Juegos de palabras. La Lechuza de Minerva, Revista de Humanidades. N° 2

in #equipocardumen6 years ago

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Juegos de palabras / @reycard*

Lúdica para desarrollar competencias y habilidades

El entorno idóneo de desarrollo del infante y del adolescente ha de ser un ambiente esencialmente lúdico. El juego condiciona los primeros pasos del niño y se convierte en el motor que dinamiza su vida hasta su juventud temprana, ya sea para satisfacer su necesidad de recreación, bien como un mecanismo natural de aprendizaje y desarrollo cognitivo, o como estrategia de socialización y sensibilización. Sabemos que nuestras primeras experiencias y aquellas más importantes para relacionarnos con los otros las adquirimos en contacto con ese ambiente eminentemente lúdico: a través de los juegos de manos, juegos de palabras, las canciones infantiles, los juguetes de cuna y corral, los cuentos, las adivinanzas; cuando ya estamos más creciditos vienen los carritos, las muñecas, los legos, los tacos, los rompecabezas; y más adelante le siguen los juegos de pichas o metras, el trompo, los voladores o papagayos, los yo-yos, gurrufíos (que incluso marcaron una época ya pretérita); en nuestros días son más comunes el game boy, el play station, el wii, ds, psp, juegos en línea y en red; en la adolescencia hay mayor interés por los deportes en equipos o juegos colectivos. Estos mecanismos de recreación y socialización son tan necesarios que ocupan un tiempo importantísimo en nuestro quehacer diario. Desde luego, esta dimensión lúdica está presente en la relación de los sujetos con la palabra; incluso en la lista de juegos que acabamos de elaborar muchos de los incluidos tienen un componente verbal dominante.

Palabras para jugar | Posibles usos en la escuela

En el uso cotidiano de la lengua –más allá de su función comunicativa primordial– se ponen de manifiesto distintas formas verbales con las que las personas se relacionan, e interactúan entre sí como miembros de un grupo social; son formas que están consustanciadas con el juego, y que, por ejemplo, afianzan los lazos afectivos entre los seres humanos (piénsese en el caso del chiste) o le permiten tener acceso al saber heredado de la tradición (como ocurre con el refrán), y que cumplen otras funciones importantes para el grupo. De allí que sean determinantes en la dinámica de relaciones culturales, o, mejor dicho, es la médula misma de la cultura. También hay ciertas formas más elaboradas y elevadas del juego –que describiera Johan Huizinga en su ya clásico Homo ludens–, que responden a una estructura, se ejecutan en un espacio determinado, con unas reglas propias, es un escape a la realidad, la participación es libre, voluntaria, y brinda la posibilidad de ser repetido, y suelen formar parte de nuestra cotidianidad durante la infancia y la adolescencia.

Si bien a los primeros pudiésemos llamarlos «textos lúdicos», los segundos cabrían bajo la genérica denominación de «actividades de juego». Es clara su diferencia estructural, a pesar de que es innegable su vínculo profundo con el juego y lo lúdico, que a su vez es el atractivo que permitiría justificar su aprovechamiento en el aula de clases, el gancho para atraer el interés de los estudiantes. En mi ejercicio docente he evidenciado que estas dos formas conviven y se hace uso de unas y de otras casi de manera intuitiva.

En el caso de los «textos lúdicos» se trata de construcciones verbales en las que el lenguaje juega consigo mismo e involucran al lector para que forme parte de ese juego, de manera que se produzca la interpretación y la elaboración de significados. Entre estos textos lúdicos podemos incluir: el acróstico, la adivinanza, el anagrama, el caligrama, la canción de cuna o de arrullo, el chiste, la greguería, la jitanjáfora, el lipograma, el minicuento, el palíndromo, el pangrama, el refrán, la retahíla, el retruécano, el trabalengua. De lo anterior se desprenden dos rasgos fundamentales: su orientación textualista, es decir, los textos son el centro y punto de partida en cualquier actividad que se proponga para su trabajo en el aula; y, por otro lado, se prevé un papel activo y participativo de los estudiantes con los cuales se trabajará. Estos aspectos me permiten recomendarlos como una excelente opción para su abordaje en el aula de clases.

De esta manera pueden ser una herramienta útil para el docente interesado en desarrollar en sus estudiantes habilidades y competencias de dominio en el área de lengua, en especial en el manejo y la (re)elaboración de significados, en la comprensión textual y la interpretación como herramienta imprescindible para el intercambio del niño con sus semejantes y su entorno sociocultural, cualidades mucho más exigentes en la era de la interconectividad electrónica, de redes sociales y de comunidades virtuales.

Cualidades didácticas de los textos lúdicos

El juego es la dimensión que nos permite conjugar las particularidades textuales y las necesidades del infante. Dicho de otro modo, el juego facilita la construcción del andamiaje que posibilita nuevos aprendizajes y experiencias que potencian las capacidades de los estudiantes en su contacto con estas piezas textuales. Y esto es así porque el componente lúdico que explotan estas modalidades nos permiten movernos en el ámbito de una relación a partir del placer, de la diversión, del entretenimiento, que garantizan su éxito en el trabajo con niños y en el aula. Ya se sabe de las ventajas derivadas del énfasis puesto en el placer del juego, de la actividad en apariencia trivial y sin intenciones instruccionales, a pesar de lo cual surten un «efecto colateral» en el estudiante que asume la experiencia del juego de palabras, del lenguaje que llama la atención sobre su propia forma y estructuración y a la vez apela al receptor, apuesta a su participación activa y dinámica. Este contacto termina produciendo una transformación en el infante, en su manera de relacionarse con el lenguaje, al producir nuevos significados y lecturas, al dinamizar el proceso de comprensión y al dar lugar a diferentes interpretaciones a partir de las sugeridas por el texto.


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@reycard (Reinaldo Cardoza Figueroa)* (Cumaná-Venezuela, 1984) es narrador e investigador de la literatura latinoamericana. Licenciado en Educación mención Castellano y Literatura egresado de la Universidad de Oriente y Magíster en Literatura Latinoamericana de la Universidad Simón Bolívar, Caracas. Profesor de la UDO-Núcleo de Sucre de Literatura Latinoamericana; también ha trabajado en el área de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Algunos de sus cuentos aparecieron en la Antología de jóvenes narradores sucrenses (2008). En 2011, resultó ganador del IV Premio Nacional Universitario de Literatura, mención Narrativa, por el libro de cuentos Bosque salvaje (2012).

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Excelente post @reycard, tengo 9 años trabajando en el área del lenguaje (tanto en español como en inglés) y estoy totalmente de acuerdo contigo en la importancia de los juegos de palabras para el desarrollo sustancial del lenguaje. Muchas gracias por compartir tu punto de vista.

Gracias por tus comentarios y por la lectura, @jezabel. Y qué bueno que compartas los puntos de vista que expongo en el texto. Un abrazo.

Excelente publicación. El lenguaje es tan importante!! La interacción social, la socialización, el crecimiento cognitivo, el mensaje, los referentes.. todo es tan importante cuando los niños se encuentran en sus procesos de desarrollar competencias. Sinceramente te felicito @reycard, haces un gran aporte a esta plataforma

Gracias por tu lectura y comentario, @marcybetancourt. A veces subestimamos el poder de la palabra en nuestras vidas y su alcance para ayudar a desarrollar habilidades en los niños. Una mayor conciencia de esto seguramente promoverá un cambio en el modo en que nos relacionamos con la lengua y a través de ella con nuestros semejantes.

Hermoso tema, post impecablemente escrito, contenido de calidad y suma utilidad. Me encanta la lucidez de tu escrito, para abordar un tema sobre el que muchos podrán estar de acuerdo, pero sobre el que siempre hay algo que aprender.

El desarrollo del lenguaje en el niño es de suma importancia; les hace un mundo más grande, abre más posibilidades y facilita la empatía y el pensamiento hipotético, todo tan importante para tener individuos ciudadanos del mundo.

Me enganchó enseguida el inicio:

El entorno idóneo de desarrollo del infante y del adolescente ha de ser un ambiente esencialmente lúdico.

Esto no hay que olvidarlo. Y ¿qué más hay que saber? Pues solo hay que leerte, querido, @reycard

¡Un abrazo!

Valoro mucho tus palabras, @marlyncabrera. Así es, es un tema que tiene muchos aspectos que considerar. Quienes estamos interesados en la promoción de la lectura y la literatura no podemos dejar de sacarle provecho al juego, y en especial a los juegos de palabras. Un abrazo.

Excelente post @reycard.
Un abrazo.

Gracias a ti por leer, @antolinamartell! Abrazos!

La lengua madre amamanta,cría,sostiene e independiza a quienes se nutren apropiadamente con ella.Somos humanos porque el lenguaje nos atraviesa y nos lanza.Por eso hay que cuidarlo y por eso hay que dedicarle muchos espacios en la vida de los niños y no pude faltar en el espacio para jugar y divertirse.Me gustó tu post,@reycard bueno y oportuno.

Me encanta esa imagen de que la lengua nos atraviesa, @ramonocha. Es así, la lengua nos permite reafirmar nuestra condición humana y si nos relacionamos con ella de manera lúdica llegaremos a hacer grandes cosas con las palabras. Te mando mis saludos!

Es maravilloso jugar con las palabras, guardo como un tesoro los trabalenguas que me enseñó mi madre y que yo comparto con otros niños cuando hay la oportunidad. @reycard, un excelente trabajo. Todo mi reconocimiento a tu esfuerzo.

Los trabalenguas son unas piezas magistrales de las posibilidades de la palabra de jugar consigo misma, @evagavilan, además de que a los niños les encanta; que los atesores es prueba de ello. Saludos.

Qué buen post, @reycard. Te felicito. Claridad y precisión en tu exposición. Yo, que adoro las palabras, vivo jugando con ellas. Es un buen ejercicio que ayuda a los niños a crecer verbal e intelectualmente. Si hay niños pequeñitos a mi alrededor me divierto muchísimo escuchándolos y enseñándoles palabras (sin datos gramaticales, por supuesto). En mi familia hay unas gemelas a las que todavía (ya casadas, con hijos) les decimos inviriguas puesto que les estaba enseñando la palabra individuos (cuando tenían 4 años) y esa fue la forma que les salió.

El niño llega a descubrir la posibilidad de jugar con las palabras incluso si esto no se les enseña, @alidamaria, casi que es una conducta instintiva, como lo hacen cuando le entregamos cualquier objeto que despierte su curiosidad. Qué anécdota más divertida esa que cuentas... Seguro que esas gemelas recuerdan esa relación con aquella palabra de una manera que atesoran. Saludos y gracias por comentar.

Te felicito por tu post, @reycard. Magnífico aporte para este número de La lechuza de Minerva. Me gusta su claridad, su estructuración y carácter ilustrativo. El juego con las palabras siempre será no solo una actividad atractiva y gratificante, sino de mucha utilidad cognitiva, como bien señalas. Para la vocación literaria ayuda significativamente. Gracias. Saludos.

Gracias por su valoración, que siempre resulta estimulante para seguir reflexionando sobre estos interesantes temas, @josemalavem. El juego es una de esas actividades invaluables que todos apreciamos (no en vano el deporte despierta el interés incluso de quienes no lo practicamos), aunque quizá no siempre sepamos orientar todo lo aprovechable que tiene. Un abrazo.

Un tema interesante para abordar en la praxis docente, felicitaciones por tu excelente post, @reycard.

Gracias por comentar y leer, @lauram. Saludos.

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