Cuando los perros dejaron de tocar piano
Aquiles, educado por unos famosos mercaderes de perros, tuvo el tino de acallar a la manada agitada por la noticia. Los canes expresaban su rabia con un ruido ensordecedor que no permitía que se entendieran entre sí. Tenía temple este Aquiles: no sólo apaciguó los ladridos y mitigó los ánimos de los indignados animales, además hizo que le oyeran calmadamente sus argumentos acerca de qué hacer para evitar las absurdas matanzas de perros después de la caza.
Aquiles era dueño de un buen gañote que le permitía destacar su voz sobre el común de los perros; ése y el olfato era uno de los dotes que le quedaba, porque la capacidad de correr y señalar el sitio de las presas ocultas estaba muy limitada. En la última caza, el roce de un tiro de escopeta le destrozó los nervios de la pata delantera derecha mientras avisaba a su torpe amo de una guarida de liebres.
Pese a la herida viva de Aquiles, éste y Sin Nombre lograron escapar de la hoguera porque el fuego abrasó las sogas que les mantenían amarrados a unas rocas. Corrieron mucho hasta hallar un lugar seguro porque temían que los hombres irían por ellos. En un proceso antiséptico de algunos días, la saliva de Aquiles hizo el trabajo de sanación de la lesión, aunque la cojera quedó como secuela permanente del tiro. El trauma de aquella experiencia les infundía a ambos sabuesos el temor de que eso sucedería otra vez.
Un día, mientras esperaban sobras de comida en las afueras de un restaurante de Ciudad Mordida, oyeron en la tablet de un comensal un programa radial en el que entrevistaban a los miembros de una organización no gubernamental defensora de los derechos de los animales. Fue así como se enteraron de que lo ocurrido con ellos era una práctica de todos los años; por eso, cuando supieron que se había organizado una convención perruna, decidieron participar para apoyar a los de su especie con la propuesta de un plan anti cacería.
Los perros mártires
En la convención, había un espíritu cooperativo. El trabajo conjunto para afrontar dificultades sigue siendo un valor en estos tiempos, aunque los referentes políticos han cambiado. Ya no se trata de una lucha de especies, las utopías son otras. Ahora, vale ser ingenioso, vencer al opresor con inteligencia, sin violencia y en su propio terreno. El tema que convocó a los delegados fue el de la abolición de la esclavitud de los animales, incluso la de animales humanos. Es algo que los perros aprendieron de una gente distinta a los cazadores. La inteligencia de los canes ya había evolucionado lo suficiente como para comprender que el mundo estaba cambiando.
El tema de la caza y matanza de perros entró como punto ad hoc en la agenda del evento. Aquiles convenció a los sabuesos delegados de su plan de no violencia para que no se les utilizaran más como instrumentos de cacería. Fue aprobado unánimemente. Todos acordaron inmolarse; estarían entre los últimos en terminar calcinados, molidos a golpes o en “tocar el piano”, que es como se llama la práctica humana de colgar perros que, desesperados por la asfixia, mueven como si fueran pianistas las patas delanteras hasta morir.
Los perros dijeron a sus pares del mundo: “¡Nunca más!” y fijaron con su propia sangre las huellas de sus patas en un documento de compromiso con su especie. El pacto se hizo viral en las redes caninas (años antes, unos ingenieros venezolanos habían diseñado un software libre para la interconexión animal).
En la siguiente temporada, aquellos canes de la Convención se infiltraron entre los novatos y entre todos arruinaron la fiesta a los amos. Les llevaron a falsas madrigueras; deliberadamente, dejaban huir a los zorros, se perseguían a sí mismos, ladraban locamente para desconcertar a los hombres, las liebres saltaban sobre los perros inertes ante la mirada atónita de los cazadores que, a poco de esas absurdas conductas caninas, se aburrieron de su oficio de muerte. Como siempre, los hombres colgaron a los perros, más por venganza y frustración ante el fracaso de la caza, que por la tradición. Sin Nombre estuvo entre los ahorcados; esta vez no pudo burlar a la muerte. Aquiles, que no estuvo en la caza por razones obvias, lloró a su amigo largamente; la tristeza le hizo suyo. Dejó de socializar con otros perros, incluso con algunos gatos que se habían hecho sus amigos. No se vio más en las calles de Ciudad Mordida al noble Pudle pointer.
Al año siguiente, otros caninos que conocían la historia de los perros mártires repitieron el plan. La caza perdió sentido, los cinegéticos – el nombre bonito con el que identifica a los amantes de este tipo de caza-, desistieron de la idea de seguir presionando en los medios de comunicación para que se declarara Patrimonio de la Humanidad a la caza con perros. El triunfo de los defensores de toros, que significó la prohibición de las corridas en algunas ciudades de España y Latinoamérica, además del ejemplo de Aquiles y Sin Nombre , sirvieron de inspiración a aquellos valientes perros que siguieron el mandato que dos años antes les dieran los sabuesos de la primera Convención. Aquel, fue el último febrero en el que se vieron fotografías de prensa de perros colgados en los árboles.
Texto y foto Francisco Camacho, 25 de marzo de 2018
Amigo @tresminotauros, mis saludos!
Vi que me dejaste un comentario en la primera dinámica del reesteem, la cual ya está cerrada. Te invito a pasar a la tercera. Te dejo el enlace aquí.
Saludos!
https://steemit.com/spanish/@atrdigital0607/reesteem-a-tu-contenido-de-literatura-arte-y-educacion-3
Gracias @atrdigital, así lo haré.
Estimado @tresminotauros: supongo que ya te diste cuenta de los problemas con el markdown.
Sugerencias rápidas:
Basta que pongas las órdenes para justificar el texto al comienzo y al final del mismo, y no en cada párrafo.
Las órdenes van pegadas al texto, es decir, sin espacio.
Lo mismo con la orden de "centrado". elimina el espacio entres las órdenes y los guiones en "los perros mártires".
Prueba eso a ver qué pasa.
Saludos.
Muchas gracias y saludos, amigo @rjguerra ¿Qué pasa si repito el post con correcciones ?
No pasa nada, sólo indica que lo estás publicando otra vez por problemas en la primera publicación. Pero en realidad, lo mejor es editarlo. Al lado de "Respuesta" está "Editar". Saludos.
Buenas Larry muy buen cuento. Muy bien llevado. Sigue las sugerencias del sr rjguerra. También puedes visitar algunos post en steemit que te hablan de como usar mejor el markdown y con practica la presentación de tus post irán mejorando. En pocas palabras amigo como dicen ustedes los tutores el problema no es el contenido sino la forma jejeje.
Recuerda también colocar la fuente de tus imágenes. Seguro fueron tomadas por tí pero igual debes colocarlo.
Felicitaciones por el post
Sr. Larry me gusto mucho el cuento. Dificil dejar de leerlo una vez que comienzas.
Muchísimas gracias, @mariangelbeatriz, me contenta que te haya gustado. Un abrazo
El cuento es hermoso y tan triste a la vez. Aunque el final es aparentemente bueno, porque la hermandad de los perros logra su cometido y se sacrifican por el bienestar de los demás. Excelente como llevas al lector a donde quieres. Te felicito¡¡
Gracias otra vez, amiga @elvigia. Sigamos andando en conjunto. Un abrazo.
Atrapa la lectura, me gustó mucho, tienes una excelente capacidad para redactar e hilvanar historias. Te felicito
Muchas gracias @mayeya, qué bueno leerte otra vez; este es un mundo fascinante. Saludos.
Es un buen cuento sobre el maltrato a los animales. Mantienes la tensión hasta el final.
Gracias @hljot. Saludos
¡Wao! ¡Qué narración tan espectacular! Cuéntame algo: ¿algún hecho de la realidad que te haya inspirado?
Sí amiga, resulta que en algunas regiones de España se hace eso. Sé que la presión de los defensores de animales ha sido muy fuerte, quizás ha aminorado esta práctica últimamente, pero no estoy seguro porque no he visto información en la red al respecto. Saludos.