Gracias, te puedo confesar que después de realizar esa toma fotográfica y enterarme de la muerte del que la cuidaba, nació mucho más en mi la admiración por esos árboles gigantes, al cabo de unos meses y siguientes años, me empezaron a llegar ceibas pequeñas, de las cuales algunas ya están trasplantadas y otras por trasplantar
Gracias, te puedo confesar que después de realizar esa toma fotográfica y enterarme de la muerte del que la cuidaba, nació mucho más en mi la admiración por esos árboles gigantes, al cabo de unos meses y siguientes años, me empezaron a llegar ceibas pequeñas, de las cuales algunas ya están trasplantadas y otras por trasplantar
Igualmente, saludos desde Puerto La Cruz