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Hola, un gran saludo en este día internacional de las mujeres, gracias por abrir este concurso que nos permite contar lo que cada una desde su experiencia, conocimiento y vivencia ha experimentado como ser humano igual a otro ser humano, como mujer, profesional, madre , esposa, amiga y como no decirlo como amante, en este mundo de hombres.
Esos hombres que sin nuestra existencia no encuentran rumbo, ni ideal, porque a pesar de ellos somos sus brújulas, sin las cuales no encontrarían el norte, tal como María guió a los apóstoles para que pudieran cumplir su misión.

“El poder de las niñas pequeñas”

Cuando hablamos de las niñas pequeñas, pareciera que habláramos de las muñecas con que ellas juegan, pero esto no es así, esas niñas pequeñas tiene una fuerza especial que radica en ser las observadores del entorno, en que se van nutriendo de las nuevas tecnologías, de los cambios sociales, pero en especial de esa apuesta que desde hace mucho tiempo venimos haciendo todas las mujeres como es el “empoderamiento de las niñas”, esa palabra, ‘empoderar’, que desde hace unas décadas ha aparecido en nuestro léxico, se relaciona con el trabajo de hacer poderoso a un individuo o a un grupo social que, por alguna razón, está en una situación desventajosa. ‘empoderar’ a las niñas y reforzar su protagonismo para que se expresen y pongan sus límites. Lo cual permitirá a largo plazo, contribuir con una mayor igualdad de oportunidades y de progreso para todas y todos.

Gran muestra de ese poder la observe, en mi pequeña Ashley cuyo poder silencioso y sereno siempre ha estado allí aunque todos piensen que lo contrario. Ashley a la edad de cuatro años comenzó las clases de danza tradicional, tradicionalista y balet clásico, que dentro de mi esquema mental era lo mejor para ella, porque esos era lo que hacían las niñas y ciertamente y a pesar de mis duda que se basaban en su corta edad el día de su presentación bailo como las mejores, dominada cada coreografía con destreza y mucha belleza.

Lamentablemente por razones personales, no pudo continuar con la danza pero como su hermano mayor practica Karate, un día cualquiera me dijo que ella quería practicar ese deporte e inicio las clases, para mi sorpresa a pesar de sus cinco años, Ashley, en su primera competencia internacional gano, siendo la única hembra del Dojo que competía y ganaba,ese Dojo donde sus compañeros la trataban como la mascota bonita y chiquita pero nada mas.

Luego de varias competencias donde se alzo con las medallas, el profesor y sus compañeros empezaron a mostrarle respeto, ya no era la bailarina que practicaba por que no tenia otra actividad que ejecutar, ahora era la compañera que vencía en las practicas a sus compañeros y en las competencias a sus contrincantes.

Otra muestra de poder, constancia y tenacidad de mi niña, fue su pase ala selección de Karate del estado, por encima de todos los compañeros que asistieron a la preselecciòn por sus organización, logrando representar a su Dojo, a la organización y al estado en una competencia nacional con tan solo ocho (8) años.

Ese poder lo aflora en situaciones cotidiana, académicas, deportivas, logrando mantener la calma donde en una situación desventajosa, se ‘empodera y refuerza su protagonismo expresa y pone sus límites.

Es por ello, que mi reflexión se orienta a que no basta con leamos a nuestras niñas cuentos en los que las heroínas remplazan a las princesas si no reconocemos la fuerza de las niñas y, simultáneamente, la necesidad de empoderarlas en ciertas situaciones en las que física o simbólicamente puedan sentirse en desventaja. Y eso se orienta también a dejar de repetir que los varones son así: que se mueven y no saben escuchar, para proponerles que, si no saben, pues que aprendan.

Por ultimo ganar legitimidad en los espacios públicos formales sigue siendo un desafío para las niñas. “En muchos niveles, demasiado poder sigue estando concentrado en manos masculinas”, dijo Albrectsen. “La igualdad de género puede impulsar el progreso en todos los objetivos de desarrollo, desde combatir la pobreza y mejorar la salud, hasta el desarrollo económico. Cuando valoramos a las niñas, promovemos sus derechos e invertimos en su futuro, todo el mundo gana”.

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