Dentro del ser humano existen una serie de departamentos, unos van hacia las ideas que transitan en los caminos de la mente; otros van hacia las funciones que hacen accionar el cuerpo.

Existe un departamento; el de las emociones, que enjuicia a las personas para que vayan por caminos correctos y no se pierdan en los distintos pasajes de la realidad.

Cuando nos ilusionamos, creemos solo en otras emociones banales y no vemos la que en realidad es; por ejemplo: "el amor".

La obsesión puede convertirse en un veneno que corroe, que puede transformar hasta el alma más cuerda y empujarla a una serie de equivocaciones.

Las personas que no ven, se vuelven merecedoras de tales castigos y quedan a merced del dolor, creando una personalidad diferente, pero poderosa.

Pueden tender a quitarse los miedos, las esperanzas, su misma esencia, hasta la vida misma...

"Las emociones entonces, en ese ámbito, son quienes manipulan nuestro cuerpo. Nuestra alma es solo la esencia encerrada en esta prisión mundana."

Ilustración