CURSO INTRODUCTORIO FILOSOFIA PERENNIS - CAPITULO 5 - EL HOMBRE UNIVERSAL

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Ya explicamos que el objetivo de la Tradición es continuar transmitiendo las vías que nos permitan recorrer nuestro “Camino de Retorno” hacia el Tronco Original de la Tradición y a la fuente de donde esta deriva, poniéndonos en contacto efectivo con la Realidad e Identidad Suprema que la ha inspirado.

Las ramas de la Tradición son muchas, pero todas retornan al Tronco Original que las ha inspirado, y este Tronco Original tiene sus raíces, su origen en los Principios de las Realidades Supremas.

Así mismo, hemos dicho que los senderos hacia “La Realidad Suprema” son tan numerosos como las individualidades, y que todos los radios de una rueda dirigen al centro, porque dentro de un mismo Tronco Original hay muchas Tradiciones, y dentro de una misma Tradición existen numerosos senderos.

Los seres humanos buscan vincularse a estos senderos y Principios para poder existir en conformidad al Orden Universal, fuera del cual existe el error, el desorden y el caos, simbolizado tradicionalmente por las tinieblas.

El que está en las tinieblas, pero busca salir de ellas es un Buscador de la Verdad. Esta búsqueda es una respuesta al llamado de su Naturaleza Primordial. Pero esta búsqueda también es una influencia de las Realidades Superiores que de una forma u otra lo atraen de vuelta hacia el orden.

El Buscador de la Verdad encuentra eventualmente a través de este llamado un camino legítimo y recto, comprobando que es de buena fuente, y que este acorde con su naturaleza, y se compromete a recorrerlo hasta el final, hacia la meta que no es otra que la Verdad Suprema.

El Hombre del Camino

Mientras recorre un Sendero Tradicional, el buscador de la Verdad abandona su manto de simple buscador para convertirse ahora en un Hombre del Camino. El Camino de regreso hacia su naturaleza original.
El Ser Humano es Uno con el Orden Universal, y el alejamiento de los Principios es simbolizado tradicionalmente por una caída hacia lo bajo, y el retorno a los Principios es simbolizado como una ascensión hacia lo alto.
El camino tradicional es un camino de ascensión. El Hombre del Camino persigue ordenarse y perfeccionarse internamente para purificarse del desorden y caos que lo afecta. Para esto se guarda entre los limites que establece la enseñanza tradicional, y todos sus actos e intenciones son conforme al orden revelado por los mensajeros y maestros que enseñaron la Tradición.

Quien se mantenga aferrado y dentro de los límites de un camino tradicional se ha salvado a si mismo de las tinieblas exteriores, y de los caminos errados que llevan hacia realidades alejadas del Principio Supremo, asegurándose un estado favorable y un éxito

Este camino esta orientado y conduce a un punto muy especial. Este punto es una armonía perfecta entre el mundo de abajo y las realidades de arriba. La tradición simboliza este punto como un Centro. Porque es hacia donde dirigen todas las direcciones y donde todas las fuerzas están armonizadas.

El Hombre Primordial

Es en este centro simbólico donde todo está alineado y conforme al orden. Es entonces cuando la conciencia puede entrar en comunicación efectiva con la influencia de los Mundos Superiores.

Este centro es donde esta el puente de un estado menor a un estado mayor, y el lugar cuyo despertar opera una apertura de ojos, oídos y luz para entender los Principios Supremos y sus designios, simbolizado por la Tradición por una Tabla Escondida o un Libro Oculto.

El Hombre del Camino que ha recorrido el sendero hasta este centro especial, ha abandonado su manto de Hombre del Camino para recuperar la guarida de su Naturaleza Primordial, y la Tradición se le da el titulo de “El Hombre Primordial”, o también el “El Hombre Verdadero”.

El Ascenso Final

El Hombre Primordial se encuentra en el Centro Especial del que hemos hablado. Este Centro también es simbolizado casi siempre en la tradición por el Corazón. Por eso la persona que logra pasar su centro de conciencia hacia el Corazón, es alguien que posee su conciencia en “El Centro del SER” y ha despertado su ojo interior hacia las Verdades Universales.

Este Centro del Corazón es el punto de comunicación con las Realidades de arriba, y por eso también es también un eje vertical hacia el Principio Supremo. A veces este eje vertical es simbolizado en la tradición por una escalera o una serie de niveles por donde ascienden y descienden las influencias de los Mundos Superiores en diferentes viajes.

El viaje de ascenso por estos diferentes niveles tiene como punto final el conocimiento de la Verdad Suprema y Absoluta. Este nivel de proximidad a la Verdad es el más elevado de todos los estados y la Tradición habla de este supremo final, como la Extinción, la Aniquilación, la Liberación, la Realización Suprema.

El Hombre Primordial que ha recorrido el camino hasta el Principio Supremo es llamado “El Hombre Trascendente” o también el “Hombre Universal”.

Esta es la meta final de todas las tradiciones, de todos los caminos, de todos los mundos, es un estado tal que nada se le compara ni nada le alcanza y por sobre el cual toda racionalización queda reducida a cenizas y las palabras le escapan.

Es el final de los Elegidos, de aquellos que son nuestra Guía y merecen nuestra obediencia. Es el punto donde nada de lo que existe puede existir, y donde toda dualidad es aniquilada, es la identificación con la Identidad Suprema y la satisfacción absoluta del más elevado y supremo de todos los estados. Es la Unidad con la Unidad.

Pero antes de alcanzar este estado supremo de proximidad, el hombre debe conquistar su estado primordial, en el lenguaje de la Tradición, aquel que ha restituido su naturaleza Primordial ha alcanzado el Estado Adámico. Un estado de pureza equivalente al del primer hombre y padre de la humanidad, antes de su “descenso” a la tierra.

El Simbolismo de la Caída del Estado Adamico.

El tema de el alejamiento de los principios, esta representado por las tradiciones como una perdida de una condición elevada por parte del hombre, es una pérdida de consciencia de ese Centro interno especial que hemos mencionado más atrás, el Centro del Ser Verdadero.

Para recuperar la Naturaleza primordial, primero debemos recuperar la conexión con ese Centro Especial, y es un tema que exploraremos en el próximo comentario: El Corazón.