Mi encuentro con lo desconocido

Contrario a lo que muchas religiones pueden llegar a creer, o a todas esas creencias que se han establecido durante el tiempo y que dividen lo bueno de lo malo, identificándolo de ciertas formas; luz u oscuridad, blanco o negro, ying o yang y todo aquello que es la manifestación del equilibrio en sí mismo. Sabía que aquello no era más que suposiciones pero me olvide de todo eso por un momento, me dejé llevar por lo que sentía y recordé que más allá de la vista y lo que piensa gran parte de la sociedad, aquello que vi era algo que formaba parte de un mundo desconocido. 

Una pequeña muestra de una realidad oculta que aún no puede ser comprobada por la ciencia y que va más allá de los límites de la mente humana y la lógica. También entendí que existen muchas personas conscientes de ello que sacan ventaja y prefieren mantenerlo oculto o incluso llegan a  ridiculizar estos temas para así ganar terreno en lo desconocido.

Muchos lo utilizan para el mal, otros para el bien. Todo va unido a sus convicciones y sus propósitos, algunos bastante vanos, que radican en la simpleza del ego. Por mi parte mi mente arraigada en lo científico siempre me llevaba a cuestionarme aquel momento, a buscar un porque, un como, un que, pero esto lejos de hacerme dudar me hacía entrar aún más en razón. 

Y entonces di gracias por ser la mezcla de lo que soy, una mente científica regida por los parámetros de la medicina y el conocimiento del cuerpo humano, unida al existencialismo, la creencia del alma y de un plano distinto al que vemos. Si a esto le agregamos mi amor incondicional a la ciencia ficción, tenemos un cóctel explosivo de sucesos que me llevarían hasta la claridad.