Hola @bert0, ha sido un artículo muy interesante de leer. Yo creo que la mayoría de nosotros hemos tenido ese déficit, y es cierto que muchas veces se nos antojan hacer miles de cosas, en vez de lo que estamos supuestos a estar haciendo. El consejo del reloj y la alarma suena efectivo, ya que yo soy de esos a los cuales les invade una inmensa pereza de proporciones astronómicas. Algunas veces, lo que yo hago es meterme de lleno a escribir, ya que una vez que empiezo, tengo en la mente que debo seguir haciéndolo, completar algunos párrafos al menos, y luego puff, viene alguna distracción.

Muchas veces, queremos hacer tantas cosas que terminamos haciendo ninguna, es verdad, yo mismo he querido hacer y aprender todo tipo de cosas, pero nunca hago nada. Es algo complicado el deshacerse de esas emociones, de la frustración, del querer pensar en otra cosa, pero tenemos que hallar un remedio para todo. Yo realmente he pensado en colocar una alarma, por ejemplo, a las 7 PM, que diga hora de escribir, así que puedo hacer cualquier otra cosa antes de eso, porque ya tengo en mente que a esa hora me pondré manos a la obra, aunque todavía no lo he hecho, por la misma razón de que siempre procrastino las actividades pendientes. Todos los humanos hemos preferido siempre dejar los quehaceres para última hora, ¿no?

He ahí el punto. No nos damos cuenta y se nos acumulan las cosas pendientes y, mientras más tengamos, menos haremos. Necesitamos dedicarle unos minutos a cada cosa en específico, si es que tenemos más de una tarea que realizar. Con metas mentales, estrategias, jugadas brillantes y un enfoque bien conseguido, podríamos facilitarnos la vida en muchos sentidos, y no tendríamos tantas cargas encima. Pero sí, lo más difícil es adaptarse a esa estrategia, y dar el primer paso. Este post me hizo pensar en ello. Gran trabajo, chicos, sigan así.