Rubi Guerra: vigilia y sueño/ Citario del Cardumen, n° 3/ @gracielaacevedo


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Rubi Guerra: vigilia y sueño / @gracielaacevedo*

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La casa. Siempre es la misma en mis sueños. En mi primera visita a Cumaná, antes de marcharnos del campo petrolero, llegábamos a casas como las de mis sueños. De esos viajes guardo la visión de techos altísimos de caña brava, una habitación con ataúdes vacíos, un estanque con pequeños caimanes, el nauseabundo olor de las flores de un jardín. Tal vez por eso las casas de mis sueños siempre tienen habitaciones colosales llenas de muebles viejos, telarañas, puertas gigantescas y rincones oscuros.

(Fotografía propia)

He tomado esta cita del cuento "Un sueño comentado", título que da nombre al libro del escritor Rubi Guerra, a quien dedicamos la edición número tres del Citario de @EquipoCardumen.

Con esta elección pretendo ejemplificar, muy claramente, una relación presente desde tiempos inmemoriales, entre los sueños y las letras. Hay en la historia de la literatura una presencia constante del sueño como recurso literario. Está presente en la Biblia, donde Dios aparece como el primer soñador, quien, en ejemplar acción, hace caer en un sueño a Adán. La vemos en las figuras de Hipnos y de Morfeo, en la tradición griega y aparece en Las mil y una noches (recordemos el sueño del campesino). En el sueño de Dante, el personaje se extravía, permanece dormido en el pecado. Calderón de la Barca dirá más tarde que la vida es un sueño del cual despertamos al morir. En el siglo XIX, con el Romanticismo, el sueño aparece como un instrumento de búsqueda del mundo interior, intentando hacer un lugar a la poesía entre la complejidad, la confusión y lo caótico del mundo. Hölderlin y Novalis son los más nombrados poetas del sueño en esta etapa. Con ellos se anticipa la aparición del subconsciente.

Seguramente con estos antecedentes en mente, Jorge Luis Borges estableció una aproximación a lo fantástico en una conferencia en la Escuela Freudiana de Buenos Aires en el año 1980. El motivo es el mismo que leo en la conjunción que Rubi Guerra realiza en el cuento mencionado: la posibilidad de la narración onírica.

Es esta conferencia Borges examina la dificultad de narrar los sueños; propone, para salvarla, hablar de la memoria de los sueños, aunque haya una distancia apreciable entre “la esplendida realidad del sueño” y la recuperación narrativa de estos. Dice Borges:

(…) si pensamos que el sueño es una obra de ficción (y yo creo que lo es) posiblemente sigamos fabulando en el momento de despertarnos y cuando, después, lo contamos.

En la cita de Guerra es difícil distinguir los elementos de la memoria en vigilia y los elementos del sueño en sí mismo. Él resalta cómo lo narrado por el personaje desde la vigilia -“una habitación con ataúdes vacíos, un estanque con pequeños caimanes, el nauseabundo olor de las flores de un jardín”- condiciona los sueños posteriores con telarañas, muebles viejos y rincones oscuros.

La vigilia y el sueño, en el texto parecen hechos de los mismos elementos, una misma tonalidad cubre ambas descripciones. Hay mucho de onírico en la vigilia y el sentimiento de angustia vital traspasa el sueño, convirtiendo esa casa de los sueños en signo de la ansiedad en la vida del personaje.

Leyendo el texto se tiene la impresión de pasar de un sueño a otro, como en un juego de saltos concéntricos, de ida y de vuelta; dando la razón a Calderón en cada cambio de escena.

En este punto constatamos con Borges que ambas realidades -la del sueño y la de la vigilia- pueden ser, literariamente, intercambiables, porque, en el fondo, podríamos decir que en el subconciente, en el lugar de los sueños y de las pesadillas, se produce un proceso narrativo, una creación literaria que da cuenta de lo irrepresentable.

Quien transita por la psicología de los personajes puede, como Rubi Guerra, construir con sus sueños o ensoñaciones (los que presta a las mil caras de sus personajes) una obra artística, una obra hermanada, por su tema, con las expresiones estéticas más antiguas del mundo.

Referencias:

Rubi Guerra. Un sueño comentado. Grupo editorial Norma. Venezuela. 2004
Los sueños y el psicoanálisis: una aproximación a lo fantástico. Disponible en:
http://fabosanchez.com.ar/blog/borges-los-suenos-y-el-psicoanalisis-una-aproximacion-a-lo-fantastico/

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@gracielaacevedo (Graciela Acevedo) es socióloga, por la Universidad de Oriente, Venezuela, Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Central de Venezuela. Profesora universitaria jubilada, mantiene intereses de investigación centrados en la línea de la religiosidad y discursividad social. Es autora del libro Religiosidad a inicios del tercer milenio, editado por la Editorial Académica Española. En la actualidad ejerce como Psicoterapeuta psicoanalítica, mientras intenta hacer relatos y disfrutar de la afición por la fotografía.

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Muy intersante reflexión a partir de la cita del cuento de Rubi Guerra, @gracielaacevedo. En verdad, la materia de los sueños se confunde con la ficción: los románticos lo adelantaron, Unamuno se acercó a ello y Borges lo dilucida muy bien. Por algo, algunos autores han hablado de la creación como el "sueño diurno". La vigilia y la duermela en todos, y más con el insomnio, ayudan a esa con-fusión. Indudablemente en Rubi Guerra los sueños y/o la memoria-ficción de ellos son una cantera de su creación narrativa. Recuerdo incluso un ensayo suyo ("¿Qué sabes de la noche, centinela?") donde medita sobre esa relación. Gracias por participar en este merecido reconocimiento al amigo y al escritor. Un abrazo.

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