CONCURSO DE FOTOGRAFIA #ANIMALANDIA /MIS MASCOTAS SUSANITA
En mi hogar siempre han existido mascotas. Desde que era niña recuerdo que había, en particular, algún perro o un gato. Recuerdo con especial cariño, a un Mucuchiés, aunque mi histeria de hoy es sobre mi gata Susanita, les diré que aquel perro era listo, grande y con una fidelidad a prueba de casi cualquier cosa. A este animal y en especial a esta raza le voy a dedicar unas cuantas palabras antes de hablar de mi mascota actual, mi gata querida.
Les decía que era un Mucuchíes, de esta raza supe más tarde, ya en la adultez, que los Mucuchíes pertenecen a una raza de perros venezolanos, del estado Mérida. Y aunque voy a contarles de Susanita mi grata, les referiré brevemente que se afirma que nuestro libertador, Simón Bolívar cuando estuvo en tierras merideñas, en los Andes venezolanos, durante el tiempo de la lucha independentista, un campesino en San Rafael de Mucuchíes le regaló un perro Mucuchiés, y, desde ese momento el Libertados se hizo acompañar en varias batallas por este animal. Algunos cronistas han relatado que un día en que atacaron a Simón Bolívar por la espalda, el perro se abalanzó sobre el atacante y el animal quedó muy mal herido, pero el Libertador salió ileso del trance fatal. Como venezolana me siento orgullosa de esta raza, y después de expresarles esta historia, ahora sí les voy a narrar el cuento de mi gata.
Mi querida gatita tiene por nombre Susanita. Es como verán en las fotografías una gata hermosa y blanca como un copo de nieve. Al principio yo la bauticé como nievecita, por ese color tan níveo, pero mi hermana me convenció de que Susanita le venía mejor y yo acepte.
Les cuento que Susanita, era una pequeña de la calle, apareció maullando y maullando en la acera del frente de mi casa. Desde el primer momento ella me flechó. Fue un amor a primera vista. Entonces comencé a llevarle comida y se la ponía en un platico de cartón, al frente. Como se imaginan, eso duró poco y en algo así como en una semana me la había traído para el zaguán de la casa, con la idea de que nuestra perra, la querida Miranda, se fuera amigando con ella y viceversa. Allí, sobre un tapete que imita piel de tigre, se encontraba ya viviendo Susanita. Como al mes y medio, la gata y la perra ya eran grandes amigas. Pero mi hermana, Flor de María se estaba haciendo la dura y no quería que entrara a la casa, digo, un poquito dura, porque mi hermana ya estaba derretida, ella adora a los animales. Fue así que hablé con mi amiga querida Mercedes Álvarez y ella me ayudó para que la castráramos. Luego de la operación mi hermana la atendió en su postoperatorio y desde ese tiempo que fue a mediados del año 2015, mi pequeña mascota, mi amada Susanita, pasa los días en un solo bochinche con mi perra, cuando se cansa duerme a pata suelta y come como una lima nueva, pero lo que hace mejor Susanita, es llenar nuestro hogar de felicidad.
Me parece preciosa Susanita, te deseo mucha suerte en el concurso, gracias por participar.