lloriqueos de la muerta de la mata hermosa. Relatos de Virgilio Leon Puppio, el poeta de la 106 de Calicanto

A esta hora, cuando tautacos y garzones pasan apuraditos hacia sus dormideros con severos bramidos de que viene tempestad, porque serán tiempo de abril y en Abril el Llano es agua.

Cinco-seis de la tarde,

ya a esa hora hemos comido, porque en el llano el Llanero avispao come varias veces,

ahí, en ese tranquero en la última vara, por las tardes desde esa altura, me iba comiendo los porsiacasos olvidados en las monturas de los que andaban a caballo, eran muchos, 20--30 y las sombras de los caneyes se tupian de chinchorros y mosquiteros y cada quien tenía su cuento que por lo general eran de muertos y yo se los iba escuchando, porque a decir verdad, de ahí, de ese tranquero a los caneyes se escuchan los lloriqueos de la muerta de la Mata hermosa, esa mujer a la que un mal día se nos atravesó en el camino,, era muy bonita, yo vi cuando pelo lindo le dio estribo, bajando el cañaote que da hacia La mata Hermosa.

Desde ese día la mujer enfermó al Sambo, de noche alucinaba ayyyyyy,,ayyyyy, ayyyy, decía: quítenmela de encima.

Por eso en la quesera de la vuelta del Oso, cuando habían vaquerías, nunca esperaba colgar mi chinchorro y mosquitero por los lados de la puerta de trancas, porque yo sabía que por ahí era por donde chocaba la muerta en tiempos de vaquerías, y chocaba dado al afán de nombrarla tanto, por eso tranquilito me comía dentro del mosquitero los panes olvidados en los porsiacasos y cuanto dulce encontraba, también lo raspaba, era cuando alguien decía, llegaron los ratones y había que darle para que se callara la boca.
Poemas de Virgilio León.

quesera de la vuelta del oso.-