Delgadez | Historia de un Quiebre

belkisa758 (70)in #dogs • 5 years ago (edited)

Fue impresionante llegar a este lugar y ver la humildad de quienes allí habitan. Niños con medias sonrisas, ancianos con pasos más lentos de lo normal, familias medio alteradas, rostros abrillantados y cuerpos con delgadez extrema.

Ese día la brisa batía la ropa, las nubes cargadas anunciaban chubasco y el amigo fiel del hombre estaba allí, parecía preocupado, inmutado, a la espera de algo o de alguien.

Era curiosa la mirada de aquel animal centrada en un punto específico. Movía la cola cuando de pronto lo invadía la ansiedad.

"Catire" lo llama la dueña del perro, una señora alta y delgada, sin dentadura, piel muy arrugada, erguida y de carácter, vestía ropa transparentada y algo rasgada, no mostró nunca una sonrisa pero si buena atención y amabilidad.

En un momento que no logré capturar apareció otro perrito y Catire, emocionado, se acercó para recibirlo, ¡perdón! no era perro, era perra; era a ella a quien esperaba, a Larguina le dice Doña Gladis.

Son los sobrevivientes de una camada de 9 perros es decir, hermanos por naturaleza y ahora pareja por instinto.

Apenas la vio llegar, Catire se acerca a Larguina para olerla y rascar su espalda. Larguina, quieta, sin ánimos de esquivar ni tampoco pelear, permite a su pareja examinarla.

El camino de uno, es el camino de otro dice Doña Gladis. Catire cuida a Larguina desde su nacimiento, ella "era" débil y frágil, juraba que no resistiría pero la cercanía de Catire fue suficiente para ella.

Ciertamente era así, lo vi con mis propios ojos. Catire y Larguina son inseparables.

Me causó tristeza ver echado a los animales porque me concentré en lo que hacía y creo haber hecho lectura de cada uno de sus movimientos. Verlos parados en sus cuatros patas, fue aún más duro. Apenas lograban sostenerse, la delgadez en su cuerpo, pronunciaba la piel pegada a los huesos.

Los ojos de Catire y Larguina hablaban por si solos, no había nada oculto en sus caras ni tampoco en aquel lugar, nada oculto en medio del callejón, ni tampoco en las estructuras de las viviendas.

No había nada oculto en las sombras que envistieron el suelo de quienes por el lugar se pasearon, no hubo nada oculto en la amabilidad sin sonrisa de Doña Gladis, no había nada oculto en la media sonrisa de los niños, ni en la actitud de las familias medio alteradas, no hay nada oculto en el trato ni el maltrato de aquellas vidas...

La delgadez en la capa externa que cubre la piel, es capaz de apagar la llama viva y ardiente del ser humano. La delgadez en la capa interna, oculta bajo la piel, es capaz de acabar con el sueño y deseo de seguir viviendo.