Reto12Votos Semana74 – Anécdotas con animales

Muchas veces estos animales han tenido nombres y sus propios espacios en el patio de la casa. Por ejemplo el gallo se llamaba Cantaclaro, el loro se llamaba Marcelo, los conejos eran Serapio y Serapia y tuvieron muchas crías por lo que vivíamos regalando conejitos a todos los amigos.

Cantaclaro tenía la costumbre de cantar un fuerte kiquiriki exactamente a las 2 de la mañana. Eso lo recuerdo muy bien porque durante una semana, cuando el gallo cantaba, yo miraba el reloj de la mesita de noche y con una increíble precisión eran las 2 am.

Marcelo, el loro, era poco hablador pero siempre importunó mis escapes de la casa. Me explico. Normalmente, todas las personas mayores, después del almuerzo, hacían una siesta de media hora por lo mínimo. A veces, el almuerzo se extendía hasta la una de la tarde por lo que la siesta terminaba como a las 3 pm. Mis amiguitos se reunían en la calle a las 2 de la tarde para jugar y yo no tenía permiso para salir. Entonces, en forma sigilosa me escurría por el patio para salir por la puerta trasera de la casa pero Marcelo, que sabía pronunciar mi nombre, decía: Marrrr-cy, dónde vas? Y así, nunca pude salir a hurtadillas sin ser descubierta por Marcelo.

Pero indudablemente los animales más queridos han sido los perros y los gatos. Antes de continuar con otra anécdota quiero decir que mi tía y mi hermana han sido las más caritativas con estos animalitos. Ellas son un pozo inagotable de bondad para rescatar y cuidar a animales de la calle que se encuentran enfermos o abandonados. Sinceramente, siempre he admirado esa actitud.

Luego, llegó a nuestras vidas Venus, una perra cocker. Todos la adorábamos. Venus se acostaba conmigo en el piso para mirar la televisión y se exaltaba, con nuestra algarabía, cuando veíamos los juegos de beísbol. Me parece que era fanática de Los Leones del Caracas, como nosotros también lo somos.

En una oportunidad yo salí de viaje para la Isla de Margarita. Mi hermano me fue a llevar para la Lancha y Venus se escapó de la casa cuando se sacó el carro. Los teléfonos celulares estaban de moda y había un nuevo servicio de mensajería de texto. Cuando llegué a la Isla recibí un mensaje de mi hermano que decía: ha ocurrido una tragedia, Venus es escapó y se fue para el parque. También se revolcó con un perro feísimo.

Al regresar de mi paseo por la Isla mi hermana y mi mamá me contaron, muertas de la risa, lo que había ocurrido. Venus, que nunca se había cruzado con otro perro, se escapó y se revolcó con un perro. Mi hermano, cuando descubrió su ausencia la fue a buscar desesperado y la encontró llena de cadillos y pegapega (plantas) pero con mirada de felicidad. Él la llevó cargada para la casa no sin regañarla. La bañó para limpiarla mientras le siguió reclamando. No obstante, Venus se mostraba extasiada por su singular aventura callejera jajajaja.

Foto: El noble Batusay acostado en el patio y la mancha negra es realmente Samba (otro perro) que duerme encima de Batu.

Otra anécdota que me gustaría contar es de Batusay, un perro bóxer. Un 8 de septiembre de hace muchos años todos habíamos salido de la casa; la señora Rosaura, que nos acompañaba para la limpieza, ese día fue a trabajar. Como a las 10 am pasó frente a la casa una procesión con la Virgen del Valle y Rosaura salió a la acera para ver a la imagen de virgen. Batusay, que era muy travieso, también salió y buscó jugar con la gente. Como era un bóxer grande toda la gente salió corriendo, espantada, pensando en que el perro los iba a morder, y mientras más corrían por toda la calle Batusay más los perseguía. Al mismo tiempo, Rosaura llamaba desesperada a Batusay para llevarlo a la casa nuevamente hasta que finalmente lo logró. La procesión se dispersó y los pocos que quedaron llevaron corriendo a la virgen hasta la capilla donde, en horas de la tarde-noche, la honrarían con una misa.

Cuando llegamos a la casa, Rosaura nos contó todo el episodio y nosotros no parábamos de reír. Teníamos que salir a disculparnos con los vecinos pero nos daba mucha pena lo ocurrido. Mamá fue en la tarde para la capilla y todos los vecinos le contaban el susto que habían pasado con Batusay. A esa hora se reían de la estampida involuntaria.

Todas estas mascotas están hoy en el paraíso de los animales pero vivimos momentos inolvidables con ellos y siempre los recordaremos.

Bueno amigos, hasta aquí cuento anécdotas. Tengo muchas más pero creo que estas fueron suficientes y espero que hayan pasado un rato divertido de lectura.

Antes de finalizar me gustaría incluir la reflexión de que a un animalito de la calle, de esos que no son de raza pura, hay que quererlo, cuidarlo y protegerlo igual que cualquier mascota. Yo he tenido peceras y allí pueden estar peces ornamentales con peces recogidos de las canales de riego y conviven perfectamente. No hagamos nosotros esa separación absurda de razas. Incluso los perros y los gatos se pueden llevar bien si sabemos tratarlos.

Si desean saber de qué se trata este reto pueden leer la publicación original Aquí.

Nota: Todas las fotografías son de mi propiedad

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Saludos Infinitos y hasta una próxima publicación.

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