Memoria Muscular

Al verte por primera vez, volví a sentir la misma curiosidad que tuve cuando nos conocimos en aquella fiesta en el que todos estaban besuqueándose y nuestras miradas se encontraron incómodamente frente un plato de Doritos, rodeados por gente amorosa, no nos quedó de otra si no de presentarnos.

Estabas guapo como siempre, los años definitivamente no pasaron por ti. Hasta que se asomo que ya no estabas con tu novia, que se habían separado y mí corazón dio un brinco. Nuestros encuentros se empezaron a hacer recurrentes, mediante amigos. Una vez más nos volvíamos a ver la cara y yo deseando poderte decir que me seguías gustando, pero era demasiado pronto. No quería volver a repetir el mismo baile en donde abro mí corazón y salía destrozado, sinceramente, no podía con otro rechazo de tu parte.

En una de esas reuniones estábamos en lados opuestos de un sofá, acostados mirándonos , cuando colocaste tu mano sobre mí muslo, mis pensamientos empezaron a corretear a mil por hora, ¿Qué significaba todo esto? Por allí fue solo un gesto tonto, querías colocar tu mano en un lugar más cómodo, o distraídamente no te diste cuenta que me estabas tocando. Otra vez me volví a sentir como una adolescente.

Mí emociones otra vez se alborotaron, no quería que fuera como la otra vez y quise ignorarlos, pero cada vez te veía, no podía pensar en otra cosa que besarte los labios, nuevamente invadiste mis sueños.

Un día, en un favor a mí madre, llegaste a mí casa, sonriente como siempre, dimos un corto paseo alrededor, hablando de la vida, de nuestras cosas. De forma de pago del favor te prometí una cerveza y así cumplí.

Está vez quería que nos sentamos cerca, si no podía probarte, me bastaba con sentirte, nos sentamos y el tiempo no había pasado entre nosotros, nuevamente teníamos 15. Poco a poco, entre excusas tontas, me fui acercando a ti, a lo que tú también respondiste con cariño.

Ya a centímetros de distancia, nuestras pieles se tocaban. Sentía como la respiración se me acortaba y la piel se me calentaba cuando rozabas mis muslos distraídamente, allí mis sospecha de que estabas sintiéndote igual se confirmaron, así que seguí tus pasos. En una de esas charlas, te mostraba canciones que me gustaban, a lo que melodiosamente cantaba, inspirada en cada letra, intentando distraerme de mí corazón bailarín. Miraba hacia otro lado, a lo que colocaste tu mano en mí barbilla, trayendo mí cara hacia a ti, a lo que mí corazón respondió acelerándose mucho más. Mí mente estaba en blanco y con una risa nerviosa respondí. Todo bien? “Todo bien.” dijiste.

Definitivamente algo estaba sucediendo entre nosotros, era muy evidente. No recuerdo en qué momento fugaz, me robaste un beso. Pero fue extraño, no recordaba estos labios, no recordaba estos besos, torpemente intentaba bailar vals y tú bailabas merengue, estábamos desincronizados. ¿Acaso ya se murió todo? Era mí mente pensando en lo que fue? ¿Pretendiendo que así será? No lo sé, pero sea lo que sea, este beso no estaba funcionando. La noche pasó y seguías invadiendo mis sueños, no tenía sentido todas estas emociones, pero simplemente me deje llevar por el arroyo.

Me pediste que nos viéramos nuevamente, y otra vez, tenía 15 años. No dejaba de pensar en tomarte la mano, pero no quería sentirme como apresurada. En otra locación, estábamos en un mirador, nos quedamos en el auto hablamos de la vida, de nosotros, del tiempo. Tenía que volver a intentarlo, me lance a besarte, y en la oscuridad encontré tus labios, estábamos bailando al mismo son.

Ambos nos perdimos en ese beso, una y otra vez. Nos tomamos las manos y sentí que el tiempo nunca había pasado, que seguía siendo la niña tonta que te esperaba después de clases, que no sabia cómo decirte todo esto que me estaba pasando. Nos tomamos de la mano, y el tacto era el mismo, estábamos en una burbuja, viviendo otra vez nuestro amor. Todo era como lo recordaba, pero no como esas memorias claras, en donde recuerdas las personas, los nombres, la locación. Es como cuando montas en una bicicletas y tu cuerpo sabe como moverse, como sentirse.

Como la memoria muscular.

SD