El Lobo de Wall Street (2013, USA): Carta Abierta al Discreto Encanto del Capitalismo.

in #cine6 years ago (edited)

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Dentro del mundo cinematográfico de Scorsese, estamos ante su peor mafia; no les llega ni a los talones a los chicos de Goodfellas, pero Scorsese filma a la mafia moderna. La mafia que mueve al mundo hoy día. La mafia, que cinco años antes de estrenar la película, hizo que millones de personas perdieran sus trabajos y una fuerte crisis financiera sacudiera al mundo: los chicos de Wall Street. Scorsese usa el humor negro, la sátira, lo grotesco, no solo para burlarse de esta nueva mafia globalizada, sino que usa todos los recursos cinematográficos para decirnos fuck you.

A pesar que sólo estuvo nominada en el 2013 a cinco premios de la academia incluyendo mejor actor, mejor director y mejor película, El Lobo de Wall Street ya es considerada un clásico dentro de la industria hollywoodense; junto con Casablanca (1942), Psicosis (1960) y Titanic (1997). Scorsese trabaja con el mexicano Rodrigo Prieto (Amores Perros, 2000) en el área de dirección de fotografía. El guionista es Terence Winter (Boardwalk Empire. 2010-2014), quien adaptó el libro autobiográfico de Jordan Belfort. Casi obtiene el Oscar por mejor guion adaptado.

El elenco lo conforma Leonardo DiCaprio (Titanic) quien trabaja por quinta vez con Scorsese. Estuvo durante años buscando financiación para que produjeran la cinta y los derechos de la obra, quien logró con la productora independiente Red Granite Pictures imdb, 2017. Jonah Hill (Supersalidos, 2007), cobró el salario mínimo del sindicato de actores sólo para incorporarse a las filas del director italoamericano imdb, 2017. Y Margot Robbie (Yo, Tonya 2017); desconocida hasta entonces.

El film cuenta la pequeña historia de unos idiotas «blancos, civilizados, modernos» liderados por un imbécil «Belfort», quien venden pequeños sueños americanos en forma de tramposas acciones a otros idiotas «audiencia, público, masa, sociedad» (!). ¿Y qué hacen con el dinero estafado? Bueno, el resto de la película se trata de esto mismo: vivir el sueño americano como todo un millonario excéntrico, blanco, civilizado y moderno (!).

Lo mejor de todo, es que esta historia fue real, pero no como las historias de terror que te venden “esto está basado en eventos reales”. No, incluso, los mismos detectives del FBI que participaron del arresto y el mismísimo Jordan Belfort confirmaron que lo sucesos de la cinta fueron reales, e incluso, peor.

Vamos a sacarle el tale de la comicidad al El Lobo de Wall Street. Cómo Scorsese utiliza los recursos estéticos y cinematográficos para representar, en la figura de lo grotesco, a los banqueros y corredores de bolsa capitalistas. Y la sátira, para criticar a la audiencia seriamente, es importante destacar que “Lo cómico implica una crítica, social o personal, y toda crítica pertenece a la dimensión de lo serio.” (Colombres, A. 2014, Pág. 348). El catalizador, tanto de la sátira como lo grotesco, se expresa en Belfort, quien representa un espejo de la indiferencia social. Pues es la morbosidad que la audiencia exige y permite, que algunos hombres expresen su codicia obscena en su máxima expresión. Pero primero, vamos a repasar las finalidades y sus determinantes del tale, la comicidad, el humor, lo grotesco.

Primero hay que esclarecer el término de “tale” de Zavarzaded que se presenta en el trabajo de Patricia Kaiser. Aquí se condensa la idea principal que quiso expresar el autor en su libro.

El TALE: el efecto global del texto fílmico, en las consecuencias de la narrativa. Tale, no significa los eventos o cualquier otro aspecto exclusivamente inmanente al filme. Más bien el tale, sigue el curso de las actividades a través de la cuales el espectador encadena los significados del filmes en una red cultural de inteligibilidad –un ensamblaje de asunciones y presuposiciones sobre lo “real”- dentro de un espacio que “hace” al filme socialmente inteligible. (Citado en Zavarzadeh, S.F)

Además, se debe hacer mención especial a la finalidad o el sentido que debe tener el espectador a la hora de construir el “tale” de la obra cinematográfica.

El tale, articula al espectador a través del proceso de “hacer sentido” (makesense), localizándolo en una relación social de producción. Para construir el tale, es necesario entonces, una habilidad cultural a través de la cual el espectador aprende cómo clasificar los diversos códigos culturales, como género, sexualidad, clase social; y a establecer relaciones entre ellos. (Citado en Zavarzadeh, M. S.F)

Ahora bien, El lobo de Wall Street se ha promocionado como una comedia dentro de la estructura de géneros cinematográficos habitual. Muchos de sus detractores y críticos, han visto en su comicidad un escudo que niega la realidad y glorifica el Statu quo mediante la risa. Donde no hay castigo hacia sus personajes que debilitan los aspectos morales que ha construido la sociedad decente... «anda a cagar…Respira…Sigue, continua». Todo lo contrario querido Watson. Si recordamos a Adolfo Colombres en su libro, Teoría Transcultural de las Artes Visuales, nos dice primero que la comicidad es un pilar de la estética. La reivindica, al igual que Aristóteles, como un “instrumento para descubrir la verdad, más que para negarla.” (Colombres, A. 2014)

La Cultura popular acude frecuentemente al tono ceremonioso y reflexivo, dando cuenta de las grandes verdades, pero su forma más aguda y eficaz es (…) todo lo que desemboca en la risa, en la ridiculización del opresor y los lenguajes engolados con los cuales este sostiene su violencia, y también de la propia estampa de quien la esgrime, de su triste condición humana, porque el manejo honesto de la risa exige la plena disposición a asimismo ser, llegado el momento, objeto de ella. (2014. Pág. 349)

Colombres observa en la risa, acentuada en las distintas expresiones de la cultura popular, una herramienta política para luchar contra los poderes y hacer crítica a la sociedad anómica. En este caso, los valores y metaparadigmas occidentales-modernos-capitalistas. Si no creen en las palabras divinas de este análisis, entonces tomen en consideración la frase de DiCaprio en una entrevista promocional: “Quería hacer una película de esta naturaleza, que fuera como una moderna caída del imperio romano” (DiCaprio, L. 2014)

Durante años, la comedia ha estado en manos de los oprimidos para levantar su voz contra el opresor y dejar en evidencia las institucionalizaciones que se hace en la realidad compartida. Algo así como un tipo de catarsis colectivo. O como bien dice Colombres, libertad.

Una afirmación a la libertad (…) el débil ubica el talón de Aquiles del poderoso y dispara hacia él sus dardos. Se presenta así como una visión diferente del mundo, una contracultura que toma a la vida como algo siempre abierto, maleable, inacabado, a lo que ningún discurso, ninguna institución, puede fijar, congelar para siempre. (…) Se ríe para olvidar, dice Bajtín, pues la memoria y la tradición nada tienen que ver con el mundo de lo cómico. La verdad existe, pero no es monolítica, revelada de antemano, sino que hay que rastrearla en cada caso, incluso bajo la máscara de los comediantes en un mundo carnavalizado. (2014. pág. 348)

Es importante añadir que Colombres aclara en que no hay que confundir la estatización de la risa con la estatización del espíritu trágico: aceptación fatalista alienante de las condiciones de la realidad impuesta y aceptarlas como lo normal. Colombres, al referirse a las formas de lo cómico, se desmarca por la clasificación que hace Sánchez Vásquez: el humor, la sátira, y la ironía. Luego, le añade las formas la parodia y en un subcapítulo se reserva lo grotesco; como algo que antes que apelar a la risa, apela a la lucha del contenido y la forma.

El humor crítica a su objeto o persona, pero como alega Colombres, “no lo niega en su totalidad, pues algo de él queda salvo.” (Citado en Vázquez, S. 2014. pág. 351) La sátira no presenta a su objeto como algo débil; lo ataca sin misericordia, “Se alimenta, más bien, en la indignación, la ira o el profundo desprecio (…) desaparece toda ambigüedad, al tratarse de una condena que no deja resquicio alguno a la simpatía ni a la duda.” (Pág. 352) La ironía es la más sutil de las tres. Es el disimulo de verdades en palabras de elogio o de aprobación; es el subtexto satírico implícito en tono humorístico, las dos se neutralizan. La parodia, como agregado de Colombres, es un recurso enmarcado en “la mimesis” que “contrapone aquí la intención cómica de la parodia a la intención sería de lo parodiado” (353).

Por último, se habla de lo grotesco. Hay que detenerse con este apartado que hace Colombres, distinguiéndose con lo cómico.

Antes de a la risa, el grotesco apela a la lucha entre el contenido y la forma. Para desestructurar los esquemas de la vida cotidiana, amalgama en una síntesis la esencia de los contrarios, lo cual impulsa al espectador a realizar un esfuerzo para indagar, en lo profundo de su conciencia, las claves de lo incomprensible.” (Colombres, A. 2014. Pág. 355)

Luego toma la palabra de Vázquez para definir qué es lo grotesco y sacar las determinantes, las cuales nosotros usaremos para el análisis. “Lo que encontramos siempre en lo grotesco, dice Sánchez Vázquez, es la presencia de algo extraño, fantástico, irreal o antinatural. El efecto monstruoso se produce por la irrealidad, no tanto de los elementos, sino de los conjuntos.” (356) Y ahora se menciona lo determinante.

Se podría decir entonces que lo determinante (…), sino producir un efecto de contraste, mostrar cómo dentro de un mundo rigurosamente estructurado pueden emerger lo oscuro y lo siniestro. Este lado siniestro, híbrido, monstruoso de lo real, no solo afecta el nivel de la conducta humana en el marco de una sociedad, sino también la forma misma de los seres, aunque a menudo estos no coinciden. Una persona sin deformidad alguna puede realizar actos monstruosos, totalmente excéntricos, (…).”(Pág. 357)

Se mencionan las aptitudes que debe tener un héroe en un relato y se la hace crítica a este aspecto en las novelas. Incluso hoy, podemos ver esta idea en la construcción de los personajes en varios de los guiones del cine comercial. ¿Y por qué nos interesaría esto? Bueno, porque Belfort es cool en todo los sentidos si se analiza haciendo hincapié en las ideas de Colombres. Belfort es un fenómeno interesante, ya que se ha extrapolado su significado en la construcción simbólica de los millennials… ¡Miguel! Concéntrate y enfócate en la idea principal.

Bajtín señala que es en la risa donde hay que buscar las raíces folclóricas de la novela. A la concepción maniquea de la epopeya, donde el héroe no puede cometer un acto vil o deleznable ni permitirse ni siquiera una flaqueza, la novela de caballería opuso una duplicidad basada en la semejanza de los contrarios. Así, don Quijote es un loco, pero también un iluminado. En este sentido, la novela es un antiepopeya, o la epopeya de los antihéroes, cuyos deslices pueden ser entendidos como una cómica crítica al heroísmo, expresa o implícita, o como la heroización de lo cómico, para elevarlo a las alturas del mito. (Pág. 348)

Es fácil adjudicar al El Lobo de Wall Street las cinco formas de la comicidad que Colombres y Vázquez señalan. Pero realmente la película presenta en el tale, dos grandes formas como pilares en la creación de contenido y forma dentro film. Lo grotesco y la sátira: Por un lado, lo grotesco para referirse a todo el contenido explícito, tan odiado por los padres “Dios ampare a mis hijos de ver esa película de satanás”; y la sátira por el otro, como forma que tendrá Scorsese para darle un golpe de realidad y reprocha al público. Todo esto catalizado por unos de sus personajes más emblemáticos: Jordan Belfort, siendo de antihéroe que no queremos, pero necesitamos.

El Lobo de Wall Street es grotesco, los personajes secundarios, extras y figurantes son grotescos, al igual que sus acciones y arcos argumentales. Son extraños e incómodos de ver por su condición de cocainómanos. Los diálogos, son grotescos; te lo resuenan con las obscenidades, estupideces y groserías en cada parlamento. La escenografía, como la oficina y los aviones, que prende luces y apaga como si fuera una discoteca con confetis por todos lados y todos amontonados, gritando como becerros connota a una malformación de la realidad, de su realidad.

Scorsese no les tiene perdón a los corredores. Presenta a un capitalista-moderno, diciendo: “esto es la civilización. Este es el progreso; estos son nuestros mariscales de campo que van a la guerra, saquean tu país, violan a tus mujeres, destruyen tu realidad y vuelven como héroes para dedicarse al saque(o) de su propia nación (!). Acuérdate: Estados Unidos no hay cabida para los perdedores, solo para los vencedores, y el que vence tiene que arrasar a la competencia. No nos los dice tan explícito, pero se capta el mensaje. Gracias Martin.

¡Por Dios! Hasta en una de las escenas iniciales, te exteriorizan a los personajes de DiCaprio y McConaughey cómo retratos del desconocimiento. No saben cómo funciona su labura «ahora soy argentino» y tiene la excusa de decir que todo esto es “fugazzi”. Ellos solo saben que manejan al mundo con una ilusión: El dinero. El film no dice: “el dinero vuelve malas a las personas”. El film muestra que estos "idiotas" ya eran grotescos e "idiotas" «énfasis en lo de "idiotas" (!)» antes de ser millonarios, solo que tuvieron la oportunidad de financiar su obscenidad y su monstruosidad gracias a costa tuya.

Es sencillo, no es locura lo que sucede en estos extractos del poder modernos occidental, es obscenidad, como dice el padre de Jordan Belfort. Durante años, esta clase dirigente ha desarrollado una habilidad de crear un statu quo inspirada en las ideologías y paradigmas de progreso y civilización a los extractos sociales precarios, pero todo esto es alimento para la bestia interior que se oculta detrás de una máscara blanca y con camisa de Hugo Boss. Por cierto, el personaje del padre hace de pepe grillo en la película, pero no de Belfort, es el pepe grillo de la audiencia. Scorsese necesita un recurso para bajar a la audiencia y decirle “lo que estás viendo no es cool”. Solo que en fuerza de personalización no tiene la solidez para balancear o hacer contraste con los monstruos de Jordan y el Joe Pesci de los dos mil de Scorsese (Jonah Hill).

El montaje rítmico, el vestuario absurdo que genera mal gusto, los saltos de eje de la dirección, y los lentes anamórficas, resaltan el valor al mensaje de lo grotesco que se quiere expresar. Scorsese engloba muy bien esta idea en una entrevista. “Disfrutar de todo ese poder hizo que me preguntara si era una historia sobre algo que todos compartimos, si tuviéramos la capacidad de comportarnos de cierta manera. Si disfrutáramos de poder absoluto (…).(2014)

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Los elementos que balancean el nivel de lo grotesco son la banda sonora y la fotografía saturada que se mezcla con el montaje y genera una epilepsia eufórica, parecida a la cocaína, los Lemons y demás drogas. Pero a su vez, y añadiéndole los demás aspectos de la puesta en escena, hacen de elementos satíricos que señalan es a la audiencia. ¿La estás pasando bien? ¿La música y los colores te recuerdan que estás viendo sólo una película? ¿Crees qué esto es sólo una película? Pues estos idiotas te han robado y te seguirán robando por tu indiferencia y por estar esperando al siguiente Jordan Belfort.

Jordan es racista, y nos los señala con sus sirvientes. Es clasista, y nos los recuerda cuando se enfurece. Sufre de aporofóbia y nos los señala con: “no hay honor en la pobreza”. Es homofóbico, y nos los demuestra con el sirviente homosexual. Misógino… bueno, es obvio porqué. En fin, él es la escoria personificada de todo un sistema. Es el símbolo de lo grotesco y de la avaricia en su máxima expresión. No nos lo dice, nos los echa en cara a cada instante.

Los recursos cinematográficos están allí para resaltar los que nos quiere decir nuestro querido Lobito. La puesta en escena, la puesta en cámara y el montaje son los más evidentes. Se rompe la cuarta pared, Jordan cuenta lo que está mostrando la cámara; te lo explica todo, y aun así, te dice idiota, le dice idiota al público constantemente. La escenas como la que está explicando la estafa mayor en un plano secuencia, el cual se detiene para decirte: “no entienden, ustedes lo que quieren saber es qué si esto es legal. pues no” y lo hace cinco minutos después. Jordan sabe que es el antihéroe de la película. Scorsese busca criticar y decirle estúpidos a los espectadores que se detengan y piensen “ay, qué cool es el lobo; quiero ser como el lobo”. El personaje es una constante reminiscencia de los estúpidos que somos si creemos en estas personas *“El peligro reside en el encanto”* (2014) dice Scorsese en una entrevista promocional refiriéndose a su personaje principal. Belfort es una herramienta satírica que llama la atención al reconocimiento de estos héroes contemporáneos. Y lo estúpida que eres si caes en la trampa inocente de que, esto, es una exageración de lo que realmente sucedió o sucede. ¿No te gustaron los chistes? ¿Te sentiste ofendido con las escenas absurdas?

¡Es precisamente cuando el humor es ofensivo que lo necesitamos más! La comedia debería provocar. Debería romper a través de prejuicios, retar preconcepciones ¡La comedia siempre debe dejarse diferente a como te encontró! Claro, el humor puede doler, hasta alienar ¡pero el riesgo es que la alternativa! ¡Exige ser retado! ¡Ser ofendido! ¡Ser tratado como adultos, pensantes y razonables! (Walker, D. 2015)

El film constantemente pregunta “¿quieren que él sea su héroe? Estos son los que siempre hablan de términos económicos que ni ellos entienden y te lo venden como verdad absoluta.” Por eso es una carta abierta. Se mofa explícitamente de la clase dominante y critica severamente a los espectadores, “ustedes permitieron que ellos tomaran el poder”. Acude a la comicidad como diatriba y desenmascaramiento del 1%.

Al final, todo es un chiste de mal gusto, satírico y grotesco para que la gente analice su ego. El último plano que recorre la sala llena de gente, expectante por lo que va decir Belfort para tener éxito es el film preguntándonos ¿Qué tanto Belfort hay dentro de ti y qué tanto de Belfort quieres ser? Todos tenemos una característica de Belfort dentro de nosotros ¿Qué tan ético eres para bloquearlo? Si te dieran un bolígrafo ¿lo venderías?

Miguel Alfonzo

Referencias:
1.- Colombres, A. Teoría Transcultural de las Artes Visuales (2011). Segunda edición. Ediciones ICAIC-CNAC: Caracas, Venezuela. Páginas: 348-358
2.- Walker, D. (Nostalgia critic). When Does a Joke Go Too Far? (2015. 9 de septiembre) (archivo de video) Recuperado de fuente
3.- Puschak, E. (Nerdwriter). (2015. 9 mar).The Wolf of Wall Street: Cinema of Excess (archivo de video) Recuperado de fuente
4.- Scorsese, M. EL LOBO DE WALL STREET -Entrevista a Martin Scorsese (13 ene. 2014) (archivo de video) Recuperado de fuente
5.- DiCaprio, L. EL LOBO DE WALL STREET -Entrevista a Leonardo DiCaprio (2014) (archivo de video) Recuperado de fuente

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