La fotografía es propiedad de Jiouhann Ramirez y Fabiola de Ramirez con previa autorización para ser usada en esta publicación

Feliz Día amigos, espero se encuentren bien en lo material y espiritual. Hoy les comparto una historia de amor que lleva más de una década en construcción, la historia de mi hijo y mi nuera, la cual tomo como referencia en base a lo que he vivido junto a ellos para crear esta historia. Espero les guste.

Fabi y Jiouhann:
Somos una pareja con más de diecisiete años juntos, construyendo esta unión desde nuestros más pueriles años, cuya historia inició un martes de carnaval en un inocente baile de disfraces, que nos puso uno frente al otro, en medio de una danza eufórica colmada de jubilosa alegría, al develar nuestros rostros, que se cubrían con las máscaras carnestolendas, una chispa encendió nuestros corazones formando una vigorosa hoguera de amor.

Que se extendió más allá de la cuaresma, desde donde ha cruzado el umbral de varias navidades, equinoccios y solsticios, ardientes veranos, crudos inviernos y alentadoras primaveras.

Y desde ese transitar hasta el presente, no hemos dejado de apoyarnos con nuestras manos entrelazadas. Hemos coagulado la constancia como un estilo de vida, apadrinada por el amor que nos une y el deseo inequívoco de permanecer juntos. Hemos girado vuelta tras vueltas la órbita del sol, madurando la semilla de la convivencia con sus ardorosos rayos, con cuyo calor hemos cosechado el fruto de la experiencia.

Hemos sorteado dificultades en medio de desafío tras desafío, creando un egregor en la intimidad de nuestra alianza, un código de honor inquebrantable, secretas confidencias, respaldadas por nuestra íntima confidencialidad.

Y a pesar de que las tentaciones y retos con los que la sociedad nos pretende seducir para hacernos tambalear, le hemos seguido el juego, con el único fin de alcanzar nuestros propósitos.

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Sin perder el norte ¡eso sí!.

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Por supuesto que no ha sido fácil, primeramente porque debimos entrenar nuestras personalidades, nuestro carácter, pensamientos, sentimientos y demás, para luego aprender a vivir como pareja y no morir en el intento. Ya que cuesta siempre convivir con nosotros mismos, que será acoplarse con otra persona y lidiar con nuestros propios demonios.

Porque ya no se trata de fachadas ni apariencias, se trata de dormir y amanecer con otra persona, convivir con nuestras manías, obsesiones y caprichos, oler nuestras flatulencias, amanecer, y lo primero que veremos será nuestros, rostros desaliñados, sentir nuestro aliento flemático, ausente de la frescura del dentífrico, despeinados y con nuestras peores fachas.

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La clave de esa convivencia ha sido sobre todo el amor que nos profesamos, pero un amor físico, concreto, no ese amor abstracto e idealizado que sólo sobrevive en el éter de las utopías.

Nuestro amor es palpable, demostrativo día por día, no les será raro vernos enganchados de las manos como un llavero, o rozándonos muy cerquita, porque inevitablemente, nos atraemos como los polos opuestos de un imán, no sólo en el supremo instante de la intimidad sexual propiamente dicha, sino durante la querellas del día, en las que alimentamos nuestra unión, con furtivas caricias, cálidos roces, sorpresivos besos, y alentadoras palabras,acentuadas de complicidad como salidas del escondite de una caja de fantasías.

Que sólo tu y yo,
somos capaces de descifrar...

Nuestra relación no funciona a la perfección, ¿qué relación lo hace?, hemos tenido discusiones campales, desencuentros titánicos, diferencias abismales, en las que hemos sido golpeados en la cara por una colosal brizna pura y dura, llegando muchas veces a desangrar nuestro corazón, por la soberbia y por no querer dar nuestro brazo a torcer, levantando sórdidos muros de silencio, que nos ha hecho fracturarnos todo por dentro.

Pero nuestro corazón es un épico vivero de rosales encendidos, y hemos aprendido a reconocer las fallas y la razón en el otro, transformando la soberbia en humildad, aprendiendo a pedir perdón y a regalarnos otra oportunidad, porque te confieso Fabi mía, no me veo viviendo la vida sin ti, por lo que estoy dispuesto a ceder las veces que se requieran, porque son pequeñas mis manos y chicas mis pupilas para entender el caudal del manantial que profesa tu amor hacia mí.

Y es que te amo, no sólo por los dulces bocadillos que me das poblados de detalles, sino porque también me has hecho apurar la copa con el amargo elixir de esas la verdades que no queremos escuchar, esas que solapadamente cargamos en el bolsillo como una tarjeta de presentación, aparentando ser increíbles personas, pero que muy en nuestro interior somos ángeles caídos irredentos. De la misma manera he sido para ti, tu mejor juez y detractor a la hora de desnudar tu conciencia, fogueándonos el uno al otro, en pruebas y rigurosos exámenes , cuyos resultados obtenidos han sido:

Una versión mejorada de ambos en la que develar nuestros defectos y trabajarlos mutuamente, ha permitido enaltecer nuestras virtudes para vivir :

Tú conmigo, quién hoy te ama más, y yo contigo, quien me ama mucho mejor

Gracias por ser y estar

Hasta aquí mi relato de amor , enalteciendo esa bella unión construida con miel y lágrimas, cuyo resultado es la elevación de una fortaleza sobre sólidos cimientos de amor y convivencia.

Gracias por venir y compartir, les mando el abrazo de siempre poblado de fraternidad y cariño

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