La ilusión de la percepción

"Nadie se ilumina imaginando figuras de luz sino haciendo conscientes sus sombras"

Así hablaba Carl Gustav Jung del inconsciente y de las sombras que habitan dentro de ella en el fondo de nuestra psique. No quiero tratar hoy de iluminar nada porque la iluminación es un proceso personal e individual y cada cual sigue su propio camino. Aunque si estas palabras os ayudan a encontrar esa luz interior entonces mi agradecimiento será el vuestro mismo multiplicado por mil.

Para conocer la realidad es necesario dar por sentado que no se conoce. Nuestro cerebro va guardando información y creando programas neuronales que se vuelven inconscientes con el tiempo. No nos damos cuenta de cosas que están ahí y alteran nuestra percepción de la realidad por simple embotamiento, rutina o costumbre. Muchas veces esta información acumulada en el inconsciente nos da problemas porque crea incongruencias en nuestra percepción.

La percepción

---

Mientras leéis éstas palabras estáis pensando que el color del texto es negro y el del fondo de la página es blanco cuando en realidad solo estáis viendo los colores rojo, verde y azul tomando valores de 0 a 255 en intensidad lumínica.

La fotografía de arriba está tomada usando una micro-lupa de 60 aumentos, mi intención en ella es enseñar que existe lo que se llama el mundo de la ilusión y lo aparente y el mundo de lo real donde éste último es el mundo donde solo existe una verdad a la que se llega tras un proceso de iluminación consciente.

Para limpiar nuestra percepción podemos hacer muchas cosas. Podemos pensar en ello como un ordenador al que podemos pasar programas de limpieza para mantenerlo limpio. Debemos tener consciencia de que el mundo externo es una manifestación de nuestra percepción, recibimos información y ruido al mismo tiempo, por lo que limpiarse significa aumentar la relación señal a ruido de nuestra percepción, salir de la ciudad, ir al campo, respirar aire puro, hablar con los animales, etc...

La realidad

---

Desde nuestro nivel de percepción recogemos datos y los procesamos para crear nuestro mapa mental de cada situación que vivimos. Cuando nos vemos privados de nuestra percepción durante un periodo de tiempo, curiosamente al recuperar nuestra percepción lo hacemos de forma aumentada. ¿Nunca habéis probado a salir a la calle y ver la luz del día justo después de levantaros de la cama al despertaros por la mañana?

En la cultura tibetana los iniciados en el conocimiento budista son puestos a pruebas manteniendo rutinas muy disciplinadas y estrictas para mantener la pureza de su espíritu. Son sometidos a un periodo de oscuridad total dentro de una cueva durante cuatro día. Al salir sus sentidos están amplificados. Son capaces de ver el aura de las personas, su energía y sus conflictos personales. Pueden ver la realidad al completo. Tras el periodo de aislamiento se produce un cambio en la percepción del monje.

Digamos que las partes del sistema de realidad son:

• La realidad intrínseca o última verdad, lo que ES.
• Lo que nuestra percepción recibe y nuestra mente procesa a través de un proceso de filtrado (creencias, valores, etc...). Aquí se incluye lo que vemos, sentimos, oímos y pensamos tanto de nosotros mismos como del mundo exterior.
• Tras recibir la información nuestro cerebro reacciona, aprende, es estimulado, nuestra conciencia toma decisiones y nos hace vivir más experiencias condicionadas por esas decisiones tomadas de forma consciente o inconsciente.
• El conocimiento obtenido gracias a nuestra capacidad de dar significado a un todo compuesto de partes separadas, nuestra capacidad de imaginar, de crear y de hacer.
• El feedback interno obtenido nos hace aprender todavía más tanto del mundo externo como de nosotros mismos dándonos la sabiduría que solo puede dar la experiencia.

Nuestro cuerpo crece, pero nuestra mente puede mantenerse siempre joven, activa y creativa si la usamos bien y sabemos sacar todo su potencial. Uno de los trucos para ello es usar nuestro cerebro como lo hacíamos en nuestra infancia donde aprendíamos todo de manera muy rápida. Eso es así porque nuestro cerebro entonces absorbía la información y la procesaba de una manera muy determinada, sin juzgarla ni etiquetarla de buena o mala. El cerebro de un niño trabaja fuera de la dualidad en la que se encuentran la mayoría de personas.

Dudar de la realidad constantemente nos da la capacidad de aprender aún más rápido. Dudar de nuestras propias creencias, cuestionarnos nuestros comportamientos y reacciones nos hace más conscientes de lo que hacemos (no hacer de forma obsesiva o acabarás siendo un paranoico!). Al poner en duda nuestros cimientos conseguiremos eliminar aquellos pilares falsos y fortalecer aquellos fuertes y grandes que nos ayudarán a conseguir nuestras metas y objetivos.

La luz de la consciencia está en nuestro interior, nosotros permanecemos dormidos a ella bajo nuestra percepción. Cambiar de percepción es como cambiar de gafas. Al principio cuesta un poco habituarse, pero luego cuando te paras a observar detenidamente la realidad con tus nuevas gafas, entonces la comprendes a un nivel aún más profundo que te permite un mayor control sobre tus acciones.

Somos demasiado complejos como para intentar comprenderlo todo, pero la vida no es eterna, hemos venido con un propósito y sea cual sea es nuestro deber averiguarlo.

---

Os deseo un feliz lunes!!!

Sígueme en Facebook, en Instagram y en Youtube.