Relato erótico. ORIGINAL DE @zulequintero

in #cervantes6 years ago

03 de Junio, fue el día en que inició una historia de atracción, amor, pasión y deseo.
Anabel decide salir a dar un paseo y fue a una exposición de aviones a control remoto, estando allí, se dedica a contemplar los diferentes modelos exhibidos y capta su atención uno en especial por la combinación de colores, cuando lo está detallando se acerca un hombre y le dice:
Te gusta mi avión?
Anabel sorprendida al escuchar tan cautivante voz respondió: - SI, es mi favorita, me encanta el color rojo lo relaciono con el amor y la pasión.
Al dar media vuelta pudo ver a aquel hombre de 1.90cm de estatura, con cuerpo definido, piel blanca, ojos marrones claros, nariz perfilada, cabello negro (con pocas canas), labios finos, voz encantadora y un olor en su piel que destilaba masculinidad e insitaba a caer en la tentación. Pudiéramos decir que fue amor a primera vista.
Ella experimentó por vez primera esa sensación de mariposas moviéndose en el estómago, sus manos y piernas temblaban por los nervios, sudo frío, cuando trató de seguir hablando con él su lengua se enredaba y no paraba de sonreírle.
Eduardo quedó encantado con esa mujer piel canela de 1.65cm de estatura, caderas exuberantes, pechos atractivos, rostro dulce y angelical, cabello negro largo, labios finos rosados y provocativos, ojos negros que escondían un extraño misterio que él quería descubrir y una sonrisa que enamoraba; no dudó en invitarla a tomar un café, obviamente Anabel aceptó.
(“Recuerdo haber leído en algún lugar que una invitación a tomar café, significa que esa persona te invita a entrar en su vida”).
Mientras tomaban café conversaban y de manera inesperada le da un beso en la boca. Anabel sorprendida ante tal accion, le pregunta: ¿Estás loco, por qué me besas de repente?. El le responde: ¿Loco? Si, tú me vuelves loco, muero por estar contigo, tu haces que las palpitaciones de mi corazón se aceleren y produces un incontrolable desorden hormonal en mi cuerpo, infinidades de cosas pasan por mi mente y si te digo lo que estoy imaginando vas a salir corriendo
Ruborizandose ella le regala una sonrisa picara pero tímida a la vez y le dice: - No te preocupes, cuéntame, quizás estás pensando lo mismo que yo, además tú empiezas a despertar en mi deseos lujuriosos.
Eduardo le sonríe con picardía y le dice: Fíjate que me imagino haciéndote todo lo que está en el Kamasutra y lo que no está también, tienes un trasero que despierta pasiones (risas). Eres bella, encantadora e irresistible.
Asombrada al escuchar esto sonríe y comenta no estar acostumbrada a oír ese tipo de cosas pero que le agrada su espontaneidad.
Sus miradas cruzadas decían que era la cita ideal y el deseo sexual de ambos era abrumador.
Eduardo rápidamente le propone acompañarlo al hotel donde estaba hospedado, porque deseaba darse un baño y cambiarse de ropa. Ella se sintió intimidada pero aceptó. Al llegar, él se dispone a tomar una ducha y Anabel se sienta sobre la cama a esperar que su encantador enamorado salga del baño y nerviosa piensa en lo que podría pasar.

1529445266356.jpg

Es importante destacar que esta chica era virgen, totalmente inexperta, nunca había tenido un encuentro de carácter sexual con un hombre.
Al salir de la ducha él la mira, la toma de la mano, le acaricia su rostro, aparta su cabello y al darle un suave beso en sus labios le dice : ”no tengas miedo, déjate llevar”. Ella lo mira y le responde: “tengo miedo porque es la primera vez que estoy en esta situación con alguien”. Sorprendido al escuchar esta confesión contesta: “increíble que a tu edad, nunca nadie te haya tocado, ahora me gustas y te quiero mas, es un honor saber que voy a ser el primer hombre en tu vida, desearía tenerte siempre a mi lado y que seas solo para mí".

Sus almas querian amarse y sus cuerpos vibraban como flor en el viento.
Poniendo a media luz la habitación se entregan al deseo de la pasión, se besan de manera incontrolable, Eduardo poco a poco desabrocha su camisa y la de Anabel, retira su brasier, besa y lame sus pechos como niño con paleta de helado, fascinado va acariciando la textura de su piel tierna y suave pero que quemaba la yema de sus dedos. Al retirar el pantalón sus mentes y cuerpos empiezan a elevarse a un nivel superior; suavemente la voltea y queda de espalda a él, ella siente el fuego del aliento en su nuca, su respiración acelerada, él mientras la besa se va haciendo adicto al contorno de su silueta. Sus manos expertas recorren la sinuosidad de su cuerpo. Hace una pausa y para cuándo Anabel da media vuelta lo ve allí, desnudo de pie, y piensa en que si existe un Dios tendría su forma y le veneraria toda la vida. Apartando sus piernas él se dedica a explorar cada rincón de su sexo durante unos minutos, y entre sus labios queda grabado el sabor de su piel; cuando resucita de entre sus muslos la ve encendida, como bosque ardiendo en llamas, ella lo observa con mirada de pantera burlona pero a la vez tremendamente dulce, en ese mismo instante Eduardo siente como le agarra su miembro, lo besa y caricia con cautela hasta llevarlo dentro de su boca y así ambos sienten como se humedecen sus cuerpos ante tal sensación y así ella se convierte en su sobredosis de ternura, anfetamina en vena, piromana de su corazón.
El se prepara para entrar en ese templo sagrado y de esta manera Moviéndose suave, lento, rápido, suave, lento, rápido, siente como se estremece, entre gemidos menciona su nombre, va dejando en su espalda las huellas de sus uñas y entre las sábanas va quedando el rastro de aquella pasión frenética y desenfrenada. Liberando cantidades innumerables de oxitocina, adrenalina, feromonas y endorfinas alcanzan el nivel máximo del orgasmo. Eduardo ata las manos de ella con su correa, y montandola como jinete a su caballo continua dentro de ella haciéndole sentir lo que jamás había sentido. Entre besos y caricias levitaban de placer, y los ruidos que producían eran como banda sonora a sus oídos.
Hicieron el amor como dos personas que nunca volverían a cruzarse en el mismo camino, como aquella historia que solo quedaría en sus memorias, un recuerdo del cual estarían eternamente enamorados.
Así fue, después de ese día Anabel y Eduardo nunca se volvieron a ver. Solo se ven en sus sueños, donde sus almas desnudas se abrazan con ganas de nunca soltarse, se hablan en sus pensamientos. Su historia de amor quedó en el aire así como el avión de Eduardo. Lejos, cerca, dondequiera que se encuentren ese recuerdo vive en cada una de sus memorias. Como dice la canción de Isabel Pantoja, ese velero cruzó la bahía y más nunca regresó. Ella lo lloró como nunca pero decidió guardar esa historia bajo llave en su corazón. La vida gitana de Eduardo les impidió subirse en el mismo tren que los conducía a la misma estación.

Sort:  

Gracias. Más relatos?

Largo, pero intenso.

Coin Marketplace

STEEM 0.30
TRX 0.12
JST 0.032
BTC 57453.27
ETH 2928.75
USDT 1.00
SBD 3.67