Huio: la "Gran Serpiente" aborigen de Venezuela . La Lechuza de Minerva, Revista de Humanidades. N° 4

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Huio: la "Gran Serpiente" aborigen de Venezuela / @josemalavem

Apreciados lectores de Steemit y de la revista La lechuza de Minerva, aprovecharé este post para presentarles una deidad femenina perteneciente a la tribu so'to (conocida comúnmente como maquiritare), y, a la vez, rendir un homenaje a uno de los grandes investigadores de esa población y cultura aborigen del territorio que fue llamado Venezuela.

Comenzaré por lo segundo, necesariamente. Marc de Civrieux (Francia, 1919 - Venezuela, 2003) fue un geólogo y docente e investigador del Instituto Oceanográfico (Cumaná) de la Universidad de Oriente (Venezuela). Pero más allá de esto, es uno de los más importantes estudiosos de la culturas aborígenes de este país (y más allá, incluso), labor que tiene como hito inicial la expedición que emprendiera con el entomólogo René Lichy y otros especialista en 1949 hacia los orígenes del Orinoco. Producto de ese dedicado trabajo etnológico son sus libros y numerosas publicaciones en revistas especializadas. Su obra incluye, entre otros, El hombre silvestre ante la naturaleza, Religión y magia kariña, Los cumanagotos y sus vecinos, Los últimos coacas, Los caribes y la conquista de la Guayana española, Los chaima del Guácharo. De sus investigaciones sobre los no bien llamados "maquiritares", destaca su libro Watunna. Un ciclo de creación en el Orinoco, cuya primera edición es de 1970 y luego reeditado (ampliado y mejorado) en 1992. Watunna, como el mismo Cievreux lo indica, es el "recitatorio mítico de la gran tribu so'to". Su trabajo fue revisado y completado en Mito y religión kunuhana, edición póstuma.

Foto propia

A Marc de Civrieux y a Gisela Barrios -su esposa, sostén y alma de gran parte de su trabajo, y continuadora de su legado-, con quienes mantuve una relación muy cercana, dediqué un poema en mi libro Breviario de sombras; luego, en una edición especial de la revista de la truncada Fundación Kuai-mare del Libro Venezolano, en el 2000, en homenaje a Civrieux, publiqué este otro poema que aquí me permito reproducir:

Marc de Civrieux y Gisela Barrios (Fotos de archivo personal de G.B. autorizadas para su uso)

Entrevisión

                (a Marc de Civrieux y Gisela Barrios)

El morador cantó a la danza de la tierra

Ahora está dormido y sueña
Danza y canta adentro
la pubertad del día
la noche de una selva de signos
La mirada del chamán lo interroga
Voces de sapos y chicharras
Una puerta abierta
Al fondo la mujer
Todo es verde y profundo

Ahora, pasaré a presentarles esta deidad femenina estudiada por Civrieux, y que nos asombra y cautiva al conocerla. Por no ser un especialista, solo sintetizaré y destacaré aspectos centrales de lo señalado por el investigador.

Alguna información previa necesaria. So'to es el verdadero gentilicio de los llamados "maquiritares", nombre dado por los conquistadores españoles a partir de una expresión de origen arawak. Al respecto indica Civrieux: "El autogentilicio tiene para la tribu un significado esencialmente lingüístico, so'to son los hablantes de la verdadera lengua, la lengua so'to; significa gente, persona humana (…)" (2015, p. 16). Los so'to son de filiación lingüística caribe. Mucho antes de la llegada de los españoles, viven en la parte derecha o norte del Alto Orinoco (Estado Amazonas), espacio de montañas y selvas, que es atravesado por grandes afluentes del magno río: Ventuari, Caura, Iguapo, Kunukunuma y Padamo. Estaría integrado por los subgrupos: yekuana, ihuruhana y kunuhana, "estrechamente vinculados por la lengua: el so'to y por una misma tradición oral: el Watunna, cimiento sagrado de su unidad política y comercial" (ob. cit, p. 16).

Civrieux apunta que en la religión de esta gran tribu o pueblo –particularmente en la de los kunuhana–, como en la de otros pueblos de hábitat selvático tropical suramericanas, "no existe noción de un dios personal ni tampoco de dioses", ni de Gran Dios o Ser Supremo, que sería "inherente a religiones evolucionadas", no a "religiones arcaicas, donde la noción de «poder», así como la de «actividad creadora» en el mundo, se halla compartida entre poderosas y numerosas «entidades»" (ob. cit., p. 20). El investigador precisa tres grandes entidades sobrenaturales: Shi, Wanadi y Huio. Aquí solo nos referiremos a esta última.

Fuente

Huio (o *Hui'io) es una deidad fundamental en esta mitología y religión. Sobre ella Civrieux presenta unas esenciales consideraciones en la obra citada, además del relato del Watunna (Ver en 1, 2y 3 el relato completo, y si quieren acceder al libro pueden descargarlo en este enlace). La caracteriza como "Deidad Inmanente", pues respondería al criterio de seres poderosos, peligrosos y temibles, provocadores del bien y el mal, y que actúan entre los seres humanos, y pueden manifestarse en la tierra, aunque vivan sumergidos en su verdadero mundo sagrado (ob. cit., p. 24). Agrega que "el pánico frente a lo sagrado y el profundo espanto que inspiran las deidades" son un rasgo cultural significativo que diferencia las "religiones selváticas «semi-tenebrosas» de las comunidades de horticultores y recolectores boscosos de las religiones «iluminadas» de grandes civilizaciones agrícolas de América" (p. 25).

Huio correspondería a una representación que aparece en varias mitologías americanas: la culebra de agua, la madre de agua, la serpiente gigantesca, la Gran Serpiente, etc. Citemos a Civrieux:

En Huio (…) observamos una alegoría a la serpiente emplumada, símbolo sagrado de la vida cósmica entre las civilizaciones mesoamericanas y, esencialmente, un ejemplo típico del aspecto terrible pseudo-demoníaco de una máxima deidad benéfica en la religión «pre-solar» de los horticultores orinoquenses." (idem).

Aquí hay dos aspectos claves que son destacados por el estudioso. Un primero, el carácter «pre-solar» de esta religión, donde, como en otras del mismo tipo, el principio de abundancia de la tierra es asociado con la manifestación primera del arcoíris, "emblema activo, solar y acuático a la vez, intermediario entre el cielo (luz solar) y la tierra (agua de vida)" (ob. cit., p. 27). La aparición de Huio es la del arcoíris sobre la tierra y coincide con la primera lluvia. En ese momento nacen los grandes ríos, cascadas y selvas. Entre los so'to, indica Civrieux, Huio, el arcoíris, sustituye al sol; su aparición sobre la tierra es la gran señal y equivale a la aurora del Popol Vuh. (ídem)

Fuente

El segundo aspecto es la analogía con la "serpiente emplumada" mesoamericana. Los colores del arcoíris, que aparecen en el cielo después de la primera lluvia, corresponden al manto de plumas de Huio. En el mito, los pájaros primordiales (entre ellos Dariche) arrancan sus plumas brillantes y coloridas a Huio; así, las plumas de esta son las que visten a los pájaros. Tanto en Huio como en la «Serpiente Emplumada» mesoamericana se cumpliría la simbolización de la confluencia del cielo y la tierra, con la diferencia de que en las religiones «solares» de Mesoamérica –precisa Civrieux– la segunda es la precursora del sol, el planeta Venus (ídem).

Huio, en suma, sería la deidad dueña del arcoíris, de las aguas y todas las serpientes (máwari), síntesis simbólica de vida, muerte y renacimiento en un ciclo permanente; por eso, representa la fecundidad de la tierra y a las mujeres.

Sabemos que las culturas aborígenes venezolanas no dejaron monumentos escultóricos, pero sí petroglifos. Existe una pictografía enorme de la gran serpiente, de 120 mts. de longitud, en el Alto Orinoco, a 12 kms. del caño Atures, que fue descubierta en 1889 por el expedicionario Jean Chaffanjon, cuya reproducción coloco a continuación:

Fuente

Para finalizar, quisiera ofrecerles una cita extensa de Civrieux, donde recrea de un modo narrativo y poético el gran poder de Huio:

A Huio le gusta revolcarse y juguetear en las grandes cascadas, en las neblinas de los tormentosos rápidos de los ríos y extender su hermoso velo de plumas multicolores a contraluz del sol para secarlo. La admirable visión de Huio cuando abre su manto iridiscente en el espacio es al mismo tiempo peligrosa para los hombres ordinarios que tienen prohibido mirarla o apuntarle con el dedo, so pena de sufrir grandes enfermedades y aun la muerte puede resultar de ese sacrilegio. La vista de la Gran Madre de la fecundidad y de la vida vegetal está vedada a los hombres ordinarios porque ella puede devorar a los que transgreden el tabú o bien castigar a la colectividad con epidemias o falta de alimentos, y nada es más peligroso que provocar su cólera. Por eso cuando Huio aparece en toda su magnificencia desplegando sus plumas de íris, más vale esconderse en las casas y evitar el peligroso contacto del alma profana con la sagrada visión. (ob. cit., p. 27)

Referencias

  • Civrieux, Marc de (1992). Watunna. Un ciclo de creación en el Orinoco (2ª ed.). Caracas, Venezuela: Monte Ávila.
  • Civrieux, Marc de (2015). Mito y religión Kunuhuna. Barcelona, Venezuela: Fondo Editorial del Caribe.
  • El hombre que vino del Orinoco. Homenaje a Marc de Civrieux*. Edición especial de Correo Mínimo, nº 32 (oct.-dic.2000). Caracas, Venezuela: Fundación Kuai-mare.
  • University College London. (2017, 7 de diciembre). Arte rupestre venezolano mapeado con detalles sin precedentes. ScienceDaily. Recuperado el 9 de septiembre de 2018 de www.sciencedaily.com/releases/2017/12/171207094956.htm

«Serpiente Emplumada». Cerro Pintado, Atures. Versión de Ermanno Stradeli 1888. Fuente

Agradecido por su tiempo y atención.

@josemalavem (José Malavé Méndez)*. Nacido en Cumaná (Venezuela). Licenciado en Educación mención Castellano y Literatura de la Universidad de Oriente (Venezuela). Magíster en Literatura Venezolana. Profesor adscrito al Departamento de Filosofía y Letras de la Escuela de Humanidades y Educación de la Universidad de Oriente. Coordinador de la Casa Ramos Sucre (1983-1993). Autor de los libros de poemas Breviario de sombras y Oculta y próxima. Ha publicado poemas, ensayos y artículos en revistas, suplementos literarios y periódicos del país. Ha desarrollado una extensa labor como organizador y promotor cultural tanto en literatura como en cine.

Sort:  

Maginífico ensayo, @josemalavem. Cosas nuevas (a pesar de las fechas de las investigaciones/publicacines citadas) incluso para los venezolanos.
Fascinante esa visión del cosmo-deidad indígena.
Ahora entiendo por qué estamos tan jodidos. Salimos como idiotas a ver arcoiris cada vez que se asoma alguno!
Huio nos ha estado castigando bueno y sabroso.

Gracias por tu lectura y comentario, estimado @hlezama. En verdad s una deidad fascinante e impresionante. El origen mítico, para esta cultura, del arcoiris tiene unas intersantísimas implicaciones; fíjate que, sin pertenecer a esa zona, por acá también se asocia al arcoiris con una culebra, y está toda la leyenda de la culebra de Campoma. Saludos.

¡Eminente, deleitante y exquisito texto, @josemalavem!

Estupento texto @josemalavem! A Civrieux lo leí de la mano de Lyll Barceló que tuvo la oportunidad de conocerlo también en un curso de Literatura Indígena Venezolana que ella solía dictar en la UCAB. Siempre me resultó interesante que varias de nuestras naciones indígenas se designan por su palabra para "persona, gente". El poema me gustó mucho igualmente!

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