¿Cómo se puede alabar a Dios?
¿Cómo se puede alabar a Dios?
Respondiendo él, dijo: AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU FUERZA, Y CON TODA TU MENTE; Y A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.
Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante El, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre.
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Entonces ¿qué? Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento.
Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional.
Ojos era yo para el ciego, y pies para el cojo.
En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.
No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido.
La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
No os privéis el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicaros a la oración; volved después a juntaros a fin de que Satanás no os tiente por causa de vuestra falta de dominio propio.
Alaben su nombre con danza; cántenle alabanza con pandero y lira.
Y Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó en su mano el pandero, y todas las mujeres salieron tras ella con panderos y danzas.
Y Miriam les respondía: Cantad al SEÑOR porque ha triunfado gloriosamente; al caballo y su jinete ha arrojado al mar.
¡Aleluya! Alabad al SEÑOR desde los cielos; alabadle en las alturas.
Alabadle, todos sus ángeles; alabadle, todos sus ejércitos.
Alabadle, sol y luna; alabadle, todas las estrellas luminosas.
Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas que están sobre los cielos.
Alaben ellos el nombre del SEÑOR, pues El ordenó y fueron creados; los estableció eternamente y para siempre, les dio ley que no pasará.
Alabad al SEÑOR desde la tierra, monstruos marinos y todos los abismos; fuego y granizo, nieve y bruma; viento tempestuoso que cumple su palabra;
El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor, pero el que se apiada del necesitado le honra.
Gracias, hermano Elì Soriano, Bendiciones.
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