La Voz Bautista (noviembre de 1951, Chile), La doctrina política del protestantismo, El alcoholismo ruina del hombre, “Los católicos latinos se interesan en las escrituras, Cultura sola no basta. Trabajo denominacional, Diversidad y unidad, Leyes

La Voz Bautista 43:11 (noviembre de 1951), publicación bautista chilena, Honorio E. Espinoza, Director. Temas claves:
Pág. 2, 10: “La doctrina política del protestantismo” (G. Bromley Oxnam)
Pág. 3–4: “El alcoholismo, ruina del hombre” (David Ores Lunq)
Pág. 5: “Los católicos latinos se interesan en las escrituras” (Wilton M. Nelson)
Pág. 7, 6: “Cultura sola no basta” (A. Pereira Alves)
Pág. 9–10: “Trabajo denominacional” (Anibal Giordano C.)
Pág. 11, 23–24: “Diversidad y unidad” (E. Báez S.)
Lecciones de Escuela Dominical (a cargo del Pastor A. Olmedo)
Pág. 13–14: “Dios se revela a Moisés”
Pág. 14–15: “El pueblo libertado”
Pág. 15–17: “Leyes para la nueva nación”
Pág. 17, 23: “El pueblo adorando”

Página 2 tiene un artículo importante sobre la teología de políticas públicas de los bautistas. Acá va el artículo completo:

La doctrina política del protestantismo
'La doctrina protestante fertiliza la buena tierra con abonos de libertad y democracia. El insistir protestante en el “derecho de juicio privado” desarrolla la actitud científica del espíritu y disuelve las neblinas de la ignorancia y la superstición. Los países protestantes se caracterizan por la presencia del hombre libre en una sociedad libre; hombre que descubre la verdad libertadora, y que la proclama, y que en cooperación con sus prójimos trata de aplicar esa verdad al común bienestar. Aún desde los tiempos de la Reformación [sic], el protestantismo ha estado preparando a los pueblos y enseñándoles a resistir la tiranía. El protestantismo ha luchado contra todas las formas del totalitarismo, ya sea político, o ya económico, o ya religioso. El protestantismo no declara “guerras santas”. El protestantismo crea la sociedad invulnerable. A la hora presente, el protestantismo se da cuenta cabal de la amenaza que el comunismo significa a la religión y a la democracia. Hace catorce años, E. Stanley Jones, uno de los más grandes misioneros protestantes contemporáneos escribió diciendo: “Esta generación, o en todo caso la próxima, tendrá que escoger entre el comunismo materialista ateo y el Reino de Dios en la tierra… El problema no se va a decidir por medio de argumentos, sino que por el establecimiento de un orden mejor… El Reino del Hombre-Masa Ateo, por una parte, y el Reino de Dios, por la otra, están en puerta. El protestantismo incluye a sus miembros por medio de un sistema educativo que alcanza a decenas de millones de individuos, y por medio del público y la prensa, y de las escuelas primarias, y de comisiones bien calificadas en el ramo que se les asigna. Esas decenas de millones están dándose cuenta ya que la amenaza del comunismo. Pero el protestantismo concentra su esfuerzo en la edificación de una sociedad justiciera que sea la defensa fundamental contra las asechanzas del comunismo. La edificación de sociedad semejante le resulta empresa relativamente fácil al protestantismo, porque el protestantismo no se va embarazado por vastas posesiones materiales. No es la institución terrateniente en países europeos. Por lo tanto, se ve libre a la hora de hacer decisiones en términos de vida, libertad y búsqueda de la felicidad, que no en términos de propiedad, prestigio y poderío. El protestantismo sabe que el principio democrático se debe extender a la vida económica de los pueblos. El protestantismo crea una atmósfera en la cual la tiranía no puede respirar. La proclama protestante del “derecho del juicio privado” y de la “salvación por la fe” que nos dirá el gran teólogo Alberto C. Knudson “coloca la iniciativa espiritual y la santidad de la conciencia individual por encima de cualquier sumisión a la autoridad externa…; pone (esa proclama) el bienestar del individuo allende el alcance de toda la humanidad tiranía y de toda flaqueza esclavizante, para constituirlo en… hombre libre. Los protestantes creen en la desgracia como el mejor medio con que la libertad cuenta para expresarse. Pero por tanto, la forma de gobierno eclesiástico la determina el pueblo, así se trate del episcopal, o del presbiteriano, o del congregacional. Los obispos protestantes son elegidos por el pueblo. Los cuerpos judiciales protestantes son constituidos por el pueblo y sus constituciones redactadas por ese mismo pueblo. Los funcionarios protestantes le son responsables al pueblo. Los fondos de las iglesias protestantes son manejados por el pueblo; y las cuentas son intervenidas y puestas al visto bueno del pueblo. Los protestantes saben que el poder corrompe y que es capaz de corromper lo mismo a la iglesia que al estado, igual a un obispo que a un hombre de negocios. Por tanto, los protestantes mantienen el poder en manos del pueblo. El protestantismo aboga por las garantías individuales y ataca la negación de las mismas en los países comunistas. El Consejo Federal de las Iglesias de Cristo y el Consejo Mundial de Iglesias tuvieron alta parte de influencia en la obtención de la Carta Universal de Derechos Humanos adoptada recientemente por las Naciones Unidas. El protestantismo ha sido realista y constructivo; se abstenido de toda especie de manifiesto inflamatorio; no ha hecho llamado alguna a las pasiones; no ha convocado al campo de batalla. El protestantismo convoca a los hombres libres, eso sí, a edificar una sociedad mejor que la dictadura pueda jamás levantar, es decir, una sociedad en la cual “se reconozca lo sagrada de cada personalidad, orden en que todo ser viviente encuentra oportunidad de alcanzar la más completa expresión de todas sus potencialidades”. Donde quiera que el protestantismo se ha establecido, allí han circulado ampliamente las Sagradas Escrituras. Y, con el espíritu libre, con la educación libre, con el modo democrático, se ha desarrollado la comunidad libre. El nivel de la cultura popular es alto en todas las grandes naciones protestantes, naciones que van a la cabeza del mundo en realizaciones tales como las pensiones para ancianos, el seguro contra el paro forzoso, la atención médica gratuita, etc. El protestantismo aboga por una sociedad que sea libre al mismo tiempo que moral, democrática a la par que justa. Las tierras protestantes son una prueba convincente de que la estrategia protestante es sana, que la victoria es cierta". (página 2)

Páginas 3-4 habla fuertemente en con el abuso de alcohol.

"Uno de los medio que sistemáticamente usa Satanás para perder las almas y para corromper los pueblos es el uso del alcohol en cualquiera de sus formas. Desde las aparentemente inofensivas bebidas fermentadas, hasta los elaborados licores destilados. Se ha dicho que la puerta más concurrida del infierno es la cantina. (página 3)
Quiero Dios con su poder destruir el poder nefando del alcoholismo, que esclaviza las almas, arruina los cuerpos, degenerada las razas, y hace decaer las naciones. (página 4)

Página 5 habla de las mejoradas en las versiones católicas de la Biblia.

"Pero ahora, para gran satisfacción de los evangélicos, las nuevas versiones católicas no padecen de los graves defectos de las antiguas y son casi exactamente iguales en sentido a las nuestras. Esto se debe al hecho de que los traductores están haciendo su obra a base de los idiomas originales, tal como siempre han hecho los traductores protestantes. Así nos alegramos el saber que el pueblo catolicoromano empieza a interesarse en la lectura de la Biblia y que lee en versiones que dan el sentido más correcto y exacto del contenido". (página 5)

Página 7 habla de la religión verdadera que transforma la cultura y sociedad alrededor de nosotros.

"La cultura desarrolla la mente; la religión, reforma el corazón. Por supuesto, la religión es necesario que sea sincera y que no rutinaria; pues, estamos cansados de ver a personas religiosas, que a pesar de su “religiosidad”, son egoístas y de malos sentimientos. La religión para ser útil, es necesario que esté inspirada en una fe honda, capaz de cambiar la conducta del creyente". (página 7)

Página 8 dice la naturaleza demuestra la omnipresencia de Dios.

Páginas 11 y 23 habla de a unidad de la iglesia y la diversidad necesaria.

En página 24 se ofrece libros sobre las iglesias rurales, los negros, y los mártires de España tras le Reforma.


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