Yield. Periplos, Revista de Arte y Literatura. N° 5
Yield / @seifiro*
Yield
—¡Es que sólo eres una puta inútil!—decía el padre. Denna cortaba otra calabaza—uno…—contaba ella. —Todas son iguales. Unas traidoras. ¡Unas perras arrastradas! Incluida tu madre…—dijo mientras tomaba un aliento—dos—contaba ella después de otro golpe seco.—No debí decir eso, supongo. ¡Pero se lo tienen merecido!—dijo él—. Tomó un respiro profundo, subió el hacha lo más que pudo—tres…—contó. Su padre seguía con los insultos y con su comportamiento frenético. Denna estaba perdiendo el equilibrio mental. Volvió a suspirar.—tres menos uno—y dio un golpe con un ruido exquisito
Tocaron a la puerta de la casa Polanski. Abrió la señora Martha, madre de Denna. Del otro lado de la puerta se encontraba un hombre con gabardina. Martha llamó a Jhon, su esposo.
—Buenos días, señores Polanski, soy Vito Chinaski, detective privado, vengo de la ciudad; estoy realizando investigaciones sobre Yield.co, y entiendo que su propiedad ha sido una de las más beneficiadas por esta compañía. Me gustaría hacerles unas preguntas.
—Está bien, puede pasar—dijo Jhon, ocultaba perfectamente su nerviosismo. El detective entró, se sentó en un sofá. La señora Martha le preguntó que cuál tipo de café le gustaba. Le dijo que un capuchino. Martha utilizó la cafetera de Yield.co de la cocina y trajo cafés.
—No debió molestarse, esto es muy caro. No tendría cómo pagarle—dijo Vito.
—No se preocupe, tenemos bastante café en la granja. Es gratis. No como en la ciudad—dijo la señora con amabilidad.
—¿Y cuáles son las preguntas, señor detective?— preguntó Polanski.
—Nada del otro mundo, señor Polanski—dijo Vito mientas se tomaba un dulce sorbo del capuchino.—En la capital, si bien es cierto que Yield.Co es una bendición para toda la nación, también es verdad, como quizá haya visto en las noticias—dijo mirando al enorme televisor de la sala—, Yield Company está siendo investigada por, entre otras cosas, casos de corrupción, y también por crímenes contra la humanidad.
—Bueno, sí… Lo he visto—dijo Jhon.—Pero esas son meras especulaciones y sensacionalismo de los medios. Este país depende enteramente de las producciones de Yield, y sería peor si la compañía se viera en problemas.
—¿Dice que es mejor ignorar a la corrupción como a sus otros crímenes?— preguntó Vito con tono muy serio.
—En estas tierras, señor Chinaski, cualquier granjero le dirá que sí. ¿Importan los derechos humanos después de la guerra?—hizo una pequeña pausa para enfocarse en la petra expresión del detective—Sólo existe una única empresa productora de alimentos, y esa es Yield Company.
—¿Sabe usted que pertenece a un enorme monopolio de empresas que también hacen experimentos genéticos, biológicos, farmacéuticos, etcétera?
—Por supuesto… También está en las noticias. ¿Pero qué tiene que ver esto conmigo?
—Sólo quisiera que me cuente cómo es su relación con la compañía. Como todo el mundo sabe, usted ha sido un hombre muy bien beneficiado…
—¡Ya, ya! Entiendo. Sin embargo, usted no es periodista. Vienen muchos por acá.—Polanski tenía una risita en la cara.—Bueno, la verdad es que no ha sido fácil. Yo tengo una hija, pero hace diez años no teníamos nada para comer, sin embargo, tenía a todas estas tierras baldías. Vino un hombre de Yield, las estudió, dijo que eran propicias para el cultivo. El resto es historia, señor Chinaski; vinieron las semillas, los científicos; a continuación los contratos y los cheques. De allí en adelante nuestra vida comenzó a mejorar. ¡También ayudamos mucho a los vecinos!—dijo con un énfasis importante.
—Entiendo… señor Polanski.—Comenzó Vito. —Así que tiene una hija…
—Y mi esposa tiene varios meses de embarazo—interrumpió.
—Muy bien—se incorporó Vito—. Eso en cualquier caso es un logro. En la ciudad es difícil tener dos hijos, mientras que en el espacio, sólo te permiten tener uno. Las colonias espaciales no han sido el éxito prometido. Pero ahora quiero hacerle una pregunta importante: ¿sabe algo de los experimentos biogenéticos que lleva a cabo Yield.Co con niños?
Denna era reconocida como una prodigio: siempre ganaba las ferias de ciencias en su escuela, cosa que le dio una beca para estudiar en la universidad, y ya llevaba tres años de carrera. Había regresado al campo como era costumbre en sus vacaciones. La ciudad era un sitio sumamente hostil, y quienes llevaban una vida fuera, preferían no permanecer mucho tiempo allá. Las personas eran distintas, estaban acostumbradas a llevar máscaras de respiración artificial, sólo fuera se podía estar sin ellas, siempre y cuando hubiera domos limpios. Los de la ciudad estaban contaminados. Se encontraba tocando a Chopin absorta de cualquier pensamiento. Había varios vasos de leche de Yield que su padre la obligaba a beber sin ninguna razón. Ella sólo obedecía. Sabía que no debía hacer lo contrario. Por eso la luz de sus ojos eran como una primavera ahogada en un invierno que aparecía de súbito. De pronto, escuchó un golpeteo en la ventana. Miró. Era Luke, uno de sus vecinos. Alguien por el cual Denna sentía algo que, con el tiempo, logró definir como «amor». Bajó y se fue a ver con él. Habían pautado una especie de «cita» desde hace algunos días. Era la primera vez que Denna estaba en ese tipo de movidas con un chico. Ella no sabía si realmente era bonita. Sin embargo, era cierto que muchos de los chicos la alababan a ella, pero en especial a su madre, Martha, ya que era una mujer mucho más joven que el señor Polanski, y con un cuerpo fenomenal. Sí, así siempre la describían. La admiración de los chicos de su edad por su madre siempre le había resultado incómoda. Luke no era muy diferente a esos jóvenes, aunque paulatinamente, por alguna razón, los sentimientos y las emociones se le fueron haciendo cada vez más cosas difusas. Le costaba en muchas ocasiones sentir tristeza, o empatía; en cambio, sus calificaciones subían de manera exponencial. En algún punto de esa noche, Luke la besó y le metió la lengua hasta la garganta. La desnudó. Denna lo separó de ella.
—Ven, Denna—dijo él jadeando y bajándose los pantalones. —A tu madre le ha gustado, ya verás que a ti también.—Era algo que Denna ya sabía; su madre le era infiel a su padre, se había acostado con Luke en varias oportunidades, siendo de hecho este el producto de su embarazo. Su padre conocía que esa barriga no era producto de su semilla, pero no era capaz de admitirlo, así que actuaba como si así fuera.—Si no quieres, te obligaré—volvió a decir, se acercó a Denna y la rodeó con sus brazos, comenzó a quitarle la ropa. Ella se sentía como dentro de una nube negra.
Esa noche llegó cojeando a su hogar. Su papá estaba nervioso pero actuaba extrañamente cordial. Denna le preguntó que qué le ocurría. Entonces su padre le contó que hace tres días, recibió la visita de un detective.
Al día siguiente, Denna se encontraría con Vito Chinaski en un pequeño bar lácteo del pueblo. Este le invitó unos vasos de leche, y logró sacarle conversación con algo de esfuerzo. A Denna no le agradaba pero no veía pérdida en contarle lo poco que sabía de Yield Company, y las cosas que su padre le obligaba a consumir. Vito luego le preguntó sobre su rendimiento escolar, y se sorprendió al saber que ya estaba en la universidad. Hizo otras preguntas y hablaron por dos horas.
A Vito Chinaski le habían advertido que el diablo se paseaba por el campo y que debía cuidarse de este. Todo el mundo que daba testimonio aseguraba que siempre aparecía a partir del ocaso, cubierto de una luz crepuscular muy intensa, y que en ocasiones se llevaba a alguien consigo. Es cierto que había reportes de desaparecidos, y en su mayoría eran niños. Pero eso no era su deber. Él sólo debía conocer sobre Yield.Co. Esa noche logró infiltrarse dentro de unas de las instalaciones principales de la empresa burlando la seguridad. Cuando, después de pasar por el intrincado laberinto de llaves electrónicas, claves de seguridad, como de elevadores que sólo llevaban a pisos en específicos, pudo llegar hasta el servidor de Yield.Co, se sentó frente al ordenador y comenzó a teclear una serie de nombres claves que le habían sido suministrados a través de sus contactos. Colocó una tarjeta y comenzó a sustraer la data necesaria. Después de unos largos minutos en los que no dejaba de sentirse observado, se completó la transferencia y comenzó el pasmoso recorrido fuera de las instalaciones. Los minutos se le hicieron horas largas pero pudo salir y se dirigió hasta el hotel cápsula en donde se hospedaba. A continuación, comenzó a leer uno de los reportes que más le interesaban: Los efectos de la experimentación alimenticia llevadas a cabo por Yield en ciertos jóvenes escogidos. Por lo que había hablado con Denna, entendía que ella era otro sujeto experimental. Ella le había comentado que, además de los alimentos en tubos de pasta, o en cualquier otra presentación, cada cierta cantidad de meses, su padre la obligaba a ir hasta la empresa. De estas visitas, Denna sólo recordaba que le pedían que se quitara la ropa y que se pusiera una bata. En algunas ocasiones —contó—, había estado acompañada de chicos y chicas de su edad, pero después de algunas inyecciones, caía en estado catatónico, y al despertar no recordaba nada de lo sucedido, salvo, en algunos casos, de sueños extraños con «el diablo». Sin embargo, la mayor parte de todo el recorrido onírico era demasiado difuso, aunque Denna agregó: «cuando soñaba, sea lo que fuera, sentía a mis impulsos primitivos exacerbarse. Por alguna razón, sentía impulsos de… Matar. Quizá. No sabría explicarlo, jamás he tenido ese impulso, pero es la única manera de definirlo. Es como sentirse un animal salvaje». Comenzó a leer el archivo que buscaba.
Yield Company en secreto ha elegido a un sinfín de sujetos de experimentos en el área del campo de sus instalaciones principales en América, con el fin de lograr hallar la adaptación bio-genética necesaria para que la humanidad pueda seguir existiendo en este nuevo mundo, sin que sea una necesidad abandonar la tierra. En estos momentos, los planes se encuentran en una simple etapa de desarrollo que nos ha tomado varios años. Nos hemos hecho de sujetos experimentales bajo todos los aspectos legales que hemos podido cubrir, sabemos que hay distintas oficinas del gobierno detrás de nuestra pista, por ello, hemos ofrecido sumas de dinero e inversiones a familias de la zona a cambio de que alguno de sus hijos consuman ciertos productos única y exclusivamente enviados a estos, aunados a cierta cantidad de visitas para chequeos por parte de nuestros científicos. Los campesinos han accedido sin preguntar ningún detalle, cegados por las fortunas que sus tierras comenzaron a producir. No hace falta decir que los experimentos hasta ahora han sido satisfactorios al respecto de sus resultados; no en balde, cabe hacer un paréntesis. Años atrás, participé con parte del equipo de Yield Europa quienes vinieron hasta Estados Unidos para colaborar con una etapa anterior de este experimento. Los sujetos de prueba en aquel entonces eran hombres y mujeres jóvenes de actitudes físicas destacables que se podían comprar en la ciudad, que en todo caso, la sociedad podía prescindir de ellos. Estos sujetos no resistían mucho tiempo las arduas pruebas a las que eran sometidos sus cuerpos, a los cuales se le realizaban diferentes cambios, o en un lenguaje más precioso: mutaciones. En aquella época, yo no era jefe del departamento todavía, y debo decir que la directiva era muy imprecisa; con ello quiero decir que, en ocasiones, muchos empleados no sabían en qué estaban trabajando. Ese fue mi caso. Retomando lo de aquellos sujetos, sólo uno de ellos dio resultados sorprendentes, llegando a asimilar los parásitos y las partes biomecánicas en su cuerpo. Por supuesto, como resultado, su consciencia fue borrada dejando a un simple cascaron sin alma. Era el resultado de un producto que lograría crear armas de guerra, ya que en aquel entonces estábamos en la peor situación posible. Al experimento se le bautizó como Todd. La guerra terminó, y Todd no pudo hacer su debut, así que se quedó preso en los pisos subterráneos de las instalaciones. Durante los años posteriores, Yield comenzaría a trabajar en un proyecto que sería derivado de este: uno en donde para eliminar a las carencias humanas, se eliminarían las consciencias de la mayoría de los individuos de la sociedad; dicho de otra manera, de todos aquellos que no aporten nada a esta. Esto se daría por orden principalmente de los gobiernos, sí, pero en lo más profundo, viene siendo un menester de la propia empresa, Ark, de la cual depende Yield. Desarrollamos alimentos y experimentos derivados del mencionado Todd que eliminarían poco a poco cualquier rasgo de consciencia y de personalidad en los seres humanos. Deseábamos comenzar con adolescentes pues a esa edad las personas son papeles en blanco que buscan ser llenados, y por consecuente, era el punto más interesante para abordar. Digamos que buscábamos forzar una evolución eliminando al concepto de "masas". En esto no repararé más, los sujetos serian como ya dije, los hijos de los campesinos.
Para nuestra desgracia, hace unos años Todd escaparía después de que su cerebro comenzara a presentar un comportamiento inusual registrado por la computadora. Por decirlo de alguna forma, era la actividad cerebral que presentan los seres humanos cuando sufren de pesadillas. No hace falta decir que Todd es una máquina de guerra, y sin necesidad de armamento, podría abollar con sus puños a un tanque, como también resistir balas de casi cualquier calibre, saltar varios metros, entre muchas otras características que lo convierten en un peligro. El Departamento de Inteligencia y Seguridad de Yield intentó capturarlo sin éxito. Al principio no se encontraban rastros de él. No en balde, cuando los primeros sujetos de experimentos —los hijos de los campesinos— comenzaron a dar resultados negativos por culpa de sus padres, se registró la actividad de Todd en el pueblo. Por alguna razón que aún no sabemos -y según los testimonios de los pueblerinos como también de la policía local, de la cual hemos filtrado todos sus informes al respecto-, después de que los sujetos entrasen en lo que hemos definido como «un trance de cólera», Todd aparecía y se los llevaba consigo por razones desconocidas. El secuestro no estaba dentro de su programación, ni tampoco el asesinato a civiles. Los blancos que debía seguir serian previamente programados por computadora. En todo caso, los pueblerinos lo apodaron "El diablo".
Si bien los sujetos experimentales han presentado un exponencial crecimiento de sus capacidades cognitivas a cambio de la pérdida de sus personalidades y empatías, también existen ciertos riesgos exponenciales que los pueden convertir en seres completamente pasionales y peligrosos. Entre ellos está el estrés extremo; es el principal agente que los puede sumergir en este estado. Siempre es después de esto que aparece Todd ante ellos. ¿Pero cómo? Es un misterio.
Pensó en Denna y en el estrés por el cual ella pasaba todos los días. Vito había investigado sobre Jhon, su padre; sabía que Martha, su esposa estaba embarazada de un hombre más joven y apuesto, y que Jhon lo había ocultado para no dañar su reputación. Sin embargo, dentro de la casa, aunado a las palabras de la propia Denna, Jhon era muy violento. No solía agredir a Martha pero se descargaba constantemente en Denna. La insultaba, la denigraba, la golpeaba. Denna, por su parte, aseguraba que últimamente no se sentía mal por los insultos. Ella misma se preguntaba si eso era costumbre. No en balde, por lo que Vito acababa de leer, pudo concluir que era producto de los alimentos alterados por Yield. Vito sintió la necesidad de ir hasta la propiedad Polanski para hablar con Denna. Jhon y Martha le parecían unas personas desagradables en todos los sentidos, pero Denna estaba allí, apagándose, como los colores del crepúsculo a punto de extinguirse por una indefectible noche.
Jhon Polanski estaba muy ebrio. No paraba de gritar improperios y maldiciones a su mujer y a Denna mientras tragaba de la última lata de cerveza que le quedaba. Una vez vaciada la lata, la arrojó al piso. A continuación, pidió a Denna que la recogiera. Esta había estado prácticamente muda durante todo el jaleo de su padre. Denna se agachó a recogerla. Jhon miró cuando se agachó. Miró a sus caderas y a la posición de Denna. No era obscena sino torpe, sin embargo, dentro del cerebro de un hombre como Jhon, quien puede creerse más inteligente de lo que realmente es, ocurrían cosas. Pensaba en las veces que Martha le había sido infiel. Y con quién. Y con cuántos. "¡Mierda! ¡Esa maldita perra! Tú eres su hija. ¡Eres igual que ella!", gritaba en su interior. Denna cogió la lata y la llevó hasta el basurero. Entonces Jhon la cogió de la muñeca. La apretó muy fuerte. Martha hizo acto de presencia pero Jhon la empujó y dijo:
"Tú no te metas. Debo enseñarle a tu hija una lección. Ha sido una mala niña. Es lo que dicen en el pueblo, y no puedo permitir que mi nombre se manche". Denna forcejeaba para soltarse pero sus fuerzas no se lo permitían. Sentía dolor y ansiedad. Salían lágrimas de sus ojos, y ella se preguntaba por qué. Jhon la sacó de su casa y la llevó hasta el huerto de calabazas. Cogió un hacha y se la puso entre las manos.
"Debí tener un hijo varón", dijo él. "Al menos tendría a alguien con quien compartir mi orgullo y mi propiedad". Pasó un rato, y Denna comenzó a cortar calabazas.
Cortaba las calabazas con un hacha mientras escuchaba los improperios de su padre en contra de ella. El sonido del golpe del hacha era seco. Daba otro golpe y otro.
—¡Es que sólo eres una puta inútil!—decía el padre. Denna cortaba otra calabaza —uno…—contaba ella. Sentía unas pulsiones extrañas proviniendo de su cerebro. Las lágrimas de sus ojos se habían secado ya. También, por alguna extraña razón, sentía que su madre daría a luz esta noche. "Este hombre imbécil sólo me está haciendo daño". Una espiral obscura de pensamientos comenzó a invadirla. Sin embargo, ella no soltaba el hacha y seguía, y seguía cortando calabazas, mientras ese maldito hombre que debería de morirse la seguía insultando. —dos—contó.—No debí decir eso, supongo. ¡Pero se lo tienen merecido!—dijo él—. Tomó un respiro profundo, subió el hacha lo más que pudo —tres…—contó. Su padre seguía con los insultos y con su comportamiento frenético. Denna estaba perdiendo el equilibrio mental. Tres son mis problemas. Tres son mis pesadillas. Mi padre me ha vendido. Mi madre lo sabe. Ella está manchada. Sólo se aprovecha de su esposo. Yo le sirvo como escudo. Ella debería de morir. Igualmente ella habría muerto de hambre de no ser por este hombre al cual traicionó con Luke, y piensa seguir haciéndolo. Ella está manchada de un pecado. Mi padre también. Su orgullo le prohíbe admitirlo. El orgullo es otro pecado. La visión de Denna se estaba nublando y comenzó a desvanecerse pero sus fuerzas se mantenían. Sostenía al hacha como una máquina. Todos deberían de estar muertos. Volvió a suspirar.—tres menos uno—y dio un golpe con un ruido exquisito.
La cabeza de Jhon Polanski salió despedida unos pocos metros. De la cabeza emanaba una fuente de sangre caliente que se desparramó sobre las calabazas. Denna siguió cortando calabazas mientras tarareaba una canción de su infancia.
Sweets…sweets…lalala…sweets (aplastó a una calabaza y luego buscó otra) love…red… ¿Es esta tu cabeza? Y la aplastó.
Vito Chinaski no tuvo más opción que forzar su entrada a la casa Polanski. Las luces estaban tenuemente encendidas. Detrás de él, la luz del crepúsculo era intensa. Delante de él, había un tenebroso silencio humano, sólo interrumpido por el ruido de un teléfono descolgado. Exploró el primer piso sin encontrar a nadie. Sin embargo, había rastros de pelea. Subió al segundo piso, a lo que adivinó que sería una habitación para el próximo hijo de la familia. Lo que vio le dio arcadas. Era el cuerpo de Martha con el vientre abierto como una cesárea pero con cortes y regulares. Como si la hubieran abierto con una tijera de forma brusca. Todo rastro de vida había escapado de sus ojos. Le habían extirpado al niño. Siguiendo el rastro de sangre conducía hacia el ala derecha del pasillo. Allí miró a Denna con el niño en el suelo. Lo estaba desmenuzando con tijeras de jardinería. Vito sacó una pistola y le apuntó tembloroso. Le indicó que se levantara. Denna se paró lentamente y se dio media vuelta sosteniendo un pedazo del brazo del niño en una de sus manos.
"Dos menos dos. No quedaba ya ningún problema", dijo. Vito no entendía. Los ojos de Denna eran blancos. Su iris era como mirar desde una ventana a un paisaje lleno de neblina. Su cabeza se movía en pequeños espasmos. Vito no podía soportar tan dantesca imagen; le disparó en un brazo. Denna lanzó un lamento. Miró a Vito con desprecio y se abalanzó encima de él. Vito era más alto y musculoso, sin embargo, Denna era increíblemente más fuerte que él. Tanto así que logró quitarle la pistola y lanzarlo a un borde de la escalera.
—¡Denna, espera!—dijo él. Denna lo tomó del cuello y lo lanzó desde el segundo piso. Aterrizó en la sala. Se lastimó pero no se había roto nada. Le tomó unos segundos incorporarse de nuevo. Denna estaba frente de él. Miró que su brazo estaba sano. Intentó tranquilizarla. Entonces esta tomó su mano y la acarició.
—Vi…to…
—Sí, así es, Denna, soy yo.
—No voy a matarte. Pero si…puedo te…haré…pedazos—dijo secamente; sacó un destornillador y clavo la mano de Vito a la pared con este.
El dolor que recorrió al cuerpo de Vito era indescriptible. Gritó fuertemente. A continuación, Denna le dio un puñetazo tan fuerte en la nariz que se la rompió. "¡Detente, por favor, Denna!". Cogió su cabeza y la estrelló contra la pared. Luego, lo tomó con una mano de la mandíbula. Sólo la otra le daba repetidos golpes a un lado de la cien. Vito se estaba desvaneciendo. Su cabeza era una masa sanguinolenta. Pero de pronto, Denna se detuvo y miró hacia la puerta con una impresión de asombro y salió corriendo hacia ella.
Vito como pudo sacó el destornillador de su mano y se incorporó. Vino el recuerdo de los archivos que había leído hace unas horas. Vio que Denna era absorbida por una luz crepuscular en donde se asomaba una enorme figura negra humanoide. Se la tragó y desapareció.
Minutos después, Vito escucho a los vecinos acercarse, y él cayó al suelo.
Fin
@seifiro (Andrés Lugo)*. Licenciado en Comunicación Social. Ha obtenido diplomados en Planificación y en Producción Cinematográfica. Escritor venezolano.
Posted from my blog with SteemPress : http://seifiro.timeets.xyz/2018/10/23/yield-periplos-revista-de-arte-y-literatura-n-5/
Saludos, @seifiro. Gracias por contribuir a este quinto número de #Periplos.
Escalofriante relato.
Reune algunas de las proyecciones más aterradoras del futuro de la humanidad.
La aniquilación por guerra o desastre natural no asusta tanto como la preservación de la vida a expensas de los valores humanos.
Creo que hacia allá vamos. Money talks y quien controle el dinero controlará el poder político y científico, como hasta ahora ha sido el caso, mientras las temidas masas yacen adormecidas en un letargo lacteo.
El título de la historia es sugerente. Es mucho lo que se ha rendido, entregado, cedido. Las masas aún no entienden de libre albedrío o aquello de que "en la unión está la fuerza". Solo en lo caótico, en la corrupción pareciera haber consenso automático.
Miro con interes lo que será el desenlace de la marcha de inmigrantes centroamericanos. Pudiera ser un ejemplo interesante en alguna de las dos direcciones.
Lo cierto es que tu relato hace pensar, es polisémico y controversial. Te felicito.
Muchas gracias por leerme @hlezama
Personalmente traté de pensar en un escenario más "real" y "político" de un mundo caótico, y sólo se me ocurrió un escenario en donde la vida puede continuar sólo si El Poder prescinde de ciertos valores humanos. Negando principalmente la humanidad de otras personas.
Creo que en la Venezuela actual se hallan muchos ejemplos de estas historias: padres vendiendo a sus hijos para conseguir dinero; monopolios consumiéndose a las personas.
Junto a Vito, viví momentos terribles, sabía que ella en algún momento haría algo macabro, pero no con tanta frialdad. Esto fue mejor que el cine, empece a leer y leer con cierto afán, porque quería saber que seguía.. maravilloso 😍
Estaré esperando, para saber que más secretos esconde Yield...
Oh, sí. Y te digo que como Denna, hay muchos. Las mutaciones del cuerpo, y las mutaciones en el cerebro por parte de Yield serán muy, muy terribles.
Me alegra mucho que lo hayas disfrutado incluso más que una película <3.
Me gusta esta clase de literatura, ficción, terror, misterio, muertes macabras, ja ja ja... jo jo jo...
Cuando escuche Yield, pensé que sería la historia de un Yeti o algo así, esto es magnifico @seifiro.
Felicitaciones por este texto, las diferentes escenas incitan pensamientos que le proporciona credibilidad. Suerte para este proyecto, @seifiro.
Muchas gracias. Un gran abrazo. :)
Aunque fuerte, desde que leí este texto quedé realmente sorprendida con tu escritura, lo bien hilvanado, los detalles. Esta parte me gustó. Gracias por aceptar nuestra invitación y colaborar con Periplos. Saludos
Gracias. Gracias. Digamos que... Lo escribí con esmero, fijándome en los detalles lo más que pude. Después de todo, es para una gran revista.
Que bueno que aun se mantienen ciertas cosas en este mundo, y tan bella que es la escritura, arte y demas, saludos.
Gracias ;).
eres un duro escribiendo pana
Gracias, hermano. Un placer que me leas.
Me gusto, tremenda narrativa. Me recordó un poco a Asimov, y mas cuando mencionaste las colonias espaciales. Yo también estoy escribiendo un relato, pero no al nivel del tuyo. Apenas estoy empezando, ya publique la primera entrada como cuento corto apenas ayer (esta en mi perfil). Me gusto también la forma en que haces que dialoguen tus personajes, los detalles que das, la forma en que lo haces. En verdad, tiene mucho potencial tu relato. Espero leer pronto las siguientes entradas.
Muchísimas gracias por leerme, en cuanto pueda, me pasaré por tu blog.
Mi único consejo es que si tienes una idea para escribir, escribela sin detenerte. No importa si crees que es mala; es mejor tener un borrador y necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo. Todo esto requiere de tiempo y de mucha práctica. Un abrazo.
Este post ha sido votado por el proyecto @templo Literatura
@seifiro agradeceríamos un saludo en nuestro próximo reporte de curación que contendrá un enlace a su post
Gracias amigos. Con gusto.
Apreciado @seifiro, tengo mucha pena contigo por no haberte escrito antes aunque sea un pequeño comentario sobre tu excelente relato, pero esta realidad nueva de la plataforma me tiene muy limitado.
Desde que leí tu relato, primera parte de ese proyecto mayor, aprecié la inteligente y dedicada elaboración que lo constituye, con esa visión futurista distópica (podría decirse) de un mundo manipulado biológicamente y narcotizado, pero que esconde en su vientre la monstruosidad o el horror, que puede brotar en cualquier momento. Paradójicamente, nada lejos de nuestra realidad actual. Magnífica la caracterización de los personajes. Esperaré con interés las otras entregas. Gracias por tu colaboración para este número de Periplos. Un abrazo.
Muchas gracias a ti, @josemalavem por tu invitación para formar parte del espacio de este mes. De ello estoy infinitamente agradecido contigo. La verdad me alegra muchísimo que le haya fascinado mi trabajo literario a pesar de mis pequeños experimentos. Ya verás que las próximas entregas serán más obscuras y profundas a medida en que voy fermentando la idea dentro de mi cabeza.
Un abrazo de vuelta, amigo.
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