Capítulo XII / "Las estaciones traen consigo aprendizajes nuevos"

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Saluditos amigos, de nuevo con ustedes, para continuar con la entrega de un capítulo más de esta mi última producción literaria, ya van doce episodios, en los que cada uno aporta un paso en la evolución de eta sencilla historia, pero compleja al estudiar la psicología de cada personaje. Les pido me sigan acompañando a desentrañar el laberinto de esta historia.

En casa los niños permanecen cuidándose entre sí, bajo la tutela de Valentina, por ser la hermana mayor, quien ya se ha fogueado en esto de las querellas hogareñas, tras las frecuentes escapadas nocturnas de su madre, aprendió a asumir el rol de pequeña mamá durante la ausencia de la principal figura femenina.

Los chicos han aprendido a vivir de manera más organizada y responsable, han dejado de lado las malas prácticas de vivir a expensas de los dispositivos electrónicos, no dejan de usarlos, pero ahora, de manera racionada y supervisados por los adultos, sobre todo por papá, a quien mamá Mónica encomendó la tarea, en su afán de incorporarlo como miembro activo de la gran empresa llamada hogar, del cual él es co fundador junto con Carola.

Ante la ausencia de mamá han tenido que madurar prematuramente, teniendo que suplir las responsabilidades que antes eran sólo competencia de su progenitora.
Abuela Mónica, es el fiel de la balanza que pone en equilibrio a la familia en sus nuevos roles, la oportunidad perfecta para poner en práctica las lecciones, que otrora la dulce sucesora les enseñara, y de las cuales ahora papá es partícipe.

Tuvo el destino que darles una sacudida de tal magnitud, para hacerlos despertar del letargo de un sueño que los tenía inmersos en la modorra de una perniciosa rutina
Marlon solicita en su trabajo una licencia especial de cuido, que le permita tener tiempo libre para lidiar con sus nuevas responsabilidades, con su familia que ahora tiene a su cargo.

Asume ahora el rol de Carola, debe encargarse de todas las tareas domésticas con las que ella maniobraba sola, durante toda su vida de casada con él, sin su ayuda. Aunque cuenta con el comodín a su favor, de la asistencia de la abuela y de juvenil Valentina. Pero que aun así, se siente agobiado, se estresa con gran facilidad y termina exhausto al final del día. Comprende ahora lo que su amigo Larry intentaba hacerle ver.
_ Es verdad lo que me decía el imbécil, Carola ha estado sola todo este tiempo, toda la carga de la casa la llevaba ella, mientras que yo, sólo fungía como el esposo proveedor, siendo un adorno en nuestra relación, ¡ja! que irónico. – Modula con una semi sonrisa, acusándose a sí mismo con sarcástica ironía. _ Y pensar que ella le decía a Larry que se sentía como un adorno, al padecer el abandono emocional, en que yo la he tenido todos estos años. Resulta, que más cara de adorno tengo yo.

_ Que tonto y que patético he sido, y ahora no sé si tendré la oportunidad de redimir el daño que he causado, pues no existe certeza si ella volverá de ese sueño profundo en el que se encuentra.
Marlon se siente preso de la angustia y la incertidumbre, sentimientos que lo acompañan, durante todo el frío invierno que cubre el territorio chileno, y continúa por las siguientes estaciones que abren las nuevos temporales climáticos en la región.

Así han transcurrido varios equinoccios y solsticios, primaveras, veranos y nuevamente inviernos, que no lograron traer de vuelta a Carola al mundo consciente, por lo que continúa en ese estado ausente, recibiendo los cuidados de los suyos, desde su casa.

Que de acuerdo a las recomendaciones médicas, de sus neurólogos especialistas, quienes resolvieron, que lo mejor era que la paciente estuviera en contacto permanente con su entorno, y seres queridos más allegados, en un ambiente de absoluta normalidad, con la firme convicción de que eso le ayudará en su pronta mejoría.

Marlon se divide entre el trabajo y las nuevas responsabilidades familiares, médicas y las querellas domésticas de la rutina diaria. Ya no tiene ni el tiempo ni el ánimo para salidas con amigos y mucho menos para enredarse en los frívolos amoríos que formaban parte de su diario vivir.
Sin embargo, ocurre que muchas veces nos proponemos alejarnos de las viejas costumbres de las que sabemos no nos benefician, y muy por el contrario, nos han causado gravísimos problemas. Pero pareciera que cuanto más evadimos una situación, más se empeña el destino en hacernos sus truculentas jugarretas.

Un ejemplo de esas jugarretas, es la aparición de una vieja amiga de Marlon con quien hace muchos años tuvo un fugaz romance.

En el hospital donde llevan el caso clínico de Carola, coinciden los viejos amigos, en el laboratorio donde Marlon fue a retirar unos análisis de su mujer.

Linda, así es como se llama su amiga, quien también se encuentra en el lugar, retirando unos análisis de rutina, practicados a su hijo, mandados por los médicos, tras sufrir un pequeño accidente en el colegio, mientras jugaba futbol, donde sólo sufrió una leve contusión.
_ ¡Hola! _ Saluda efusiva Linda al reconocer a Marlon, quien se ve distraído y agobiado, ahora luce una barba semi poblada, producto del poco tiempo y ánimo del que dispone ahora, para arreglarse, pero aun así, la chica lo reconoce.
_ ¡Hola!, ¿cómo estás?, perdón no te había reconocido, y eso qué haces por acá, ¿tienes a algún familiar enfermo?_ Pregunta Marlon atropellado y nervioso. Linda le cuenta lo que le sucedió a su hijo.

_ Oh vaya que mal. _ Exclama Marlon lamentando lo ocurrido al chico.
_ ¿Y vos?, ¿qué haces por aquí? _ Marlon cuenta sin mayores detalles y con desgano, lo ocurrido a su esposa, pero su amiga lo invita a un café para charlar mejor. Linda es divorciada, ella y Marlon tuvieron un romance frívolo y fugaz, típico de las relaciones ocasionales sostenidas por él, en sus noches de fiesta y tragos. Linda se hizo la ilusión de establecer una relación seria con Marlon, pero él sólo la usó como a tantas que como ella, cayeron en la red de sus caprichos.

Ella estuvo casada cuando ambos vivieron la ligera aventura sin planes ni promesas ni futuro, y al igual que Marlon, ella sólo buscaba un poco de diversión y aturdirse por momentos, a fin de evadir la realidad de un matrimonio que la perturbaba.

Los encuentros en el hospital, se hicieron reiterativos por repetidas ocasiones, que dieron pie para entablar largas tertulias en el cafetín del centro médico. Tertulias que fueron matizando en un prisma de colores más alegres, de los que ambos estaban percibiendo en su grisácea realidad. Los encuentros fueron ocurriendo con una frecuencia más seguida, hasta lograr un acercamiento más íntimo entre ellos, volviéndolos casi inseparables.

La agobiante responsabilidad que pesaba sobre los hombros de Marlon, aunado a la ausencia de Carola, fue generando un apego emocional hacia Linda, quien también sufría los vacíos de la soledad, al estar divorciada y sin pareja, solo pasando por relaciones ocasionales, sin poder cuajar ningún compromiso estable.
Ella vive con su madre e hijo, dedicada a su trabajo y al hogar, resignada a quedarse sola, tras sentirse fracasada en el amor. Pero las últimas circunstancias vividas al lado de Marlon, le ha despertado la ilusión de intentar un nuevo comienzo al lado de él.

Marlon por su parte, no ve cuándo acabará el sueño profundo en el que se encuentra Carola, cada día parece más profundo e interminable. Siente que lo ha dejado en la completa soledad y desasosiego. Cada día ve muy remota la posibilidad de que despierte, dándose por vencido.

Por lo que resuelve regalarse una nueva oportunidad de volver a amar, y Linda poco a poco lo ha cautivado, sin por supuesto abandonar su responsabilidad con Carola y los niños.
Marlon quiere hacer las cosas bien y echa a descansar sus confesiones sobre el cálido y confiable diván de Mónica, quien se ha convertido para la familia en un sólido pilar de apoyo y solidaridad, y para Marlon, su fiel y amorosa confidente.

Mónica con su particular manera de ver las cosas, dotada de una amplia y objetiva visión, le dirá si está a punto de hacer lo correcto o, si por el contrario, es una idea tirada por los cabellos.
_ Abuela, tú me conoces mejor que nadie, incluso más que mi madre cuando vivía, incluso más que Carola a pesar de
que nos conocemos casi desde niños. Necesito una vez más de tus consejos. Aborda Marlon a su suegra, tomándola filialmente entre sus manos.

_ A ver hijo, ¿de qué se trata?
_ Han pasado ya cinco años, desde que nuestra amada Carola sufrió aquel fatídico accidente ,del cual llevamos todos este largo tiempo esperando a que mejore y nada, apenas ha dado minúsculos vestigios de una simple mejoría, pero nada importante. Y si se diera el caso de que despertase en este preciso instante, ya nuestros sentimientos no son los mismos y no creo ver la posibilidad de arreglar lo nuestro. No quiero decir con esto que no la amo, pero lo que siento por ella es otra forma de amor.

_ Oh si hijo, lo sé entiendo que el amor de pareja se transforma con los años. Ya los niños han crecido ya Valentina
cuenta con diecinueve años, Mauricio tiene dieciocho, el pequeño Charly ya no es tan pequeño y ya bordea la edad de la pubertad. Pero, ¿qué me quieres decir con todo esto?

_Pues, abuela, que yo soy joven aun, me siento terriblemente solo, a pesar de que los tengo a ustedes y no sabes cómo le agradezco al cielo que los haya puesto en mi camino a ti, a mis amados hijos, de no ser así, quién sabe dónde estuviera ahora, pero aun así, no tienes idea de cuánto he sufrido, de lo inmensamente sólo que me siento, mírame como he desmejorado en mi apariencia física, he perdido toda ilusión de vivir. - _ Continúa diciéndole Marlon a Mónica, triste y deshecho, sin evitar sentirse culpable.

_ Oh vamos hijo, no digas eso, sé que ha sido muy duro para ti, te entiendo perfectamente, si lo sabré yo, que me sentí morir cuando el padre de mis hijos falleció. Pero eres joven y si mi Carola no regresa del coma, o aunque regrese y ya tus sentimientos por ella no sean los mismos, tienes todo el derecho de abrirte a la posibilidad de una nueva relación, ¿no crees?
_ Precisamente de eso quería hablarte mi querida abuela, ¿recuerdas a Linda?, la señora que vino conmigo días atrás a visitar a Carola.
_ Oh si claro, es muy linda, le hace honor a su nombre.

_ Bien ella es una vieja amiga, con la que me he encontrado en reiteradas ocasiones, hemos estado saliendo últimamente, _ ¡Oh de veras!_ Exclama Mónica, sorprendida y a la vez emocionada.

_ Oh sí, y, han resurgido emociones nuevas entre nosotros, que nos están acercando sentimentalmente. No puedo decirte con certeza que se trate de amor, porque es muy pronto para llegar a esa conclusión, pero siento, que me estoy ilusionando y quisiera llevar las cosas poco a poco, y, me gustaría contar con tus consejos y aprobación.

La buena mujer escucha amorosa y devota a Marlon a quien ama como a un verdadero hijo, ella ha sido testigo de todo el proceso de transformación y crecimiento que este hombre ha dado, y considera orientarlo y apoyarlo en los próximos pasos de su vida.

Fin del capítulo

Gracias amigos por su atención. Nos veremos muy pronto. Reciban un abrazo fraterno.