Creatividad-Maximachallenge - Una sirena en apuros

Una tarde gris como mi ánimo, me senté a pensar en qué más podría hacer una sirena a la cual le dejan cuidando tres huevos de pájaro bobo, cuando un hada se acercó y me dijo al oído: “te sentaría muy bien aprender a bailar tango”.

Me incorporé con la rapidez que me permitió mi peculiar figura y me subí al auto rojo de Ruperto, donde encontré su tarjeta de crédito. Volé a gran velocidad para atravesar los rieles antes de que pasara el tren. Me compré un traje de sirena rojo escarlata y regresé a mi lugar de siempre, ahí me di cuenta de que alguien con sumo cuidado había tomado mi paleta y mis pinturas para decorar los huevos de una manera tan artística, que parecían globos de colores, pero me enojó en gran manera darme cuenta de que también había estado siendo observada por una cámara y que tendría que explicar mis acciones.

Ruperto llegó rugiendo como un león, muy molesto por mi osadía, alguien había tomado sin permiso su auto; se acostó a dormir y fue cuando lo invité a bailar con mi vestido rojo, toda la rabia se le disipó en el acto. Ahora se sienta en las tardes con su guitarra y canta ese tango triste que una vez bailamos y quedó grabado en su corazón, mientras yo sigo observándolo sin que él lo sepa.