A través de su estado energético. En este caso, estamos hablando de la energía característica de la Medicina Tradicional China: el Qi. Esta energía es potencial de vida, y se relaciona, en el mundo occidental, con la actividad celular, con la energía electromagnética, y con la generación de calor. Los seres humanos, como entes vivos, manejan su propio Qi.

Esta energía se manifiesta en el cuerpo en tres centros principales: los centros alquímicos que, según los antiguos chinos, transforman la esencia en energía más elevada. Uno de esos centros está en el vientre, el otro en el pecho, y el último entre los ojos. Ejecutando determinados ejercicios físicos y respiratorios, conocidos como alquimia taoísta, los tres centros se activan y el cuerpo se mantiene longevo, activo, y vital. El cuerpo genera, con estos ejercicios, un circuito de energía que llamaremos “la Órbita Microcósmica”, como también “El Pequeño Círculo del Tao”, y es una fuente de salud y vida.

La relación sexual taoísta, a la cual nos referiremos como sexo sagrado, porque implica la unión no sólo física, sino a nivel energético con la pareja, consiste en que las Órbitas Microcósmicas de los amantes se mezclen, vinculen, y se alimenten mutuamente. Lo Masculino recibe la esencia femenina, y lo Femenino recibe la esencia masculina. Física y filosóficamente, la unión sexual es una unión integral, total.

De este modo, el sexo es tan, pero tan importante para los monjes taoístas, que no es observado, como en la cultura occidental, como impuro o reprobable, sino que más bien es fundamental inclusive para el camino a la Iluminación, y es una práctica sana, y sanadora.

En la próxima parte nos adentraremos en la forma en que la Medicina Tradicional China define el deseo sexual, y cómo ejercicios preparatorios, anteriores al encuentro de los amantes, permiten una mejor circulación de Qi, y cómo éste se manifiesta en la relación sexual.

¡Estén atentos!


Créditos de las imágenes: pixabay.com, conalternativa.wordpress.com


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¡Ya está la segunda parte, por cierto!

excelente explicación, todo un equilibrio para llevar una vida llena y plena, gracias por compartir la sabiduría.

Muy de acuerdo contigo, @calabozocriollo ... ¡Todo nos remite al equilibrio!

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