El progreso

Después del paseo del día de ayer donde visitamos el Paseo del Bajo y que fue el motivo de mi post anterior que pueden ver haciendo clic Aquí, me puse a pensar en las obras de ingeniería urbana, en toda la polémica que generan y en la proyección de futuro que implican y que pocos ven.

Creo que estas grandes obras generan un extraordinario rechazo en mucha gente, a veces impulsados por oscuros intereses políticos o económicos y otras por el sincero pensamiento de impacto social, visual, ecológico o simplemente por la consabida resistencia al cambio que todos, en algún momento hemos padecido.

Recuerdo cuando comenzó a mencionarse el proyecto del metrobus en la avenida 9 de Julio, hubo resistencia y protestas de varios sectores de nuestra sociedad, de todo tipo y color, sin embargo las tareas se hicieron, no hubo daño ecológico ya que la gran mayoría de árboles que se removieron fueron replantados sin mayores consecuencias, se ganó en tiempo de viaje en beneficio de todos aquellos que trabajan o estudian en el centro porteño, se ordenó el tránsito y la mejora visual de esa gran avenida es innegable.

Muchos años antes, un gran proyecto comenzó a diseñarse y llevares a cabo, las autopistas aéreas sobre la ciudad. Se hicieron durante un gobierno militar y con un intendente militar y no hubo demasiado espacio para protestas y oposiciones. Hubo muchas propiedades expropiadas y toda esa gente fue obligada a mudarse, según dicen las indemnizaciones fueron justas pero de todas maneras es duro tener que abandonar un hogar.

Hoy en día, muchos años después nadie niega los grandes beneficios que estas autopistas han aportado para el ingreso y egreso a la gran ciudad. Fue una gran obra que provocó grandes inconvenientes durante mucho tiempo pero si hoy no existieran el caos dominaría las calles.

Metrobus en la Avenida 9 de Julio

Fuente

El progreso es así, las grandes obras se deben hacer, por supuesto que tratando de planificar y minimizar el impacto social y ecológico de la zona implicada pero sabiendo que los beneficios serán innegables para las generaciones futuras. Es absolutamente necesaria la participación activa de todos los sectores de la sociedad para minimizar los costos que estas grandes obras traen aparejados y no me refiero a los costos monetarios sino a los colaterales, algunos de los cuales ya hemos mencionado.

Héctor Gugliermo

@hosgug