El mago de la lluvia

in #entropia6 years ago (edited)

Llegaron al pequeño pueble de Pinto, en el sudeste de la norteña provincia de Santiago del Estero en un día tórrido de noviembre de 1938, seco y polvoriento como venía sucediendo desde hacía mucho tiempo. Cuando ingresaron al destartalado hotelucho de la Av. Rivadavia los pocos paisanos que se animaban al calor de la tarde lo miraron con extrañeza. En sus manos llevaban dos pequeñas maletas para ropa y un gran baúl cuyo contenido nadie podía imaginar.


Juan Baigorri

El ingeniero Juan Baigorri Velar y el ingeniero Hugo Miatello (h) habían llegado a ese desolado poblado con la idea de hacer llover, cosa bastante improbable ya que hacía más de un año que el líquido elemento no se dignaba caer por la zona.

En el primer día el intento fracasó pero hubo señales positivas que mostraban que “algo” había en el invento de Baigorri. Cuando conectó su aparato el viento cambió de dirección, incluso en la lejanía se vieron por primera vez en meses unas nubes oscuras que podrían significar lluvia, pero de ahí no pasó y todo quedó en promesa.

Al día siguiente hubo otro indicio pero tampoco llegó la lluvia. Algunos cables que estaban dentro del aparato se desconectaron y el mismo no encendía, cuando Baigorri solucionó el inconveniente y encendió la máquina, el viento volvió a cambiar de dirección y fuerza pero esta vez ni siquiera hubo nubes. La pregunta quedó rondando entre los curiosos y funcionarios que se acercaron al lugar ¿esta máquina diabólica podía cambiar el sentido y la intensidad del viento?

En toda la semana intentó encendiendo la máquina y esperando, pero no llovió.

Fue un fracaso, pero a medias, Baigorri declaró que debía darle más potencia a su máquina de hacer llover y junto a su patrocinador volvieron a Buenos Aires.

El 19 de diciembre del mismo año y con la máquina potenciada regresó en tren a Santiago del Estero, siempre acompañado por Miatello. A la medianoche encendió el aparato y cuatro días después llovió en la capital de la provincia y alrededores y el 24, vísperas de Navidad, lo hizo con mayor intensidad. Pocos días después, sonaba el teléfono del hotel para pedirle que no hiciera funcionar la máquina para poder realizar un baile que estaba programado en el Tennis Club.

El 27 de diciembre los ingenieros fueron recibidos en Buenos Aires por una multitud. El mago de la lluvia comenzaba a tomar la dulce miel de la popularidad.

El director del departamento de meteorología de Buenos Aires, el ingeniero Alfredo Galmarini acusó a Baigorri de farsante. Se desató una disputa que incluso llego a los diarios y precisamente en el periódico Crítica salió publicada una pequeña nota del acusado donde decía que le “regalaba” a la ciudad una lluvia para el día 3 de enero de 1939. No contento con eso, compró un paraguas y se lo envió a Galmarini con una nota que rezaba: “para que lo use el 3 de enero”.

El día pronosticado llovió copiosamente entre las 5 y las 9 de la mañana y el diario Crítica en su edición vespertina anunció en la portada “Como pronosticó Baigorri, hoy llovió”.

Pocos días después lo contrató la municipalidad de Carhué en el oeste de la provincia de Buenos Aires por un problema de sequía. El ya famoso ingeniero viajó con su máquina y cuatro días después diluvió en la zona, se desbordó la laguna Epecuén y un rayo destrozó el reloj de la plaza principal ¿de allí habrá tomado la idea el guionista de Volver al futuro?
En mayo de ese mismo año se trasladó a Carlos Tejedor, también en la provincia de Buenos Aires cuyos alrededores estaban sufriendo la peor sequía en 20 años, pero fracasó, no apareció ni una gota de agua. Y como siempre ocurre, los medios periodísticos lo destrozaron.

Otros fracasos determinaron que su nombre y su fama declinaran pero en 1951 volvió al ruedo gracias al gobierno ya que le asignaron un cargo de asesor en el ministerio de asuntos técnicos organismo de la presidencia de Juan Domingo Perón. Lo enviaron a resolver una gran sequía que asolaba a Caucete en la provincia de San Juan y para suerte de los pobladores y del ingeniero llovió en tres oportunidades.

En noviembre fue en auxilio de la provincia de Córdoba y no solo logró lluvias intensas sino que hasta un tornado devastador.

Luego de eso y casi en forma misteriosa no hubo otras apariciones del mago.

En 1970 fue entrevistado en el programa de Pipo Mancera, un show sabatino con enorme audiencia y eso le valió que lo llamaran de Estación Calchín en la provincia de Córdoba pero volvió derrotado al no conseguir que lloviera.

Su última aparición registrada fue en Uruguay donde debió resolver una cuestión de sequías que castigaba enormemente al río Negro, el contrato obligaba a Baigorri a “generar” un mínimo de 200 mm de lluvia, en pocos días se registraron 280 mm de agua caída.

El 22 de marzo de 1972 falleció en su casa de Villa Luro, lugar donde había pergeñado su invento. Al día siguiente fue enterrado en el cementerio de Flores. Curiosamente desde el año 1950 el 23 de marzo se celebra el Día Mundial de la Meteorología.

Hace algunos años en un reportaje a la nuera del mago de la lluvia se le preguntó por el destino de la máquina. Su respuesta fue: “Cuando mi suegro falleció llevamos todas sus cosas a un depósito, la máquina quedó ahí, en un rincón”

En los últimos años se hicieron diversas investigaciones, incluso se escribió la biografía de Baigorri que es una de las fuentes de esta publicación. Se descubrieron varias mentiras como su lugar de nacimiento y sus estudios, otras muchas aseveraciones del ingeniero nunca pudieron comprobarse.

Fuentes:
Baigorri hacía llover - Diego Huberman
Historias inesperadas de la historia Argentina - Editorial Sudamericana - 2016
www.lanacion.com.ar

Héctor Gugliermo

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@hosgug

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Que bella historia, gracias por compartir.

Muy Buenos, si había sido un chanta en esta época estaría ganando bien. Estaría bueno saber hoy que es de esa "Máquina". Gracias por compartir esta historia.

Todo indica que fue un estafador pero quedan dudas.

Muy bueno, seria genial que el invento apareciera y se utilizara para el bien común.

Creo firmemente que solo fue una estafa.

Wow! Una cosa de locos este invento, imagino lo que ha de ser tener una máquina así, solo que debiera usarse para bien, pero raras veces quien posee este tipo de cosas lo hace, un poco de poder ya cambia a las personas.

Creo que era una mentira. Sólo que algunas veces tuvo suerte.

Como decimos en Paraguay “de puro pedo nomás” le salía jajaja

Interesante esa máquina. Habría que crear una que haga llover billetes 😁😁

Mejor sería bitcoins o steems.

Gracias. Es una historia curiosa.

Waoo excelente post no sabia de esta noticia, pero siempre es bueno adentrarse al mundo de las historias y lo desconocido para seguir aprendiendo, saludos.

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