6 de abril, Cumple del Principito

“Era el octavo día de mi avería en el desierto y había escuchado la historia del comerciante bebiendo la última gota de mi provisión de agua. ¡Ah ¡-dije al principito– tus recuerdos son muy lindos, pero yo no he terminado de reparar mi avión, no tengo agua para beber y también sería muy feliz si pudiera ir tranquilo en busca de una fuente! –Lo que realmente embellece al desierto –dijo el principito– es el pozo que se oculta en algún sitio...-Sí, dije-ya se trate de una casa, de las estrellas o del desierto, lo que les hace hermoso, es invisible” (apartes del libro-diálogos con el principito)

El sábado 6 de abril la pequeña, pero, especial novela - El Principito- cumplió 76 años, “Le Petit Prince” en francés su idioma de cuna. Su creador, escritor y aviador es el francés Antoine de Saint-Exupéry; quien desafortunadamente en los inicios de la segunda guerra mundial en su calidad de aviador al servicio de Francia, desaparece, hay varias versiones de su posible final; lo único real fue el encuentro de una placa-brazalete en septiembre de 1998; en donde estaban tallados su nombre y el de su esposa Consuelo.

En la vida real de Antoine, en uno de los apartes de su vida o de accidentes rutinarios de servicio, quedó varado su avión en el desierto, en compañía de un compañero; quizás haya sido en esa etapa, que al estar al borde de la muerte por deshidratación; haya tenido las alucinaciones de su amigo imaginario el principito; siendo rescatados por un monje beduino; quien les devolvería a la vida y les ayudaría a regresar a su patria. Momentos de especial revelación y de respeto para la vida que obra milagros.

Sólo en la inocencia de un niño, se logra comprobar la confianza en un ser supremo, en momentos clave de la existencia humana. El principito le dice: -hemos despertado al pozo y ahora canta, es agradable- sabes, dijo el aviador; Yo también miraré las estrellas, todas serán pozos con poleas cantarinas. En la octava mañana del aviador, habían llegado al pozo que la noche anterior el principito le había enfatizado, sin dudar en su corazón que lo verían al otro día, ¡hubo especial gratitud del aviador!

Mientras el aviador trataba de reparar el avión averiado, el principito se le aparece e inicia a hablarle, y en medio de la soledad, pues el joven aviador había huido del contacto con la naturaleza humana; el niño que dice es un príncipe en su pequeño mundo; roba la atención del piloto e inician una entrañable amistad; donde el principito le comparte sus viajes y aventuras a otros planetas de humanos raros, se sentía torpe o ¿los torpes serían los humanos?

El principito le presentó a su rosa que no le tenía miedo a las fieras, ella se defendía con sus cuatro espinas, él decía que era tan misterioso el país de las lágrimas, pues él la había visto nacer; vio cuando se preparaba para brotar de la tierra, y una mañana por fin brotó espléndidamente mirando al sol, eran precisos cada uno de los tiernos pétalos; porque, los ojos no siempre saben ver, hay que observar con el corazón, le decía el principito.

¡Hasta pronto, queridas y queridos lectores, en el próximo veremos más aventuras del principito, reciban nuestro cálido abrazo virtual!