Como Sócrates, sólo diré que no sé nada, pero en vista de ello, me posiciono al lado de los estoicos, sabiendo de antemano que son muchas las cosas, circunstancias y situaciones que escapan a mi control. Desde este punto de vista, llámenme cínico si quieren, intento que en mi vida primen dos circunstancias muy especiales: la primera, el derecho de vivir en paz, como cantaba y reclamaba Víctor Jara y por supuesto, el grandísimo consejo de aquélla máxima latina (que no latino, aunque sí romana) que decía aquello de Carpe Diem. Vive el momento como si fuera el último. Saludos y vuelvo al sofá-manta, a ver si puedo deshacerme de esta gripe que me está haciendo polvo.