La transformación.

Le comenté a mi hijo; hoy en Steemit debo escribir sobre el año viejo y el nuevo, solo entré un momento a la plataforma para leer un artículo sobre cryptomonedas y un concurso motivador de @marlui me inspiró, pensé en lo cierto lo inseguro y lo incierto que trae un año que comienza, me obligó a preguntarle al año viejo: ¿Que vendrá después de ti? ... mi hijo se quedó callado.

Con esa idea rondando mi mente coloqué la cabeza en la almohada, ciertamente no sé si me quede dormida, más como de la nada un hombre anciano se acerca a mí y me pregunta: ¿sabes cómo se ponen viejos los años aunque solo tengan meses? Cada vez que te alejas de esos propósitos que hiciste cuando este recién nacía, por cada falta de fe y de agradecimiento por lo que te está ofreciendo, mil arrugas salen en su rostro, por cada palabra oportuna no pronunciada, por cada gesto amistoso hacia el prójimo no realizado sus huesos se van encorvando, cada momento que te enfocas en lo que no tienes olvidando lo que si disfrutas, su cabello se torna blanco.

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Me quedo observándolo y le digo: tú te ves bien y hoy es 30 de diciembre, ¿porque si estas a punto de irte? Lo que te muestro es tu ultima oportunidad, antes que agonice agradece, llénate de alegría por cada día vivido, recuerda y enfócate en las cosas buenas que te sucedieron por pequeñas que estas sean. Cerré mis ojos y por mi mente comenzaron a desfilar miles de recuerdos bellos, hermosos milagros cotidianos: mi salud, la sonrisa de la familia, los abrazos de los amigos, la cola de mi mascota agitándose a cada llegada a casa, esas flores que vi en el jardín, la comida en mi mesa mucha o poca allí estuvo, esas canciones que me llegan al alma, los poemas antiguos y los nuevos emergentes en medio de un país que parece en caos, pero que sus artistas resucitan diariamente.

Al abrir mi vista, estaba ante mí un hombre joven y guapo, nada que ver con esos retratos acostumbrados del año viejo. Me dijo, los buenos recuerdos siempre son revitalizantes, forjadores de imágenes claras con brillo, me despido de ti de la mejor manera, ya no existiré como un año viejo más que pasa, soy y seré gracias a que me transformaste, un bello recuerdo, un buen año que paso por tu vida. ¡Feliz año nuevo!.
En ese momento mi hijo me habla y me dice: mami no te duermas, lee sobre las cryptomonedas y luego escribes el cuento del concurso, no dejes que Steemit se vaya con el año. Sonaba al fondo en la radio, como marco de la escena, esa antigua canción de Tony Camargo: “yo no olvido al año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas”.