CUARENTENA
Caracas
Encierro doméstico. Día número no sé cuántos
El pensamiento va y viene, entre estas paredes. Pero no se queda atrapado en ellas, más bien evita conscientemente la casa que intenta contenerlo, que es el mismo cuerpo en que parece habitar. Es decir, lo que otros, intentado descentrar el mundo para aparentar humildad, llaman mi persona. Yo no, yo siempre le diré YO, sin remilgos, sin falsas posturas.
Pienso o quiero pensar en un después que no sé cuándo arrancará, pero que es inevitable, al parecer. De pronto, también, esa posibilidad del devenir ignoto, la nebulosidad tras la que se esconde de la conciencia aquello que llamaos futuro, llama más mi atención que la mera descripción de un fotograma, de una foto fija sobre la cual regodearme e iluminar con teorías que creo conocer. No me interesa el presente, me da por decir, sino esa inexistente retahila de "futuridades", de especulaciones más o menos orientadas por una multitud de condiciones iniciales -se me sale el matemático y no lo puedo, ni quiero, evitar.
El mundo fue y será una porquería, era letra de tango, tan certera ahora como cuando, borrachos de cualquier elixir embriagante (alcohol, amor, deseo intenso) tarareábamos en goce compartido las inspiraciones desgajadas en bandoneón y ronquera. Pero tal parece que la cosa no se vislumbra predecible, porque el golpe al parecer será maestro, si no lo ha sido ya. La vida deseada por quienes tratan de mover las cuerdas o los imanes bajo la mesa del truco prestidigitador tal vez no sea ni siquiera imaginable. Quién sabe. Justo eso persigo, precisamente eso quiero asir, desde inventarme escenarios que no pueden ser contenidos en cuatro paredes, piso y techo. Pensar los futuribles es contradictorio incluso con escribirlo aquí y con este instrumento sin pentagrama, porque la costumbre, el sentido común necesario para aventurar decires va a fallar, por definición.
Aunque humanos somos o, mejor dicho, humanos vamos siendo, y en ese ineluctable diálogo que el devenir va teniendo con sus condiciones de posibilidad, se van a entretejer acciones y hechos y esos hechos y acciones serán convertidos en rieles sobre los que avanzará, avanzaremos, junto con el camino tendido por la oruga que es la construcción que los humanos hacemos del mundo y sociedad en los que nos toca desenvolvernos.
