La Sabiduría del Genio Zuliano

in #ciencia7 years ago (edited)

Con la denominación de El Genio Zuliano se le conoce a Humberto Fernández Morán. Este hombre fue un científico venezolano decisivo en el proceso de modernización científica de Venezuela.
Nació el 18 de febrero de 1924 en el Hospital Chiquinquirá, situado en el antiguo barrio El Saladillo de Maracaibo, estado Zulia. Realizó sus primeros estudios entre la capital zuliana, Curazao y Nueva York. En 1936 ingresó en el Colegio Alemán de Maracaibo y en 1937 partió rumbo a Alemania, donde acabó el bachillerato. Luego inició sus estudios de medicina en la Universidad de Munich, donde en 1944 se graduó en medicina con Summa cum laude.


Humberto Fernández Morán 1

En 1945 revalidó su título en la Universidad Central de Venezuela y trabajó en el Hospital Psiquiátrico de Maracaibo, viajó a Estados Unidos para especializarse en neurología y neuropatología. De allí se trasladó, en 1947, a Estocolmo, y trabajó en el Hospital Serafimer y comenzó también sus investigaciones en microscopía electrónica en los laboratorios del Instituto Nobel de Física, invitado por el profesor Manne Siegbahn (Premio Nobel de Física 1924) y también en el Instituto de Investigaciones Celulares y Genética del Instituto Karolinska.
Durante este período en Suecia inventó el bisturí o cuchilla de diamante para la ultramicrotomía (corte ultrafino de materiales biológicos y metálicos que permitió observar estructuras subcelulares e incluso de muestras lunares, como ocurrió cuando Fernández Morán participó en el proyecto del Apolo 11 de la Nasa) y desarrolló el concepto de la crioultramicrotomía (utilizando bajas temperaturas), que más tarde lo llevaría a inventar el criomicroscopio electrónico. Logró observar a nivel casi atómico la estructura de complejos sistemas biológicos (o inanimados) en estado hidratado y a muy bajas temperaturas. En Estocolmo contrajo matrimonio.

Humberto Fernández Morán. 2

En 1954 volvió a Venezuela, el 04 de diciembre de ese año, la asamblea general de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad una resolución denominada “Átomos para la paz”, y la creación de una organización que regulara el uso pacífico de la energía atómica. Esta entidad fue el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) creado finalmente en 1957. Esta iniciativa fue propuesta por el entonces presidente de los EEUU Dwight Eisenhower, se firmo un convenio de cooperación con Venezuela, en el cual le fue donado a Venezuela 300.000 U$ para la construcción de un reactor nuclear. El contrato para la construcción incluía un reactor de investigación de tamaño regular (3MW) de tipo piscina, que funcionaría con uranio enriquecido al 20 %. Venezuela fue el primer país latinoamericano en contar con un reactor nuclear. Gracias a los esfuerzos del gobierno de la época y en especial del Dr. Humberto Fernández-Moran quien además, participó como miembro de la delegación oficial venezolana en la conferencia internacional sobre la utilización de la energía atómica con fines pacíficos, celebrada en Ginebra.

Reactor RV-1, el primero de su tipo en América Latina

En agosto de 1955, con ayuda del entonces ministro de Sanidad Pedro Gutiérrez Alfaro, Fernández Morán se dedicó a desarrollar el proyecto de un centro para la formación y la investigación neurológica y cerebral, el cual fue concebido y desarrollado con el nombre de IVNIC (Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales), como un ente gubernamental autónomo adscrito al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. En solo siete meses logró que se construyera la carretera principal y los servicios básicos del Instituto, y al año siguiente, el 2 de Diciembre de 1955 se inauguraron los laboratorios de ultraestructura de nervio (con instalaciones de microscopía electrónica en pleno funcionamiento), la unidad de neurofisiología, el taller central (incluyendo la unidad de cuchillas de diamante), la biblioteca y las residencias para el personal y visitantes. Las investigaciones del nuevo instituto, condujeron a una primera investigación sobre la estructura fina de la retínula de insectos que fue publicada en la revista Nature en 1956.
En el IVNIC, Fernández-Morán además se ocupó de la producción, aplicaciones en biología, medicina y ciencia de los materiales y distribución de cuchillas de diamante que eran enviadas sin costo alguno a laboratorios de microscopía electrónica en todo el mundo.
Finalmente, por motivos políticos, a mediados de 1958, Fernández Morán toma la ruta del exilio voluntario. Entregó la dirección del IVNIC al doctor Marcel Roche y al año siguiente el instituto fue ampliado a otras áreas de investigación, pasando a llamarse Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). El investigador zuliano se instaló en Estados Unidos y organizó los Mixter Laboratories for Electron Microscopy del Massachusetts General Hospital de Boston.
En 1962 aceptó el puesto de Profesor de Biofísica en la Universidad de Chicago; en 1967 obtuvo la silla profesoral Pritzker de la División de Ciencias Biológicas de la Escuela de Medicina de dicha universidad y fue reconocido con el premio John Scott por la cuchilla de diamante, un premio antes otorgado, entre otros, a Jonas Salk (vacuna antipoliomielítica), Marie Curie (el Radio y sus propiedades), Thomas Edison (lámpara incandescente) y Alexander Fleming (penicilina). Dicho reconocimiento le dio la posibilidad de ser nominado al _Premio Nobel-, propuesta que no aceptó, ya que significaba renunciar a su ciudadanía como venezolano por la norteamericana.

Humberto Fernández Morán. 3

Al final se tiene que Humberto Fernández-Morán contribuyó de manera fundamental al desarrollo de la técnica de la microscopía electrónica, así como de sus aplicaciones en biología, medicina y ciencia de los materiales; introdujo por vez primera el concepto de crioultramicrotomía; la cuchilla de diamante y sus aplicaciones para el seccionado ultrafino de materiales biológicos y metales; la técnica de crio-fijación ultra-rápida con helio; el método de substitución bajo congelamiento para microscopía electrónica; el concepto de crio-microscopía electrónica y el crio-microscopio electrónico; el uso de lentes superconductoras a temperatura de helio líquido en microscopios electrónicos y el crio-ultramicrotomo operado a temperatura de helio liquido. Además contribuyó a la modificación de los ultramicrotomos; al desarrollo de filamentos de punta y de cristal único, para proveer microhaces coherentes para la obtención de micrografías electrónicas de baja dosis electrónica disminuyendo el daño por irradiación electrónica y al desarrollo de portaespecímenes para nitrógeno y helio líquidos.
Las contribuciones de Fernández-Morán en Biología y Medicina son múltiples y variadas, pudiéndose mencionar entre otras sus estudios pioneros sobre la estructura de las membranas de la mielina, con registro simultáneo de los espectros de difracción de rayos-X; y sus estudios pioneros sobre las membranas mitocondriales. Las micrografías electrónicas de Fernández-Morán fueron las primeras en revelar la complejidad de la estructura de esas membranas. La correlación de datos bioquímicos y de microscopía electrónica le permitió definir una partícula submitocondrial en la superficie de las membranas de las crestas mitocondriales, las que se denominaron partículas elementales o partículas de Fernández-Morán.
En 1985 volvió a Estocolmo; allí permanecería ya hasta su muerte, el 17 de marzo de 1999.

Titular de una nota de prensa

Finalmente, para que conozcan a este insigne zuliano, un poco más allá de su lado como investigador, para que lo conozcan un poquito como ser humano, los invito a visitar lo siguiente "Dr. Humberto Fernández Morán
Legado científico invaluable de Venezuela para el mundo".

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