Un buen método educativo ordena todas las dificultades necesarias de las materias, en una progresión tal, que cada una constituya un peldaño hacia la siguiente, y que estos peldaños entre una y otra sean suficientemente difíciles para estimular el esfuerzo, sin serlo a tal punto que pueda representar un obstáculo. Tal método debe ser el resultado de un cuidadoso análisis de la materia de enseñanza y de una larga experiencia en contacto con alumnos que la estudien.

El método consiste en una determinada ordenación y tratamiento de la materia de enseñanza, con el fin de adaptar ésta a la mentalidad y caracteres psicológicos del individuo o grupo de individuos al cual está destinado; asegurando así su transmisión directa y más completa asimilación.

El método global

Comenio, genial precursor de este método dice:

Debe permitirse al estudiante en las escuelas por consiguiente, que aprendan a escribir, escribiendo; a hablar, hablando; a cantar, cantando; y a razonar, razonando. De esta forma, las escuelas llegaran a convertirse en talleres zumbantes por el trabajo, y los estudiantes sentirán sus esfuerzos provechosos, comprobando la verdad del proverbio: “nos formamos a nosotros mismos y nuestro material, a un mismo tiempo”.

El método global es sintético; tiende a la integración del conocimiento.

Ejemplo en la enseñanza de las escalas musicales:

1.- Método de memorización: enseñar las tonalidades, indicando la cantidad de bemoles y sostenidos, sin explicar razones de esta distribución.

2.- Método inductivo: mostrar a los estudiantes la relación de tonos y semitonos en la escala natural y luego aplicar esta regla a las demás tonalidades.

3.- Método inductivo-deductivo: luego que el estudiante ha practicado suficiente la audición y entonación de la escala natural, intentará reproducir su melodía a partir de cualquier nota. Posteriormente podrá investigar la razón de este fenómeno, de semejanza melódica que presentan las diferentes escalas.