Grandes Hombres, Carl Sagan y nuestro punto azul.

Mire ese punto, eso es aquí, eso es nuestro hogar, esos somos nosotros, en mi opinión no hay mejor demostración de la locura que es la soberbia humana que está distante imagen de nuestro minúsculo mundo, para mí recalca la responsabilidad de tratarnos los unos a los otros con más amabilidad y compasión y de preservar, y creer ese punto azul pálido, el único hogar que jamás hemos conocido. Carl Sagan

A menudo la ciencia nos encara con el horror cósmico, ese que se sustenta en conocer nuestra pasmosa pequeñez ante el cosmos, hay que saber que durante mucho tiempo incluso se creyó que él solo estudiará el infinito, conducía a la locura incluso al interior de la comunidad científica, durante otro tiempo se observó con horror que el poder que la ciencia podía brindar a los seres humanos, quizá era tanto que podía terminar destruyendole.

En este punto llegaron a tiempo personas como Richard Feynman, Isaac Assimov y Carl Sagan, para redefinir y reencausar estas visiones. Carl Sagan vio un universo imponente, pero indiferente donde el humano y la humanidad no tienen más lugar que el que puedan conquistar para sí mismos, pero lejos de ver esto como una condena encontró la forma de verlo como algo grato y supongo desafiante.

Si el universo es indiferente entonces no tenemos por qué esperar a que llegue el Apocalipsis, no hay razón para quedarse de brazos cruzados a esperar el fin o la salvación, si hay razón para tomar la dura y pesada carga de nuestro existir en nuestros hombros, la ciencia no sólo ofrecía visiones oscuras y que derrumbaba en las creencias más íntimas de la humanidad, para Sagan ofrecía una nueva dignidad a los humanos ofrecía una grandeza para nosotros humildes organismos que asistían a la existencia, el fenómeno más increíble de todos, él decían somos polvo de estrellas que piensan acerca de las estrellas, por mágico que suene esto es real.

los elementos que nos formaron alguna vez fueron polvo estelar, la tierra misma algún día fue menos que escombros a la deriva en el vacío primigenio, también decía a veces, creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no en cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa, Sagan vivió aunque sea difícil de creerlo, en una era donde incluso, no se sabía a ciencia cierta la existencia de exoplanetas y aún más aún la duda sobre la vida era incluso más lejana, que ahora pero lejos de que este pensamiento lo hiciera tener miedo a un universo solitario, pensaba en que si la vida era única en la tierra entonces éramos una coincidencia más allá de lo increíble, pero se había vida más allá, entonces había oportunidades impensables, así ante las posibilidades y conocimientos que tambaleaban las determinaciones de toda la humanidad, Sagan veía mucho más, si sabía sobre nuestra pequeñez, ah pero eso a él le inspiraba una profunda sensación de grandeza, para él si tan solo lograremos vencer las pugnas nacidas de una ambición voraz por poseer este pequeño punto azul donde vivimos quizá podríamos comprender y sentir la grandeza de los humildes, esta grandeza no la veía como un efecto de seudo divinidad, no sólo se trata de mirar a las estrellas, sino también de mirar al polvo, y a nosotros mismos Sagan dedico hondas reflexiones a la forma en la que la sociedad entendía el mundo, la ciencia, la tecnología y los dramas humanos; decía:

“vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología en la que nadie sabe nada de estos temas, esto constituye una fórmula segura para el desastre” , Carl Sagan

No es de extrañar que se tomará tan en serio la lucha por divulgar el conocimiento científico con una perspectiva tan Humana.

El pensamiento de Sagan ejemplifica esa grandeza de la humildad, se enfrentó a un mundo convulso y más tarde a la enfermedad y aún ante la muerte, no abandonó la dignidad construida en vida con sus palabras, Ann druyan quien fuera su cónyuge menciona que aun ante la muerte no abandonó su escepticismo y ambos hallaron profunda dicha y resiliencia en saberse afortunados de haberse encontrado el uno al otro en un espacio y en un tiempo suficiente para estar juntos. Para Sagan seguirán no se trataba de intentar buscar desesperadamente ser trascendentes, especiales o elegidos, no; eso era innecesario, la vida misma era ya tan grandiosa yo uno era consciente que había demasiadas implicaciones en el mero hecho de estar vivo; el pensamiento de Sagan puede resumirse en que no requerimos realmente que existe un alma o una divinidad para que la vida tenga sentido, dirección o valor; si somos un fenómeno más del universo y seguimos las mismas leyes que todo, como individuos moriremos y hasta nuestro recuerdo podrá desaparecer para siempre, incluso nuestra civilización podría caer y así también un día la tierra desaparecerá con o sin nosotros si algunas de esas cosas son seguras, otras no, pero esto no nos quita la magia de vivir, lo que nos la quita es una visión incompleta e incomprensible de la misma, así como hay quien dice que la ignorancia es felicidad, Sagan diría que no que la ignorancia nos somete a temerle a nuestra propia sombra a nuestra sangre, a nuestro cosmos, a nuestra existencia, el conocimiento no necesariamente nos revela realidades gratas, pero es el único camino para conquistar los problemas y los grandes miedos individuales, como los grandes miedos de la humanidad, nuestros átomos no difieren a los de una roca o los de un estanque o a los encontrados a lo largo del universo, sí pero en palabras; de Sagan “somos el medio para que el cosmos se conozca a sí mismo” y esto es totalmente cierto; pues lo queramos o no somos una parte del cosmos, ahí donde sea que uno mire, ya sea la inmensidad inimaginable de los cuerpos celestes, en el extraño mundo cuántico, el caos sublime del fenómeno emergente de la conciencia viva, vera que llamar a la realidad como algo frío vacío y desesperanzador, es un acto de arrogancia, ignorante venida de una humanidad que no puede aceptar su propia pequeñez.