Querida amiga.

La distancia puede ser un libro que nadie quiere leer, un chapuzón de agua en el que nadie quiere estar, o un montón de recuerdos que sólo queremos tirar bien lejos donde nunca los veamos pues nos suponen un gran dolor que esperamos que pase pronto como un mal sueño.

Contigo aprendí que las heridas sanan mas pronto cuando se desintoxica el corazón, y solo es factible a través de las palabras. Si la vida fuese una bazar por departamentos, tú serías la sección mas divertida, donde todos quieren quedarse a vivir. Si, la distancia no es mi parte favorita. pero no siempre logramos vivir como quisiéramos, de hecho, en las partes menos placentera, es donde mas se practica y esta temporada nos servirá seguro para fortalecernos y crecer cada una por su cuenta.

Amiga, pensar en la distancia que nos separa, tú me enseñaste a sonreír cuando en mí sólo había tristezas; estamos lejos pero esa lejanía ha servido para darme cuenta de que me haces mucha falta, que necesito de tus palabras, tus charlas, nuestras conversaciones y de la complicidad que tenemos en nuestros secretos. Aunque la palabra distancia la vemos como algo tan grande como un océano, te ruego que de ahora en adelante lo imagines como sólo una piscina.

Te tuviste que ir lejos por la situación que enfrenta nuestro país, buscando un mejor futuro, ya ha pasado un mes desde nuestra despedida y pareciera que fuesen años. A pesar del mar que nos separa le doy gracias a Dios por todo lo que vivimos juntas y lo que aun no espera vivir. Un abrazo y un te extraño enorme desde la distancia, parte de mi corazón esta contigo en Perú.