En una de esas travesías por mi ciudad,en una cola en las que usualmente me relajo procurando solo escuchar la música de mi celular y mirando o admirando lo que la naturaleza tiene a bien regalarnos. Los cielos son una fuente de inagotable inspiración y admiración. Hoy me regalaron puros copos de algodón en un fondo azul que hacía un contraste hermoso que llenó de alegría mi mañana.

Y así, aprovechando la lentitud de la cola, fué como pude recrearme con la belleza que me ofrecía la madre naturaleza. Blanco algodón en un cielo que a veces se presenta oscuro tal como los malos momentos en la vida y que en otros momentos reluce entre azul esperanza y blanco pureza. Así majestuosos se mostraban los copos de algodón en el cielo de mi ciudad.

Luego cuando caía la tarde, a mi regreso, ese mismo cielo que a veces atormenta con los rayos de sol inclementes, me regaló esta panorámica para que, en un sentimiento de felicidad, siguiera agradeciendo a la vida por tantos hermosos regalos.